Rusia: Un paraíso para las descargas
La presión internacional no logra que el Kremblin legisle de forma contundente contras las descargas no autorizadas de contenidos
Rusia sigue siendo un paraíso para la piratería en general, ante todo para las descargas en internet, aunque el Kremlin ha venido sufriendo presiones de parte de otros países, especialmente de EE UU, para intensificar la lucha contra las producciones ilegales que atentan contra los derechos de autor.
Como una de las condiciones para que Rusia sea aceptada en la Organización Mundial de Comercio, el Parlamento debía introducir una serie de modificaciones al Código Civil para garantizar los derechos de propiedad intelectual y poner la legislación rusa en consonancia con los acuerdos internacionales firmados por Moscú.
La ley correspondiente batió probablemente el récord de lentitud en la Duma Estatal: presentado en 2008, solo fue aprobado en septiembre pasado, es decir, que estuvo discutiéndose en el Parlamento más de dos años y medio.
Pero la penalización rusa está dirigida, ante todo, al productor de música, películas y progamas ilegales y a quienes los comercializan. El problema con el consumidor es más complejo, ya que es muy difícil probar que el comprador sabía que estaba adquiriendo un producto ilegal.
En cuanto a las descargas por Internet, de momento no hay ley especial que las penalice ni que limite de alguna manera a los sitios P2P. Verdad es que en la aprobada en septiembre se prevé la posibilidad de que el autor del producto descargado exija compensación, y por lo tanto, la ley establece posibles multas a los que violen los derechos de propiedad intelectual, es decir, a los que descargan.
Sin embargo, los especialistas son prácticamente unánimes en considerar que las personas que descargan obras cinematográficas, musicales o literarias para su uso personal no corren peligro alguno en Rusia. Sobre todo, a la luz de la nueva ley aprobada recientemente -similar al canon que rige en España-, que establece que el 1% del costo de los diversos medios de grabación debe destinarse a compensar a los autores por las copias para uso particular que hacen los que compran dichos medios.
Ese 1% va, por decisión del Gobierno, a la Unión Rusa de Detentores de Derechos de Autor, que preside el cineasta Nikita Mijalkov y que fue el principal lobbysta de esa ley. Esta organización es la encargada ahora de distribuir esos ingresos y según Alexandr Onizhchuk, presidente de la Asociación de Firmas Comerciales y Productores de Aparatos Eléctricos y Ordenadores, el mercado al que se le aplica el uno por ciento asciende a 15.000-20.000 millones de dólares al año. Es decir, Mijalkov administrá 15-20 millones de dólares o 11,42-15,23 millones de euros.
En cualquier caso, de momento no se ven amenazas serias para los amantes de la piratería por Internet en Rusia.
Babelia
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