Todos ganan en los premios Gaudí... menos el 'glamour'
'Camino', el filme de Allen y Albert Serra, la sorpresa de la gala, en el podio
Se quedó sin el Globo de Oro. Pero la actriz Penélope Cruz obtuvo ayer un galardón por su papel en la película de Woody Allen Vicky, Cristina, Barcelona. Cruz fue reconocida como mejor actriz secundaria por los premios Gaudí, los galardones impulsados por la recién creada Academia del Cine Catalán para homenajear y promocionar la industria audiovisual autóctona. En cualquier caso, no consta que a Cruz le haya emocionado especialmente recibir un Gaudí. La intérprete no asistió a la gala de entrega de los galardones; tampoco lo hizo Javier Bardem, igualmente nominado, a quien Jordi Dauder arrebató el premio al mejor actor protagonista.
El primer palmarés de los Gaudí estuvo muy dividido. Poco o mucho, casi todas las películas nominadas ganaron algo. Alegría compartida, pues, y poco glamour en una gala que se desarrolló en clave estrictamente catalana. Aunque las actrices asistentes, especialmente la también directora Sílvia Munt, se empeñaran en reivindicarlo con sus atuendos de fiesta.
Los principales premios fueron para la sorpresa de la noche, el heterodoxo realizador Albert Serra (mejor dirección y mejor película en lengua catalana por El cant dels ocells, premiada también por su fotografía) y Vicky, Cristina, Barcelona (que ganó también en las categorías de película en lengua catalana y música original). Más: Anna Lizaran consiguió el premio a la mejor actriz por Forasters, de Ventura Pons (el único de los 10 premios a los que optaba el filme), y Bienvenido a Farewell-Gutmann logró dos de la decena de estatuillas a las que estaba nominada.
Y, finalmente, Camino, de Javier Fesser, consiguió el premio a la mejor película europea. Es la única de las 18 categorías de los Gaudí no reservada exclusivamente a producciones catalanas. Comprender qué se entiende por cine catalán según los parámetros de la academia no es tarea sencilla. Por eso la actriz Clara Segura (Mar adentro, Las dos vidas de Andrés Rabadán), presentadora de la gala de entrega de los galardones, dedicó los primeros minutos de la ceremonia a explicar los criterios según los cuales se establecen las nominaciones, en las que este primer año competían 33 producciones. Además, se concedió un galardón extra, del Gaudí de Honor, reservado a profesionales que hayan dedicado toda una vida al cine, y que en esta primera ocasión se ha concedido al realizador Jaime Camino.
Joel Joan, presidente de la Academia y director de la ceremonia, había prometido mucho espectáculo y grandes momentos. Pero la gala, celebrada en un plató de TV-3, que la retransmitió en directo en horario de prime time, no destacó ni por lo uno ni por lo otro. Las actuaciones de artistas catalanes (Camut Band, la compañía Sol Picó, De Mortimers, Cabo San Roque o el payaso Monti, director artístico del Circo Price, que puso en algún apuro al presidente de la Generalitat, José Montilla, cuando se acercó a las filas del público para estamparle un beso) fueron poco vistosas. Se agradeció, sin embargo, el ritmo bastante ágil que marcó la ceremonia y los escasos rodeos a la hora de encadenar las distintas categorías de premios, todos ellos presentados por la clásica pareja hombre-mujer, con combinaciones sugerentes como la del actor Sergi López y la actriz Mercè Sampietro, que se llevó el premio al mejor cortometraje por la dirección de Turismo.
El cóctel previo a la gala se celebró en una sala contigua al plató, entre paredes de hormigón y entre kilómetros de cable. Es el precio que hay que pagar para conseguir que la televisión pública la ofrezca en horario de máxima audiencia. Los profesionales de la industria cerraban filas entorno a la nueva academia: lo importante es dar a conocer el cine, coincidían todos sin querer entrar en polémicas, desde el joven cineasta Xavi Puebla a la veterana Marisa Paredes.
La actriz madrileña valoraba de forma positiva la existencia de la nueva entidad. "Está bien, a mí parece que lo que no debe suceder es que se levanten barreras entre ellas, hay que ser ecléctico, pero no excluyente", reflexionó Paredes, que se encuentra en Barcelona representando la obra Sonata de Otoño. Ella fue de las pocas representantes del cine español asistentes a la ceremonia. Los organizadores habían invitado a representantes de la Academia española y la europea, pero en ambos casos se excusó la asistencia.
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