La controvertida obra de Eugenio Merino, punto de peregrinación en Arco
La feria de arte contemporánea abre mañana al público entre el eclecticismo y la monotonía
Nada mejor que una protesta oficial para dar publicidad a una obra. Lo ocurrido el miércoles en la galería ADN de Barcelona contra dos obras de Eugenio Merino (Madrid, 1975) contra las que la embajada de Israel cursó una protesta formal, han conseguido que el stand fuera a lo largo del día de hoy el más visitado entre las 207 galerías que integran la 29ª edición de Arco que mañana viernes se abre al público.
Los visitantes se amontonaban e incluso hacían cola para retratarse junto a la triple escultura de poliuretano que representa a un cristiano, un judío y un musulmán en pleno rezo, adquirida por una coleccionista belga por 45.000 euros. Los que no se hacían fotos, discutían sobre si la pieza auténticamente ofensiva es una escultura que cuelga detrás de los tres hombres: una metralleta Uzi cuya base es el candelabro hebreo de siete brazos. Tranquilos, los representantes de la galería optaron por no responder a los improperios de los más agresivos. Lo que sí que aseguraron es que ambas piezas permanecerán expuestas hasta el próximo domingo, día del cierre de la feria.
Por la mañana, los príncipes Felipe y Letizia recorrieron durante casi dos horas los pabellones 6, 8 y 10 en los que cuelga obra de 3.000 artistas de 25 paises. Pararon en una veintena de galerías y prestaron especial atención a los representantes de Los Ángeles, la ciudad invitada en esta edición. En la galería Marco Leavin contemplaron las fotografías de John Baldessari: una composición en blanco y negro con mutilaciones en el rostro y un cactus coloreado, las joyas de este espacio que es también uno de los más importantes de la ciudad homenajeada.
En la galería Nieves Fernández se entretuvieron ante una de las piezas más sorprendentes de la feria: un homenaje a la memoria realizado por la japonesa Chiharu Shiotzi. A base de hilos y lana la artista crea una gigantesca red en la que quedan atrapados recuerdos como una vieja máquina de coser o una silla.
En el recorrido estaba la mallorquina Pelaires que este pasado verano cumplió cuarenta años de existencia. Con todos sus artistas habituales, destacan algunas piezas recientes de Guillem Nadal y una espectacular de Bernardí Roig, uno de los artistas más representados en la feria tanto en galería españolas como extranjeras.
Después de recorrer la última obra del fotógrafo Alberto garcía Alix en el stand de El País, la directora del IVAM, Consuelo Císcar logró que los príncipes no se fueran sin contemplar Solar II, la ciudad construida por Miquel Navarro que constituye una de las joyas del museo.
Babelia
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