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Reportaje:

El Prado de la fotografía

El Círculo de Bellas Artes recorre en una muestra de 300 obras los grandes movimientos de esta disciplina en el siglo XX

Hoy, más que nunca, es necesario aprender a leer las imágenes. Así lo afirma Oliva María Rubio, comisaria de la exposición Momentos estelares. La fotografía en el siglo XX que, desde el pasado martes y hasta el 18 de noviembre se ha instalado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La muestra, que coincide con la edición en español del Diccionario de fotógrafos del siglo XX, de Hans-Michael Koetzle, recorre, a través de más de un centenar de firmas y unas 300 imágenes, las grandes corrientes de la fotografía del siglo pasado. "No se trata de una historia de la fotografía del siglo XX", precisa Rubio. "No se puede hacer porque cada uno haría su historia. Sí que es un recorrido muy didáctico porque da la sensación de que hay un gran desconocimiento de lo que ha sido la fotografía en el siglo XX", añade.

Rubio quería romper con la idea "maniquea" de que la fotografía, o es artística o es documental, un debate que se remonta al momento mismo de su nacimiento en 1839. Por el contrario, lo que la exposición refleja es cómo esas dos corrientes caminaron mano a mano durante el pasado siglo. Así, la muestra reúne imágenes -la mayor parte son copias vintage, es decir, de época- de todos los movimientos que contribuyeron a consolidar la fotografía como disciplina artística de pleno derecho: la fotografía directa, que se aleja de las composiciones pictóricas, con Alfred Stiglitz a la cabeza; la nueva objetividad, aparecida en Alemania en los años 20; la nueva visión, postulada por László Moholy-Nagy y la Bahaus; el muy personal mundo de los artistas surrealistas y dadaístas, éstos últimos con sus ácidos fotomontajes críticos con la realidad social o política de su momento; o la fotografía subjetiva que, de la mano de Otto Steinert, reivindica el carácter experimental y creativo de la fotografía. Pero también nombres ligados a la moda, como Helmut Newton o Irving Penn, llevaron su fotografía por derroteros indiscutiblemente artísticos. Ya en las últimas décadas del siglo pasado, la fotografía ha sido un medio privilegiado por artistas pop o conceptuales y está ligado íntimamente a algunos movimientos, como el land art (intervenciones en el paisaje) o a las performances.

Pero al mismo tiempo que la fotografía afirmaba su lugar como bella arte, otros fotógrafos la utilizaron para documentar una realidad turbulenta. Dorothea Lange puso rostro a la miseria que generó la Gran Depresión en Estados Unidos tras el crash del 29 con su Madre emigrante. Otros autores, como Margaret Bourke-White, W. Eugene Smith o Robert Capa, superaron las restricciones que muchas veces encuentra el fotoperiodismo con sus ensayos fotográficos, proyectos que se empezaron a desarrollar con la aparición de revistas como Life, Fortune o Look. "El siglo XX es la historia de vidas humanas afectadas por muchas tragedias, con dos guerras mundiales y grandes desplazamientos", señala Koetzle, también comisario de la muestra, encantado de que el CBA se convierta durante unas semanas "en el Prado de la fotografía". El comisario se ha encargado de establecer un diálogo entre las fotografías de las paredes y las vitrinas que reúnen catálogos, revistas y libros que contribuyeron a crear, a través del papel impreso, el imaginario histórico de varias generaciones.

Veracidad frente a manipulación; objetividad frente a subjetividad. El recorrido de la exposición culmina en la sala de exposiciones del Canal de Isabel II con autores como Jeff Wall, Cindy Sherman o Joan Fontcuberta, que, en palabras de Rubio, inciden en la capacidad de la fotografía documental "para mentir, de ser portadora de una realidad subjetiva, parcial, reduccionista". En otras palabras: nada, ni siquiera lo aparentemente más real, puede ser lo que parece.

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