"Si grabo con The Chieftains o con Juanes no es por capricho"
Su historial como una de las voces fundamentales del piano de jazz contemporáneo le avala. Herbie Hancock (Chicago, 1940) vuelve a España para presentar The Imagine Project, un álbum globalizado en el que participan artistas de los cinco continentes interpretando temas de John Lennon, Bob Dylan, Juanes o The Chieftains. El pianista actuará hoy viernes en el Festival de Jazz de Peñíscola; el sábado 24, en el Festival de Cap-Roig, y el domingo 25, en Madrid (Veranos de la Villa).
Pregunta. Si alguien me dice que algún día iba a escucharle tocando el piano junto a The Chieftains le hubiera tomado por loco.
Respuesta. ¡Probablemente yo también! Pero, si lo piensa detenidamente, no hay nada de raro en ello. La humanidad se enfrenta a un momento histórico. Estamos en los umbrales de una nueva era marcada por la globalización y debemos responder juntos al desafío. Si yo grabo con The Chieftains o con Juanes no es por capricho.
"La humanidad se enfrenta a un momento histórico, a una nueva era"
P. Desafío que le ha llevado a grabar The Imagine Project.
R. En mi caso, yo utilizo uno de mis talentos, que es la música, para reunir en un mismo espacio varias culturas diferentes y conseguir el sueño de trabajar juntos en un proyecto de convivencia en común. No creo que algo así hubiera sido posible hace un tiempo. En cualquier caso, discos como este son solo el principio. Va a haber más.
P. ¿Imagine Project 2?
R. O con otro título, pero sí, absolutamente. Eso no quiere decir que todos mis próximos discos vayan a ser como este, también estoy interesado en tocar jazz tradicional y, de hecho, voy a seguir experimentando en esa vía. Digamos que alternaré ambos caminos, el del jazz y el de las colaboraciones entre las distintas tradiciones musicales.
P. ¿Cómo se le ocurrió la idea de grabar un disco con artistas de distintos países interpretando temas conocidos?
R. Todo empezó de una forma un poco casual. Larry Klein y yo estábamos en Bombay formando parte de una delegación oficial del Departamento de Estado en conmemoración del 50º aniversario del viaje de Martin Luther King a India para estudiar la filosofía de Gandhi. Allí tuvo lugar la primera sesión informal con un grupo de músicos locales. Desde entonces, hemos viajado a siete países para encontrarnos con los músicos de cada lugar. Ha habido excepciones. Por ejemplo, teníamos pensado ir a África para grabar con diversos grupos de aquel continente, pero nos encontramos con que la mayoría estaban establecidos en París, así que terminamos grabando allí. Sí fuimos, en cambio, a São Paulo, para grabar con Céu o a Londres para encontrarnos con Jeff Beck.
P. Un viejo amigo con el que ya coincidió en el rodaje de la mítica Blow Up, de Michelangelo Antonioni.
R. En realidad, Jeff y yo hemos trabajado mucho juntos. Fue estupendo volver a encontrarme con él. Es un músico fantástico y un tipo estupendo. Luego, ha habido otros artistas a los que no conocía, como Pink o Los Lobos. A Dave Mathews sí le conocía. Con James Morrison ocurrió una cosa bastante sorprendente. Habíamos pensado en él para A change is gonna come, de Sam Cooke, pero andábamos ya mal de tiempo, así que decidimos grabar las bases en California, donde vivo, y enviárselo a Londres para que él cantara por encima. Cuando recibí la cinta de vuelta, me encontré con que le había dado un giro inesperado a la canción, tanto que tuve que grabar el tema de nuevo, y vuelta a empezar... Eso nos retrasó unos días pero creo que el resultado valió la pena.
P. Al escuchar The Imagine Project queda claro que un disco como este no se hace en dos días.
R. Ha sido un proceso lento y laborioso. La colaboración de Larry Klein, productor del disco, ha sido decisiva. Él sabe mucho más que yo de cantantes y canciones y maneja las claves para encontrar a los artistas en su país de origen. Mi papel consistió en ser receptivo a sus sugerencias, y las del productor ejecutivo, Alan Mintz. Entre los tres nos hicimos una idea de quiénes podían ser los artistas y cuáles las canciones. Klein me propuso a Oumou Sangare de Malí, y a Toumani Diabate, también de Malí... Luego se nos ocurrió arrancar con la canción de John Lennon como una especie de leitmotiv. Creo que, al final, ha merecido la pena, ¿no le parece?
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