Poesía: encuesta urgente
12 personajes de la cultura analizan la situación del género, hablan de su relación con él y seleccionan un verso, con motivo de Barcelona Poesía que arranca hoy
En medio de la crisis llegan los brotes verdes -estos sí indiscutibles- de la poesía. Reivindicaba el poeta Adam Zagajewski en su En defensa del fervor "una poesía que no nos falle cuando llegue la hora de la verdad" (!), y aquí está, fiel a la cita, la nueva edición de Barcelona Poesía, la 13 ª, con su promesa de emociones y todas sus muchas actividades, incluyendo el veterano festival internacional de poetas, que celebra su 25º aniversario.
Barcelona Poesía arranca hoy y hasta el próximo día 27 ofrece la oportunidad de sumergirse en la experiencia poética, vivir por un tiempo en esa mansión fascinante desde la que, parafraseando a Baudelaire, no se ve más que "infinito por todas las ventanas". Concursos (los Jocs Florals), talleres poéticos, recitales (incluida una maratón Joan Salvat-Papasseit), homenajes, música, espectáculos... el programa es extenso y está lleno de convocatorias sugerentes y sorpresas.
Con motivo de esta gran fiesta de la poesía, he aquí una encuesta urgente sobre el género, su estado y su uso. Una docena de personajes del mundo de la cultura analizan la situación de la poesía, hablan de su relación íntima con ella y eligen, declamándolo, un verso favorito, una única línea (o máximo dos, bien, hasta tres) que invita a seguir el camino hacia el corazón del poema y la selva cadenciosa de la aventura poética. A partir de ahí, que cada cual se una al juego y escoja la suya: "Que otra cosa podría ver un explorador cansado", "How is it now between us?", "Tengo miedo de verte", "Tots i serem al port amb la desconeguda..."
Alex Susana, al que uno siempre se imagina paseando por el puente del Rialto releyendo Rilke (y vestido para la ocasión), es una de las personas que mejor pueden hablar de poesía: no en balde es poeta, ha sido editor y traductor de poesía y vuelve a codirigir este año, por el motivo extraordinario del 25º aniversario, el Festival Internacional de Poesía de Barcelona, que cofundó en 1984 y dirigió hasta 2000. No es extraño que al recabar su opinión se muestre optimista, visto cómo ha funcionado su iniciativa. "Hace 25 años que iniciamos la aventura del festival con Mario Muchnik", rememora. "Entonces parecía una locura. Ha quedado claro que no lo era. El éxito prueba que la poesía es de todos los géneros el más adecuado a nuestros tiempos. Y esa es una conclusión no menor: se ha demostrado que había un público del todo interesado en escuchar poesía en vivo, algo que en esencia es el retorno a los orígenes del género". Susanna considera que con los recitales y festivales "la poesía se ha salvado", nada menos. ¿Tanto como eso? "Bueno, en el origen del festival estaba el objetivo de crear lectores de poesía; en ese aspecto el resultado ha sido medianamente bueno. Pero lo que es seguro es que sin eso muchos editores de poesía ya no existirían. El festival, insisto, ha mantenido viva la poesía como género, la poesía estaba moribunda, y ya no lo está. Basta con mirar alrededor". Susanna compara la situación de nuestra poesía con la de Francia, Gran Bretaña o Italia y concluye que aquí "estamos mucho mejor". "Aquí tenemos muchos poetas no deficitarios", asegura. "Tenemos diez o quince poetas catalanes que son rentables económicamente; es mucho eso". Hablando con Susanna es imposible no caer en la nostalgia de los orígenes: recordamos el nacimiento del festival y aquellas inolvidables (y maratonianas) primeras ediciones en que se desarrolló el modelo. Más de 300 poetas después -¡es cierto, vimos con estos ojos a Stephen Spender, a Soyinka, a José Agustín Goytisolo!- "no hay en el mundo un festival como este, es más multitudinario el de Medellín, cierto, pero organizado así, como un concierto, con un número reducido y selecto de poetas, con dirección escénica... ninguno". Susanna es muy optimista con el papel de la poesía en la actualidad: "Su capacidad de fundirse con las nuevas tecnologías es grande, y beneficioso, la poesía se puede convertir en pequeñas píldoras enviadas por móvil o correo electrónico. Es el género más adecuado a nuestros tiempos, por la condensación, por la eficacia". , la capacidad de decir mucho en muy poco. Hoy para leer novela no, pero para releer cinco poemas todo el que quiere encuentra tiempo".Ante la petición de que seleccione un verso, Susanna opta en principio por uno de Blake, "The roots of exces leads to the palace of wisdom", pero no está tan de acuerdo con el enunciado y se queda con el menos enfático y más travieso anónimo chino: "Estar solo es un desperdicio del cuerpo, / pero mal acompañado lo es del alma".
