Tres forenses literarios para una disección de la novela negra
Laura Esquivel, Santiago Gamboa y Petros Markaris conversan en Gijón en torno al imparable 'boom' de un género que se niegan a considerar menor
En medio de la Semana Negra, tres realidades distintas pero un mismo fenómeno literario. La mexicana Laura Esquivel, el colombiano Santiago Gamboa y el griego Petros Markaris no se conocían en persona antes de visitar Gijón -tampoco sus mundos literarios guardan entre sí concomitancias claras- pero eso no impidió que se sentaran delante de un café para debatir la situación actual de la novela negra en España. En un diálogo a tres bandas, los tres autores mantuvieron un cruce de argumentos en el que primó la reivindicación del género policiaco como cauce para la reflexión social, económica y política.
"Ningún escritor de novela negra de hoy en día se consideraría un autor menor a otros". Para el escritor colombiano Santiago Gamboa, la gran conquista de la novela policiaca a nivel mundial consiste en que no se establezca ninguna diferenciación de géneros: "Si a Graham Greene nunca le dieron el premio Nobel es porque hace 20 años la novela negra no había conseguido el estatus que hoy tiene", comenta Gamboa.
Creen que el relato criminal abre vías a la crítica social, política y económica
Gamboa opina que las novelas con enigma son "más populares"
Por su parte, Petros Markaris considera que el desarrollo económico que se vivió en Europa con la caída de los Gobiernos socialistas supuso un auge en la literatura: "Los lectores encuentran en la novela negra la única vía para leer una crítica social y política de la situación actual en Grecia, al centrar la temática no solo en las vivencias de los personajes sino también en una reflexión en los cambios estructurales de la sociedad".
Como no podía ser de otro modo, la radicalización de la violencia en México es también un fenómeno que se refleja en el mundo literario. Laura Esquivel justifica las historias que el género negro cuenta como una especie de venganza del propio lector: "Ante la impunidad generalizada de los grandes criminales, que no son otros que los de cuello blanco que permiten esa situaciones", explica, "el lector siente que a través de los argumentos y las historias que lee se realiza una especie de castigo y justicia".
Santiago Gamboa profundiza y va más allá cuando considera que la clave del éxito de la novela negra es la curiosidad: "El enigma es la clave. La anomalía en las situaciones que se desarrollan en los argumentos produce un tipo de placer de lectura diferente al que produce la pura estética. Las novelas que tienen un enigma y que con su solución satisfacen al lector, hace que estas historias sean mucho más populares que las de otros géneros".
Petros Markaris se siente comprometido con la situación en la que se ve inmerso su país, Grecia. En la charla explica que prepara un libro donde "el personaje principal escribe sobre la crisis y durante la crisis", argumento que para el escritor colombiano Santiago Gamboa es "la conjunción perfecta" para retratar el momento actual. La realidad, para el autor de Necrópolis, se degrada: "Siento que sí hay mal que 100 años dure. Como autor, me afecta que hace 10 años hubiera más elementos positivos donde fijar la mirada y que las coordenadas humanas y los pactos sociales hayan desaparecido por la pérdida de valores y la violencia".
Laura Esquivel se plantea un reto como escritora en el proceso creativo actual: "¿Cómo hacer para mostrar y recordar esa memoria colectiva y no reafirmar los valores negativos? Mi lucha se centra en reactivar el gen de la memoria a través de una palabra, de un sonido, y recordar a la sociedad que en el transcurso de la Humanidad hemos vivido de otra manera: hemos tenido otra manera de compartir, de integrarnos con el medio ambiente".
El boom de la novela negra en España empezó a hacerse realidad en 2009: las ventas duplicaron sus cifras en el primer cuatrimestre en relación al año anterior, con casi dos millones de ejemplares vendidos en España, según Nielsen. Pero la Semana Negra quiere ser el encuentro de una realidad literaria "alejada de modas y superventas" y una alternativa "más poliédrica que nunca", según su director Paco Ignacio Taibo II.
La autora de Como agua para chocolate augura un futuro "muy interesante" para el género negro dentro de los autores mexicanos. Petros Markaris confía en la hornada de al menos "10 escritores jóvenes" que están aprovechando la moda de la novela negra en su país con propuestas muy interesantes. En cuanto a Santiago Gamboa, augura un futuro "muy grande" para el género en Colombia, "una sociedad que necesita versiones frescas de la realidad social", ya que, para él, desde siempre ha habido grandes clásicos que sin estar bajo la etiqueta de lo negro han retratado historias con tintes oscuros: "Un ejemplo claro es Edipo, donde el propio personaje es autor del crimen y detective".
Babelia
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