Un cuento de hadas
Después del enorme éxito alcanzado por la película norteamericana Cowboy de medianoche (1969), la primera producción clasificada X que gana varios oscars, la trayectoria del realizador británico John Schlesinger se divide en dos partes bastante diferentes. Por un lado, se sitúan las producciones más personales y de mayor calidad realizadas en el Reino Unido, como Domingo, maldito domingo (1971), Yanquis (1979) o Madame Sousatzka (1988); por otro, las más caras y comerciales rodadas en Estados Unidos, como Marathon Man (1976) o De repente, un extraño (1990).Con la película inglesa La hija de Robert Poste (1995), que acaba de estrenarse bastante después que la impersonal producción norteamericana Ojo por ojo (1996), vuelve a ocurrir lo mismo: frente a una película que poco, o nada, tiene que ver con él, pero que intenta ser muy comercial, aparece otra muy inglesa, que se sitúa muy cerca de la personalidad del desigual director John Schlesinger.
Cold Comfort Farm
Director: John Schlesinger. Guionista: Malcolm Bradbury. Fotografia:.Chris Seager. Música: Robert Lockhart. Reino Unido, 1995. Intérpretes: Kate Beckinsale, Eileen Atkins, Sheila Burrell, Stephen Fry, Freddie Jones, Joanna Lumley; lan McKellen, Miriam Margolyes, Rufus Sewell, Ivan Kaye, Jeremy Peters, Maria Miles, Christopher Bowen. Estreno en Madrid: Roxy B, Acteón, Canciller, Lido, Cartago, Renoir (V. O. S.).
En esta ocasión el punto de partida es la novela La granja Cold Comfort (1932), la obra más famosa de la escritora Stella Gibbsons (1902-1989), un clásico de la literatura juvenil. Las intenciones de John Schlesinger son conseguir un atractivo equivalente cinematográfico del literario y la realidad es que logra bastante bien sus propósitos.
Gracias a sus 35 años de oficio y a sus casi veinte películas, Schlesinger hace una perfecta trasposición en imágenes del particular cuento de hadas que es la novela, sin que en ningún momento pierda nada de su peculiar y británico humor.
Sin embargo, sobra por completo esa introducción melodramática, casi de película de terror, que sólo puede servir para despistar al espectador no advertido.
Buena parte del atractivo de La hija de Robert Poste reside en el amplio grupo de espléndidos actores británicos, que encarnan a sus numerosos personajes. A la cabeza se sitúa la estupenda Kate Beckinsale, con su personal belleza y su gran atractivo, que demuestra una habilidad como actriz que ha confirmado con posterioridad en repetidas ocasiones.
Babelia
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