En notable contaste con Susanna, el cineasta José Luis Guerin se muestra parco y reservado al hablar de poesía. "Es algo muy impúdico, me da vergüenza hablar de mis opiniones y mis gustos en ese terreno. ¿Qué puedo decir que no parezca pretencioso y fuera de tono? Me ayuda a vivir. Pero es una vivencia que no se puede hacer mediática, que permanece en el reino de lo recóndito. Su grandeza se percibe en los momentos más difíciles, entonces es lo que mejor te acompaña. Yo leo habitualmente, su carácter fragmentario se presta muy bien a la vida a saltos, a los viajes. Me gusta mucho, muchísimo". No resulta sorprendente la afirmación de labios del director de En la ciudad de Sylvia. Hay que arrancarle con traición un verso favorito: "Solitude, ma mère, redites-moi ma vie", de O. V. Milosz.
Otra que muestra un entrañable pudor al hablar de poesía es la actriz Montse Guallar. "Leo poca y soy muy básica en mis gustos", se disculpa. "No tengo libros del género en mi mesita de noche, la leo a ráfagas, en relación con determinadas experiencias y momentos anímicos, he leído mucha cuando he tenido un novio". Luego resulta que conoce muy bien la poesía de Palau i Fabre o que hace un año se sumergió en los Sonetos de Shakespare para un recital en el que los dijo junto a Salvador Oliva. "No sabría decir en qué situación está la poesía pero creo que es necesaria para mucha gente. Forma parte de la vida de una manera mucho más profunda y emotiva que la narrativa". La actriz querría elegir un verso de alguna mujer, Sylvia Plath, Emily Dickinson... pero el que le sale es de Miquel Martí i Pol, uno de sus autores favoritos. "Habla de cosas que me llegan, otros son seguramente mejores, y sin duda quedaría mejor nombrándolos, pero el verso es este: 'Hi ha un cert espai i un molt incert destí,/ destí i espai els omple cadascú./ La veritable mort és desertar".
Si hay un testimonio especialmente entrañable sobre la poesía es el de Neus Català, de 94 años, superviviente a la deportación en Ravensbrück. Para esta mujer pequeñita y colosal la poesía es consustancial a la vida: "Para mí siempre ha sido muy importante, siempre un consuelo. ¿Autores favoritos? Uh, Machado, Miguel Hernández, me gusta la poesía con contenido". Neus Català opina que "se tendría que hacer más poesía hoy; estamos en un tiempo en que no aparece nadie, echo a faltar la voz de grandes poetas". La luchadora por la libertad, que no es destino menor, quisiera haber sido poeta, pero "ser militante te quita mucho tiempo". En buena medida, no obstante, lo es: elige como verso, sin falsa modestia -que sería absurda con sus experiencias- uno suyo, de su poema Lidice, dedicado a las víctimas de aquella matanza de las SS: "Cuando las piedras hablan y las rosas lloran, las aves no cantan, Lidice".
El cantautor Jaume Sisa, que participó en el 21 festival, recibe la llamada de esta encuesta de urgencia sobre la poesía en el Super, comprando. En una mano el móvil, en la otra fruta, la mirada en los quesos, Sisa opina: "Gamoneda, hablando de Benedetti ha dicho que la poesía no es eso, que está bien, pero no es eso. Hay muchas clases de poesía; yo, entre la que se frota con la cotidianeidad -Benedetti, un poeta para cantautores- y la que lo hace con la metafísica y lo innombrable -Valente, el propio Gamoneda-, me pondría en el término medio, una síntesis galáctica". Sisa cita como poetas favoritos, de los de mesita de noche, a Pessoa, Borges y Rimbaud. Y añade a la tripleta a Joan Salvat-Papasseit. Considera que la situación actual de la poesía no es diferente a la habitual. "Siempre ha sido minoritaria, incluso la que hacen los cantautores. Lo es porque requiere tiempo, silencio, disposición y elevación de espíritu, circunstancias obviamente que no son fáciles en la vida normal en nuestros días". Como verso, Sisa elige el célebre "Je est un autre", de Rimbaud, ese leit motiv que aparece en las cartas a Paul Demeny y a su profesor Georges Izambard.
