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Reportaje:

Los leones rugen en la Alhambra

Las esculturas restauradas vuelven a 'custodiar' la fuente del patio tras cuatro años de meticuloso trabajo

La expectación era enorme. Decenas de periodistas y curiosos se agolparon ayer para ver regresar del Palacio de Carlos V a uno de los viejos vecinos del patio de la Alhambra: el león número ocho. Es uno de los célebres felinos del monumento, que ya ruge, restaurado, como un pétreo vigilante del tesoro nazarí. Ha estado cuatro años apartado de la fuente que custodia desde hace siglos.

Era mediodía en Granada cuando se produjo el traslado. Todo estaba cuidado al milímetro, cada detalle medido para un acontecimiento que pudo seguirse en directo por Internet. Varios operarios dieron los últimos retoques a la fuente y con una pequeña grúa colocaron la escultura, de unos 300 kilos, bajo la supervisión de la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, que puso en marcha la restauración del patio y otros trabajos cruciales para la conservación del monumento. Ayer mostraba su satisfacción ante uno de los trabajos más importantes abordados en el monumento en las últimas décadas.

Tras la colocación del primero, el resto le seguirá a lo largo de esta semana
La investigación ha desvelado que no hubo un jardín, como se pensaba

A los 40 minutos de su llegada, el león lucía solo en el patio y los pocos turistas a los que no desalentó el frío tomaban sus primeras fotografías sorprendidos por tanto revuelo. Los 11 restantes permanecían a cubierto en la cripta del Palacio de Carlos V, a la espera de recuperar su lugar en la fuente a lo largo de esta semana. "Iremos incorporando dos o tres por día y al final de la semana esperemos que la fuente esté ya completa", explicó la directora, que recordó los complejos trabajos que se han realizado sobre las famosas esculturas. "Han sido eliminadas gruesas costras calcáreas que las recubrían, se ha detenido la invasión de elementos biológicos, se han consolidado roturas de diverso origen y se han retirado elementos metálicos y adherencias muy perjudiciales, como el cemento".

El acontecimiento sirvió para recordar también que durante la restauración se han producido importantes descubrimientos. Por ejemplo, aunque los leones aparentan ser iguales tienen diversos rasgos que los singularizan. Cada bloque de mármol fue minuciosamente escogido en cantera por el tallista para que las vetas naturales de la piedra resaltaran su figura, en la que contrastan diferentes pelajes, fauces con dentaduras afiladas y pliegues marcados.

No solo los leones han sido objeto de los trabajos de restauración. Todo el conjunto del patio ha sufrido notables intervenciones fruto de una larga investigación iniciada en 2002. El Patio de los Leones abrirá de nuevo al público en la próxima primavera, con una nueva solería de mármol blanco de Macael que permitirá a los visitantes poder acercarse a la fuente, inaccesible para los turistas desde los noventa.

La investigación arqueológica también ha desvelado que originariamente no hubo un jardín en el patio, como se pensaba. Como explicó el arquitecto conservador del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Francisco Lamolda, solo durante la ocupación francesa el lugar lució rosas, jazmines y arrayanes, que fueron plantados por orden del general Sebastiani. "No existe un espesor mínimo de tierra vegetal para que pudiera haber un jardín". De la documentación histórica efectuada por el patronato y a partir de datos de otros archivos nacionales se puede determinar que originariamente el suelo del patio fue de mármol, por lo que los trabajos restantes devolverán el patio a su aspecto original. Durante estos meses se completará el circuito hidráulico que permitirá que los leones vuelvan a funcionar como surtidores de agua de la fuente.

Los operarios trabajan en la colocación del primero de los leones en la Alhambra.
Los operarios trabajan en la colocación del primero de los leones en la Alhambra.M. ZARZA
Vista del patio en el siglo XIX en una imagen de J. Laurent.
Vista del patio en el siglo XIX en una imagen de J. Laurent.

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