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Robert Capa se estrena en Hollywood

Michael Mann trabaja en la adaptación de una obra de Susana Fortes sobre el fotógrafo - Desde Blasco Ibáñez ninguna novela española se vendía a un estudio

Gregorio Belinchón

Más grandes que la vida. A los estudios de cine les gusta ese tipo de personajes extraordinarios. El húngaro André Friedmann no era nadie en los años veinte. Pero cambió de nombre, reinventó su pasado y nació Robert Capa, y con él una leyenda del fotoperiodismo del siglo XX. Desde su imagen Muerte de un miliciano, en plena Guerra Civil española, a su muerte en la guerra de Indochina en 1954, todo le hacía un personaje apetecible para Hollywood. Pero ni los proyectos de George Clooney y Adrien Brody, surgidos en la estela de la publicación de Sangre y champán (Debate), de Alex Kershaw, acabaron fructificando. Ahora, el cineasta Michael Mann, respaldado por el estudio Sony, anuncia que dirigirá un biopic del fotógrafo, y que la base de su guión será una novela española, Esperando a Robert Capa, de Susana Fortes.

Los intentos anteriores de llevar la vida de Capa al cine fracasaron
El director llevaba años queriendo contar la vida del creador de Magnum

Desde el valenciano Vicente Blasco Ibáñez, ningún escritor español había vendido a un gran estudio de Hollywood sus libros. Y más aún sin que su obra hubiera sido editada en inglés. De Ibáñez, gracias a su astuta representación de "lo español" en figuras reconocibles y exportables, Hollywood adaptó Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Sangre y arena, Mare nostrum, La maja desnuda, Entre naranjos (que en la pantalla se tituló El torrente) o La tierra de todos. Desde ese momento, los únicos libros en español que han interesado en Hollywood procedían de autores latinoamericanos.

Hasta Susana Fortes. "Tradujeron en una semana el libro, tras leer el informe que envió mi representante. Michael Mann ya me ha mandado algún e-mail con comentarios", confiesa la escritora, apasionada cinéfila que, igual que Mann (Heat, El dilema), llevaba años acariciando la idea de mostrar su visión sobre Robert Capa. En julio, la representante de Fortes, Anna Soler-Pont, comenzó a mover por Hollywood la novela, y en agosto, "en una negociación muy rápida", recuerda la autora, Mann decidió adquirir los derechos.

La cinéfila Fortes asegura que no escribió pensando en una película: "Muchos críticos, para bien y para mal, dicen que escribo muy visualmente; debe de ser porque tengo muy interiorizado el cine". Y pide que no se olvide al otro gran personaje, Gerda Taro. "Es la mujer a la que más quiso Capa. Por los usos machistas imperantes, ella se resiente cuando firman juntos la obra. Su orgullo profesional está por encima de sus sentimientos. Lo mejor de Taro era su coraje, que muestra mientras está metida en una relación nada convencional".

Mann ha anunciado que tendrá un presupuesto pequeño para filmar rápido y poder estrenar coincidiendo con la gran retrospectiva que le va a dedicar a Capa en otoño de 2010 el Centro Internacional de Fotografía de Manhattan. No se descarta que Michael Mann ruede la película en España.

A Fortes la inspiración le llegó en enero de 2008, cuando en México apareció una maleta con 127 rollos de negativos y fotos de la Guerra Civil española de Capa, Gerda Taro y David Seymour, Chim. En una de ellas se ve a Taro en una cama estrecha, durmiendo con el pijama de Capa. "Sentía que se merecía una novela, igual que aún creo que merece una gran película", asegura la escritora gallega, que ganó en mayo el Premio Fernando Lara con el resultado de ese empeño. El libro describe la apasionada relación que comenzó en París en 1935 entre André Friedmann, que huye del nazismo en Hungría, y Gerda Taro, otra fotógrafa y refugiada.

Juntos crearon el nombre Robert Capa -inventaron el personaje de un fotógrafo estadounidense para poder vender sus trabajos-, y juntos llegaron a España al inicio de la Guerra Civil, a mostrar al mundo lo que estaba pasando. En junio de 1937, el coche en el que iba Gerda Taro hacia la batalla de Brunete intentó esquivar un tanque, y el blindado la arrolló y la mató. Es el final de Capa como pareja artística, y también el de la novela de Fortes. La escritora no entra al trapo de a quién escogería ella como protagonistas: "Mann siempre trabaja con grandes actores, y seguro que esta vez también lo hará".

El fotógrafo Robert Capa, en 1952 en París.
El fotógrafo Robert Capa, en 1952 en París.AP

Disparos de cámara en el campo de batalla del cine

- Toma de conciencia. Dirigida por el montador de Pat Garrett y Billy the Kid, Roger Spottiswoode, Bajo el fuego (1983) ocurría en plena guerra sandinista. No faltaba detalle: reportero temerario, amor entre balas y toma de conciencia. Nick Nolte y los Levi's de Joanna Cassidy pasaron a la historia.

- Desaparecido en los Balcanes. El goteo de horror de la antigua Yugoslavia ha dado para narrar el conflicto desde el punto de vista de más de un fotógrafo. Como en Before the rain (1994) o Las flores de Harrison (2000), ésta sobre la desaparición en Bosnia de un fotorreportero de Newsweek.

- El negativo de una leyenda. Con Banderas de nuestros padres (2006) Clint Eastwood quisó ir más allá de una de las fotografías bélicas más famosas de la historia (tomada por Joe Rosenthal) y así hablar de la derrota que implica toda victoria y la mentira que encierra todo símbolo.

- A la española. Aunque no eran fotógrafos sino reporteros de Televisión Española, Territorio Comanche (1996), basada en el libro de Arturo Pérez Reverte sobre su propia experiencia, es (junto Vida en sombras, con un Fernán Gómez rodando en la Guerra Civil) la aportación nacional al género fotobélico.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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