Javier Cercas dice que lee poesía, pero que en una época leyó más. "No sé de qué depende, va a temporadas, a que pilles un autor que es la bomba. En realidad, no distingo mucho entre poesía y prosa, la prosa, para mí, ha de tener la misma potencia, intensidad y síntesis de la poesía". El escritor deplora que hoy en día llega poca información de la poesía que se hace fuera y viceversa. "Antes había más comunicación, injerencias, apropiaciones, el panorama era mucho más vivo. Ahora pregunta fuera quién es Gil de Biedma". Cercas opina que la poesía debería funcionar mejor de lo que lo hace, dada su capacidad de adaptarse a lo digital. "¿Está en decadencia la poesía? No se. Siempre ha sido un género minoritario. Es posible, sin embargo, que, paradójicamente, se lea más que nunca, como todo, porque mucha más gente tiene acceso a ello". Para el autor de Soldados de Salamina, la poesía tiene que ver con estados de ánimo. Él tiene en la mesita de noche a Nicanor Parra. "va bien para levantarte la moral, un gamberro total". Pero también relee mucho a Verlaine, "aunque haya quien lo encuentre decorativo, suena tan bien... yo aprendí francés con él, me sé de memoria muchos de sus poemas, los recito cuando bebo; cuando disfrutas de verdad es cuando los declamas". Cercas no se contenta con elegir un verso o un par de ellos, recita todo un poema de Rubén Dario, "y tú escoges". Pues: "Y la carne que tienta con sus frescos racimos/ y la muerte que aguarda con sus fúnebres ramos".
Feliu Formosa considera que es un buen momento para la poesía. "Aparte de poetas muy reconocidos, de gran magnitud, hay una gran variedad formal, incluso poema largo -Comadira, Albert Mestre- que antes no se hacía. Hay colecciones nuevas de editoriales pequeñas en Cataluña, Baleares y Valencia, y un público no muy extenso de lectores pero suficiente para que sobrevivan las editoriales". Apuntó que de su último libro se han vendido 700 ejemplares, "que es mucho para un volumen de poesía". Porque, señala el poeta y traductor, "la poesía siempre ha sido minoritaria, claro; leer poesía es una tarea muy diferente a leer prosa, requiere una forma de leer distinta, una cierta vocación de lector del género; no es lo mismo leer a Larsson que a Baudelaire". Formosa recalca el hecho de que hay mucha gente que escribe poesía pero sin ánimo de publicarla, como "expresión sentimental, forma de abocar emociones y sentimientos". A Formosa le preguntan a menudo qué es la poesía. "Respondo azorado que música y metáfora, palabra en el tiempo, hay mil definiciones, todas insuficientes". Y elige el famoso verso de Carles Riba: "Súnion, t'evocaré de lluny amb un crit de allegria". E interroga. "¿Lo ha dicho ya alguien?".
Pere Gimferrer se muestra algo reticente al principio, este tipo de cosas le parece algo tópico; pero se va animando. "¿La situación de la poesía? Lo de siempre, tiene un público lector reducido, un núcleo pequeño, pero que es en cambio muy fiel, más que en cualquier otro género, y lo sigue siendo durante toda su vida". Opina que la poesía se lleva bien con las nuevas tecnologías, pero no cree que sea un fenómeno diferente al que significó que la poesía oral se pusiera por escrito o se difundiera con la imprenta. "El cambio de soporte no modifica sustancialmente a la poesía: la brevedad de la comunicación por Internet nos puede llevar de nuevo, por ejemplo, al epigrama latino. La naturaleza profunda de la poesía no varía. Es cierto que la poesía tiene más capacidad de fragmentación que la novela, pero eso es obvio. Es un género directo, concentrado, sin la servitud del argumento, de gran intensidad, con gran efecto". Del éxito de las manifestaciones orales de la poesía señala que no es nada nuevo: "Siempre ha existido fascinación por oír el poema dicho, y más en boca del autor, aunque hay poetas que dicen bien sus versos, pienso en Ungaretti, y otros que no". Pasando al aspecto íntimo, Gimferrer dice que la poesía forma parte de él, de una manera diferente a la prosa. "Tengo una tendencia natural a memorizar poesía, algo que difícilmente se hace con las novelas, es parte también de la esencia del género, la rima, el ritmo, conducen a la mnemotecnia". El escritor trata de escaquearse del juego de elegir verso -"hay tantos"- pero al final transige, advirtiendo que son sólo unos de los muchos que le pasan por la cabeza en este momento. "¿Pueden ser dos rayas". Adelante. "Y muy siglo diez y ocho, y muy antiguo/ y muy moderno: audaz, cosmopolita": el autorretrato de Rubén Darío.
