Obsesión de muerte
El máximo atractivo de El buen hijo es su original historia, en la medida que es un claro reflejo de la compleja personalidad del novelista británico Ian McEwan. Maneja muy pocas localizaciones, una magnífica mansión y sus bellos alrededores en Massachusetts, pero logra hacer una perfecta trasposición del mito de Caín y Abel en un plácido ambiente familiar, al enfrentar a dos niños muy diferentes, pero obsesionados por la muerte.El filme narra cómo un niño, que acaba de perder a su madre y en alguna medida se siente culpable por ello, va a pasar un par de semanas a casa de sus tíos y allí se encuentra con un diabólico primo de su misma edad y una tía trastornada por la muerte de su hijo pequeño. El recién llegado trata de ver a su madre en su tía y ésta se niega a aceptarle como un sustituto del bebé muerto, pero sobre todo deben luchar contra los celos que despierta en su primo e hijo.
The good son
Director: Joseph Ruben. Guionista: lan McEwan. Fotografía: John Lindley. Música: Elmer Bernstein. Estados Unidos, 1993. Intérpretes: Macaulay Culkin, Elíjah Wood; Wendy Crewson y David Morse. Estreno en Madrid: Coliseum, Tívoli, Cartago, Aluche, Albufera, Princesa (versión original subtitulada).
La historia funciona muy bien, y convierte a Ian McEwan en la estrella de la película, pero también en cuanto ha sabido integrarla dentro del tradicional esquema de las más clásicas producciones de aventuras. Esto porque lo que cuenta es el mítico enfrentamiento entre el bueno y el malo por el amor de la chica, con la curiosa diferencia de que ellos son dos niños y ella la madre de uno y la tía del otro, pero sin tan siquiera olvidar la pelea final al borde del abismo. Lo que da al guión en su conjunto mucha mayor resonancia, un valor casi mítico.
Un buen artesano
Muy poco, o nada, conocido, a pesar de haber rodado 10 largometrajes en casi 20 años de profesión, el norteamericano Joseph Ruben era el director perfecto para esta historia. En buena parte, debido a que es un sólido artesano, sin pretensiones autorales y bastante experiencia, que sólo funciona cuando tiene una buena historia entre sus manos; en El buen hijo se limita a rodar el guión de la mejor manera posible, evitando introducir discutibles elementos personales.Joseph Ruben ha seguido escena a escena el guión de lan McEwan, lo ha narrado desde el punto de vista del niño bueno y ha conseguido una sólida película, nada brillante, pero muy eficaz y con un perfecto desarrollo dramático. Logra crear casi una estructura de pesadilla, donde un niño afectado por la muerte de su madre descubre un mundo todavía más negro del que acaba de conocer, en el que la muerte es algo más palpable. La baza comercial de El buen hijo es que el niño malo lo hace el conocido actor infantil Macaulay Culkin, así como que se enfrenta al otro gran niño actor norteamericano, Elijah Wood.
Babelia
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