El gato virtual de Chris Marker
El autor de 'La jetée' desembarca en el despoblado mundo de Second Life para 'despedirse' del cine
Si hay un cineasta que, además de haber recorrido (y diseccionado) la historia del siglo XX, parece especialmente preparado para aceptar los desafíos de la imagen futura ése es, sin ningún género de dudas, Chris Marker. El pasado 12 de marzo, el artista francés de 85 años -autor del mítico mediometraje La Jetée (1962)- inauguraba en el Museo del Diseño de Zúrich una exposición significativamente titulada Chris Marker. A farewell to movies (Un adiós al cine) que permanecerá abierta al público hasta el próximo 26 de junio. Al mismo tiempo, en un rincón de Second Life (http://slurl.com/secondlife/Ouvroir/186/68/40), Guillaume-en-Egipte, el gato de Marker que el autor suele usar como álter ego y parapeto ante la prensa, ejercía de anfitrión de un Museo Imaginario que, bajo el nombre de Ouvroir, proponía un recorrido complementario a la exhibición de Zúrich. O sea, en lo que entendemos por mundo real.
No deja de resultar algo irónico (o, por lo menos, inesperado) que Marker -que fue todo un pionero en el formato CD-ROM con su obra Immemory y que comenzó a interesarse por las posibilidades de la imagen digital cuando realizó su película ensayo Sans Soleil (1982)- haya entrado en Second Life en un momento en el que ese universo virtual comienza a mostrar signos de envejecimiento, de tierra abandonada.
Por otro lado, la creación de un avatar -uno de los personajes virtuales que habitan Second Life- es una consecuencia lógica para todo seguidor de este artista esquivo que no ha dejado de atrincherarse tras sucesivas máscaras. Recientemente, el fotógrafo, cineasta y artista multimedia Douglas Gayeton reconocía el influjo de Chris Marker en su serie de documentales My Second Life, en los que se siguen las peripecias de un avatar llamado Molotov Alva a través de las distintas subculturas virtuales presentes en Second Life. Alva cruza sus pasos con cyberpunks, furries -fetichistas sexuales del disfraz de mascota peluda- y esclavos sexuales de toda índole, en una especie de versión inmaterial de ese mapamundi de sincronías y paradojas que compuso Marker en Sans Soleil.
Sus cómplices en esta incursión virtual han sido Sergei Murasaki, Mosmax Hax, Hardwarehacker Hoch y Superfem Beebe, nombres familiares en el activismo digital y las nuevas mutaciones del arte online. La exposición Chris Marker. A farewell to movies reúne trabajos realizados por el autor para anteriores exposiciones y tiene su plato fuerte en lo más reciente: la serie de 200 fotografías en blanco y negro Staring back, en una suerte de historia subjetiva del siglo XX con caras anónimas -recogidas en las barricadas de Mayo del 68, en la marcha contra el Pentágono de 1967, en manifestaciones en Japón o en el Tíbet...- y rostros icónicos como los de Fidel Castro, Akira Kurosawa o Salvador Dalí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.