La crítica extranjera aplaude 'La piel que habito'
Pedro Almodóvar presenta en Cannes su última obra y asegura que "un director de cine es lo más parecido a Dios". - Para Antonio Banderas trabajar de nuevo con él es "volver a la casa en la que me crié artísticamente"
Pues llegó el día Almodóvar y la locura para entrar en su pase y en su rueda de prensa. Los críticos extranjeros han salido felices con este thriller llevado al límite, con la dura, durísima venganza de un cirujano plástico y la relación de ese hombre (Antonio Banderas) con su única cliente (Elena Anaya). Transgénesis, Brasil, pánico... el mundo Almodóvar aterriza en el terror. "Leí Tarantula, la novela en la que se basa el guion, hace 10 años y lo hice rápido. Me enganchó algo que no estaba bien contado en el libro, la magnitud de esa venganza. En un momento del filme se nos descubre el origen brasileño de esta familia, porque así podíamos ver que es una familia feroz... y porque de Brasil son los primeros cirujanos plásticos que conocí. Me atraía que su cultura no se base en el castigo y el pecado, son moralmente independientes, no conocen la culpa como en la cultura en la que yo he crecido. El personaje de Marisa Paredes ha criado dos hijos feroces, reconoce que lleva la locura dentro", ha afirmado hoy el director.
Con multitud de periodistas pidiendo la palabra, y rodeado de todo su equipo -aunque solo hablaron él y Antonio Banderas-, Almodóvar repasó los géneros por los que ha transitado. "Arranqué en la comedia pop, pasé por el melodrama... Sí, ahora he llegado al thriller, que hoy por hoy es el género que reúne las mejores posibilidades para transitar a otros géneros... porque yo me salto las reglas de los géneros. No se puede rodar hoy un thriller con la inocencia de los años cincuenta. De hecho, para buscar referencias pensé más en el terror, en los primeros trabajos de Fritz Lang, y durante meses me tentó hacer el filme a su manera, más aún, me tentó rodarla en blanco y negro y muda". En La piel que habito se esconde una profunda reflexión sobre creadores y creaciones, sobre dar y quitar la vida. "Un director de cine es lo más parecido a Dios, con todo un equipo a sus órdenes. El personaje de Antonio está muy cerca de ser ese creador, porque de pronto fabrica piel artificial. Es un tipo extremo, psicópata... y yo no soy exactamente así [bromea]. En cuanto al de Anaya, es un papel de superviviente, y la supervivencia es el tema más antiguo del mundo".
Al cineasta español también le preguntaron por referencias, desde las obvias ya plasmadas en la película -hay, y muchas- a las que le inspiraron antes de rodar. "Sobre todo pensé en Los ojos sin rostro, largometraje que me sé de memoria. Mi hermano me ayudó con la transgénesis, una investigación que ha avanzado mucho desde el momento que empezamos con el guion. Sin embargo, la bioética ha cercenado los avances de la transgénesis en la rama humana, aunque ha seguido en, por ejemplo, las plantas. Yo quería en esta parte alejarme del gore, del espectáculo, de la sangre, aunque en todo el metraje hay muchas incisiones. ¿Frankestein? Es obvio que está ahí, pero acabada resuenan más los ecos a mitos griegos como Prometeo, el titán que robó la luz a los dioses para dársela a los humanos. Aquí la transgénesis es la luz de Prometeo, o la electricidad con la que Mary Shelley daba la vida en Frankenstein. La ciencia nos va a llevar a caminos y nos va a asomar a abismos que aún no conocemos; el arte nos acompañará en este viaje a nuestro lado".
Por su parte, Antonio Banderas habló mucho de lo que significa rodar otra vez con Pedro Almodóvar: "Volver a los 20 años con Pedro es trabajar de nuevo con alguien que quiero. La creación no está en lugares cómodos o artificiales, sino en sitios sacrificados. Pedro me ha llevado a ese terreno. Es un trabajo gestualmente económico, de tormento sin gesto, de frialdad, porque Pedro buscaba un horror frío. Hoy públicamente agradezco toda su labor aunque no fuera un rodaje cómodo. Volver a Pedro es reconocer que forma parte de mi vida, es retornar a mi país, a mis raíces, con sus miserias y sus grandezas, volver a la casa en la que me crié artísticamente". Y posteriormente resaltó el placer del reencuentro con Marisa Paredes y el enfrentarse en un plató con las nuevas generaciones de actores. "El cine español tiene futuro en muchos campos".
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