Divertido cómic
Hace un par de años, un jovenzuelo insolente que apenas pasaba de los 20 años pergeñó, con gracia y astucia para esconder las debilidades de producción, una película independiente de buena factura y gran sentido del humor, Clerks, que le hizo de la noche a la mañana una pequeña celebridad. Ahora, cuando no ha cumplido aún los 25 años, vuelve a la carga con estas "ratas de centro comercial", una vuelta de tuerca más directamente inspirada en la estética del cómic, con un humor más contundente aún que en su ópera prima, y más netamente reivindicativa de los gustos de su generación, desde las primeras películas de John Hughes hasta series de televisión como Sensación de vivir, pasando por los cómics de la Marvel y hasta por desembozados homenajes al filme que marcó la fama de Smith.Mall Rats es, como Clerks, un filme directamente generacional, garbosamente incorrecto desde el punto de vista político y desmadradamente divertido. Reposa sobre idénticas premisas que el anterior: medios de producción más bien limitados -aunque menos que en el original: ventajas de la notoriedad-, un guión férreamente construido a partir de unos diálogos explosivos y unos personajes caricaturescos cuya frescura y mala uva los hacen, no obstante, profundamente simpáticos.
Mall Rats
Dirección y guión: Kevin Smith.Fotografía: David Klein. Música: Ira Newborn. Producción: Scott Mosier, EE UU, 1995. Intérpretes: Shannen Doherty, Jason Lee, Jererny London, Claire Forlani, Ben Affleck, Joey Lauren Adams, Stan Lee. Estreno en cines Alphaville.
Puede molestar de él, por ejemplo, el manifiesto peterpanista que apenas esconden sus imágenes -los héroes, dos amigos que han perdido al mismo tiempo a sus novias y que harán todo lo posible por recuperarlas, parecen particularmente empeñados en no crecer- o el machismo zumbón que destila el personaje principal.
E incluso la desaforada reivindicación del cómic como una forma de vida. Que por la pantalla aparezca, en directa alusión a McLuhan en Annie Hall de Woody Allen, Mr. Stanley Lieber, el principal cerebro y propietario de la Marvel y padre de criaturas como El increíble Hulk, Spiderman, The avengers o el Capitán América, viene a refrendar por parte de Smith el convencimiento de que se puede -se debe- vivir toda la vida enganchado a las tiras cómicas...
Pero el aire tan absolutamente desmadrado del filme sirve, entre otras cosas, para poner a buen recaudo a sus personajes: es virtualmente imposible tomárselos en serio... Cosa que a ellos, es evidente, les encanta. Sus patéticas peripecias -el boicoteo de un show televisivo en vivo en un centro comercial- están tan pasadas de rosca que provocan la carcajada.
Divertida, iconoclasta y pasada de vueltas, Mall Rats es no obstante una verdadera bocanada de aire fresco, una película para adolescentes con espíritu autocrítico y un recordatorio de que sigue siendo posible hacer películas con cuatro duros..., a condición de tener bien abiertos los ojos, que es por donde se desliza la inspiración de un cineasta.
Babelia
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