Elvira Navarro: "No voy a meter con calzador ningún procedimiento que la obra no demande"
Respuesta íntegra de la autora de 'La ciudad feliz' a las preguntas de EL PAÍS
1.- Sobre el papel de las nuevas tecnologías en la literatura:
Desde el punto de vista de la promoción y la difusión, el papel de las nuevas tecnologías es notable. Los libros ya no sólo se dan a conocer a través de los suplementos literarios y de las revistas especializadas, sino también por medio de blogs y de páginas webs que, en según que casos, son a veces más importantes que las plataformas tradicionales. Internet permite además una presencia fuerte de criterios divergentes, y eso siempre es un acicate contra ciertas tentaciones acomodaticias, amén de que hace posible un debate inmediato entre el autor, el crítico y el lector. Ahora bien, hay que tener en cuenta que estos factores dependen de que detrás haya alguien con criterio. Los blogs y etc. no son más que herramientas.
Desde el punto de vista creativo, la incorporación temática de las nuevas tecnologías es inevitable, y eso no entraña novedad alguna, más allá de que antes los personajes no tenían móviles ni portátiles, y ahora, por lo general, sí. La incorporación estructural ya es harina de otro costal. Las nuevas tecnologías pueden ser, y de hecho están siendo en algunos casos, una vía para salirse de la norma y explorar. Dicho esto, hay que tener en cuenta que no es esa la única vía, y que la literatura, desde mi punto de vista, sigue jugándose en lo pequeño, en el hallazgo, que no depende de ajustarse a ningún formato, se pretenda éste, o lo presenten, como viejo o nuevo. Las nuevas tecnologías pueden abrir vías que aún no sabemos si serán decisivas o anecdóticas, pero la apuesta radical por ellas, como si eso a lo que llamamos "arte" sólo pudiera hacerse desde ahí, me parece un error, pues, por un lado, supone introducir en la creación el "debe", la preceptiva, y por otro, se está apostando por una visión sesgada de las cosas. Hay muchas maneras de estar a la altura de nuestro tiempo, y algunas de esas maneras pasan, oh paradoja, por las formas tradicionales. En lo único en lo que yo creo es que es la obra la que genera su propia norma, y el autor debe estar atento a lo que ésta precisa para ser eficaz.
2-. Sobre el papel de las nuevas tecnologías en mi obra:
Me adscribo a un realismo consciente de ser tan ficticio como la ciencia ficción, y que está abierto a cualquier cosa, pero siempre y cuando la obra lo requiera. Es decir: que no voy a meter con calzador ningún procedimiento que la obra no demande. Por otra parte, pasar buena parte del día frente a una pantalla, visitando blogs, webs, redes sociales y etc. tal vez esté jugando un papel importante no en lo grande, sino en lo pequeño, es decir, en el "aire" que transmito a mi obra. Creo que ni yo ni nadie escapamos a eso. Quizá ahí se encuentre lo decisivo.
3.- ¿Leeremos todos en una pantallita o el papel seguirá persistiendo como soporte para leer? ¿Tú qué prefieres?
La verdad es que soy poco amiga de jugar a ser Rappel. Yo por el momento prefiero el papel para los libros, aunque el libro electrónico me parece una buena herramienta para quienes tengan que trajinar con manuscritos, como los editores.
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