De la derrota y de los sueños
Cuando se contempla una película como Sunday, de inmediato se asiste a una certeza: en comparación con ella, la inmensa mayoría de las películas que vemos tienen muy poco que ver con la vida, con esa arisca entelequia construida que llamamos realidad. No es poco mérito para una película de un casi debutante, Jonathan Nossiter, de profesión sumiller de algunos de los mejores restaurantes de Nueva York, crítico implacable de la cotidianidad de su país y, por lo visto aquí, personalísimo, excelente cineasta.Sunday, que viene precedida de importantes galardones internacionales, entre ellos el premio máximo en el Festival de Sundance del pasado año, habla.de esas cosas que permanecen cuidadosamente escondidas en el cine dominante: de la más bien penosa existencia de un antiguo ejecutivo de la IBM expulsado de su trabajo en una de esas reducciones de plantilla con que eufemísticamente se suelen enmascarar los desorbitantes beneficios empresariales de hoy mismo, y provisional habitante de un refugio para gente !in techo, en el impersonal, derruido barrio neoyorquino de Queens. 0 sea, de la derrota de las seguridades.
Sunday
Dirección: Jonathan Nossiter. Guión: J. Nossiter y James Lasdun. Fotografla: Michel Barrow, John Foster y Daniel Lerner. Producción: J. Nossiter y Alix Madigan. EE UU, 1996. Intérpretes: David Suchet, Lisa Harrow, Jarred Hariis, Larry,Pine, Arnold Barkus, Grifási. Estreno en Madrid: cine Renoir, Plaza de España (en V..O. S.)
Vidas destrozadas
Qué le ocurre una jornada cualquiera, un domingo tan de asueto para él como cualquier otro día, cuando es confundido con un prestigioso director de cine por una veterana actriz en paro, es de lo que habla este filme discreto y contundente, elegante y al tiempo airado, que escarba entre los escombros de unas vidas destrozadas, pero sin llegar jamás a hacer espectáculo de la desgracia.Con un tempo del todo particular, una manera insólita de fragmentar la trama para, sin abandonar al personaje principal, incidir en las también tristes vidas de sus colegas de refugio -diálogos en off montados sobre imágenes que remiten a otras realidades, sorprendentes cambios de ritmo-, Sunday se mete en los entresijos de los sueños rotos de sus personajes para que de ellos emerja si no un diagnóstico, por lo menos un cuadro bastante preciso de ciertas miserias contemporáneas. Y también,. por qué no, de la forma en que el azar -el amor- teje a veces soluciones imprevistas en medio de la mismísima nada.
Así, el filme revela a un director sensible y personal, en busca de eso que tan pocas veces se alcanza en cine -en cualquier forma de arte, a decir verdad- que es un estilo propio y perfectamente identificable. En un filme que se guarda pocas cosas en la manga sorprende, no obstante, la calidez con que están contadas ciertas secuencias.
Babelia
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