Una joya tunecina
Después del éxito nacional e internacional de la interesante Hafouine (1990), su primer largometraje, donde parte de los recuerdos de su infancia en un barrio obrero de Túnez para dar una visión crítica de la sociedad de entonces, el realizador tunecino Férid Boughedir se sitúa no sólo entre los grandes directores africanos, sino también entre los nombres más importantes del cine actual con la excelente Un verano en La Goulette, su segunda película.Con una extremada habilidad, tanto a la hora de dar una sólida estructura dramática a una compleja y tenue historia como de construir unos personajes muy humanos y reflejar el realista ambiente en que se mueven, Boughedir hace un estupendo, atractivo y divertido dibujo del verano de 1967 en una playa cercana a Túnez, donde musulmanes, judíos y católicos conviven en armonía y paz.
Un été dans La Goulette
Director: Férid Boughedir. Guionistas: Férid Boughedir, Nouri Bouzid. Fotografía: Robert Alazraki. Música: Jean-Marie Sénia. Túnez, Francia, Bélgica, 1996. Intérpretes: Gamil Ratib, Mustapha Adouani, Guy Nataf, Ivo Salerno, Amel Hedhili, Hélène Catzaras, Lisa Seror, Mohamed Driss, Fatma Ben Saïdane, Sonia Mankaï, Ava Cohen-Jonathan, Sarah Pariente, Claudia Cardinale. Estreno en Madrid: Princesa y Renoir (V. O.).
En un estilo que recuerda al de los mejores tiempos de la comedia italiana, con múltiples personajes, entre los que destacan sus 13 protagonistas, narra una historia, hablada en árabe, francés e italiano, llena de múltiples resonancias en la que las tres jóvenes hijas de un árabe musulmán, un judío tunecino y un siciliano católico deciden perder su virginidad, con muchachos de religiones opuestas, el 15 de agosto, durante la procesión de la Virgen.
La nostalgia de convivir
Con Un verano en La Goulette Férid Boughedir pretende, y consigue, hacer una divertida crítica de ciertas costumbres ancestrales, además de una nostálgica alabanza de una época dorada en que musulmanes, árabes y católicos convivían en el mismo edificio, eran amigos, antes de que la guerra de los seis días enfrentase a árabes e israelíes y acabara con un peculiar y amable paraíso.
La pequeña joya que es Un verano en La Goulotte muestra la fuerte luz y el peculiar encanto del Mediterráneo, está realizada con mucha más sensibilidad que dinero, tiene una elaborada, eficaz y conseguida sensualidad y, sobre todo, aparece llena de un sutil y efímero encanto cada vez más difícil de encontrar en el cine actual.
Además presenta a un excelente grupo de desconocidos actores dirigidos con extremada habilidad por Férid Boughedir. Tanto las jóvenes Sonia Mankaï, Sarah Pariente y Ava Cohen-Jonathan, que encaman a las vírgenes, como los veteranos Gamil Ratib, Mustaplia Adouani, Guy Nataf e Ivo Salerno. Todos bajo la mítica presencia de la tunecina Claudia Cardinale, que hace de sí misma.
Babelia
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