Jordi Puntí añade a su condición de escritor haber sido editor de poesía. Considera que el género tiene en realidad pocos lectores -"no se vende"- y que la paradoja de que en cambio los recitales estén llenos obedece a que "la gente quiere escuchar versos, no leerlos". El lector de poesía es una minoría, pero eso sí, fiel, incondicional y selecta. "Unos happy Few", suspira Puntí. Sus favoritos, que han cambiado a lo largo de los años, son Auden y Larkin," en los que cada poema es una historia". Le cuesta decidirse por un verso -evalúa decir "At last the secret is out, as it always must come in the end", pero se queda con otro de Auden: "He became His admirors", de la elegía a Yeats. "Me parece hermoso eso de que la vida tras la muerte de un poeta sigue en sus admiradores".
Eudald Carbonell, uno de los directores de las excavaciones de Atapuerca, considera que el interés general por la poesía cambia según un movimiento pendular o de acordeón, dependiendo del momento social. "Ahora creo que está mejor que hace diez o quince años". Su opinión no es baladí: Carbonell representa una curiosa -aunque no tan rara- unión entre la paleontología y la poesía. "Sí", ríe el científico, "no sólo he sido un gran consumidor de poesía sino que también la he escrito, durante muchos años -ahora ya no-, incluso me han pedido que la publique en varias ocasiones, pero no creo que lo haga". Carbonell se anima y recita uno de sus poemas de juventud, con un registro bucólico-pastoril, muy pirenaico. "Me atrae mucho la poesía. Mi poeta favorito es posiblemente Mayakovski, por su hálito revolucionario, que tanto compartí. También me han gustado mucho Neruda y Ho Chi Minh, el líder comunista, que era también un excelente poeta, y Holderlin, y Villon". Puesto a elegir un verso, Carbonell sin embargo se inclina por uno de Baudelaire, el inicio de Hymne, que escogió, lo que hay que ver, para colocar al inicio de su tesis sobre las industrias líticas del cuaternario: "Elle se répand dans ma vie/ Comme un air imprégné de sel".
El filósofo Eugenio Trías manifiesta una profunda, larga y fructífera relación con la poesía: "Siempre he intentado escribir de manera que el rigor filosófico se fundiera con la evocación poética, de manera que la poesía estuviera incorporada en la idea madre del libro, del ensayo o del artículo". De sus gustos señala: "Me sumergí, pasada la adolescencia, en el mundo poético de Jorge Guillén, del Juan Ramón Jiménez último, de T. S. Eliot, de Holderlin y Rilke". Curiosamente, no elige un verso como línea favorita, sino una reflexión de Franz Liszt que, señala, preside sus actuales estudios musicales: "Notre vie est-elle autre chose qu'une série de preludes à ce chant inconnu dont la mort entonne la première et solennelle note?".
El actor y director Josep Maria Pou confiesa una relación no muy habitual con la poesía, pero todo lo que dice prueba lo contrario, hasta el punto que él mismo, sorprendido, se ve obligado a rectificar su aseveración primera. "Leo mucha poesía y lo he hecho toda la vida. Y la uso: me aprendo cosas de memoria que luego aplicaré en un momento determinado. Hay en ello un aspecto profesional. Durante unos años participé en un programa de la Cadena SER en el que leía un poema. Me gusta leer poesía en voz alta, declamarla. Incluso para mí mismo. Se entiende mejor así, es un género hecho para decirlo". Pou recuerda al recién fallecido Benedetti, pero subraya su especial obsesión por la Nobel polaca Wislawa Szymborska -la de versos como "Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo" o "Comprendo que mi tristeza/ no frenará la hierba"-. Ahora, dice, "está de moda porque el nuevo lehendakari Patxi López leyó su poema Nada sucede dos veces en la ceremonia de investidura, pero yo la descubrí hace mucho tiempo. Leí un poema suyo por la radio y el estudio se inundó de cartas, es una poetisa que me encanta".
Al actor le agrada también la poesía social, con compromiso personal, y añade que a Ángel González y a Gil de Biedma se los sabe de memoria. Al pedirle un juicio sobre la situación actual de la poesía, duda. "Es difícil decirlo. Es un ejercicio muy íntimo, la más íntima de las experiencias artísticas". Reflexiona y continúa: "Hoy en día la poesía sería el mejor manual de autoayuda, hay que dejarse de esas tonterías y leer poesía". Como verso escogido, tras evaluar "Margarita está linda la mar", de Ruben Darío, y "Si he segado las sombras en silencio,/ me queda la palabra" de Blas de Otero, se inclina por este tan conocido y peteseegeriano de José Martí: "Cultivo una rosa blanca/ en julio como en enero/ para el amigo sincero/ que me da su mano franca" .
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