Una comedia perfecta

Este filme, de título tan hermoso como intraducible, ha sido uno de los mayores éxitos del cine francés en los últimos años. El mismo equipo que lo realizó ha hecho ya una segunda parte que, con el título de Nous irons tous au paradis, se ha estrenado recientemente en París. Un elefante se equivoca enormemente es el resultado del encuentro de dos personalidades totalmente diferentes que tienen en común su carácter polifacético: el realizador, Yves Robert, y el escritor, Jean-Loup Dabadie.Yves Robert, actor y realizador de cine y de teatro, es un genuino representante de aquella fauna, hoy mítica, de Saint-Germain-des-Prés, que pasó a la historia entre los acordes de Django Reinhardt y las náuseas de Jean-Paul Sartre, de aquella Rive Gauche que inmortalizaron Boris Vian, Prévert, Juliette Greco, etcétera... Su primer gran éxito como realizador lo tendría con la inolvidable La guerra de los botones. Tras una carrera irregular obtiene de nuevo un gran éxito con la mediocre El gran rubio con un zapato negro.

Jean-Loup Dabadie publica su primera novela a los diecinueve años, y la segunda a los veinte. Periodista, escribe televisión para Averty y sketches para la popular pareja de animadores compuesta por Guy Bedos y Sophie Daumier. Autor de algunas de las mejores canciones de Serge Reggiani, Michel Polnareff, Jullette Greco y Michel Sardou, autor teatral de éxito, se convierte pronto en el guionista más solicitado del cine francés y sus guiones se pagan a precio de oro. Colaborador habitual de Claude Sautet, Philippe de Broca e Yves Robert, escribe dos guiones con FrancoisTruffaut, que éste dirige: Una chica tan decente como yo y La noche americana.

Un elefante... ha sido definida por sus autores como la «historia muy agitada de los enredos de ciertos hombres con ciertas mujeres que no son necesariamente las suyas». Esto podría hacer creer que estamos ante un filme más del género comedia doméstica, pero la inteligencia del tratamiento dado a la historia la aleja de cualquier solución fácil. Todo empieza con un homenaje a La tentación vive arriba, de Billy Wilder, cuando la falda de Anny Dupérey se alza, como viente años antes se alzara la de Marilyn, ante la estupefacta mirada de Etienne, un ejecutivo gris y cuarentón. A partir de aquí los enredos y las carcajadas se suceden, pero no sólo esto. Porque Un elefante... es antes que nada un filme sobre la amistad, tema predilecto de Dabadie, donde se cuenta la historia de un grupo, un filme coral.

Dabadie-Robert son cómplices de sus personajes, a los que observan con humor, pero con lucidez, con precisión y con pudor. El gag está integrado a la perfección en lo cotidiano. Nos hallamos ante una sátira en la que también cuentan los sentimientos, realizada con delicadeza, elegancia y buen gusto, cosas que probablemente disgustarán a más de uno, impregnada de un moralismo que más que edificante es escéptico y lúcido. Y es que Dabadie y Robert ni por un momento se han propuesto jugara ser corrosivos, sino realizar una comedia amable y hacernos reir con personajes de carne y hueso, no con bufones ni marionetas. Un elefante... es un filme de una extraña perfección que en ningún momento pierde el difícil tono de la buena comedia.