Del Olimpo a Hollywood

Desde hace unos años, las producciones de dibujos animados de los estudios Walt Disney se dividen en dos grandes grupos: el primero está controlado por Gary Trousdale y Kirk Wise, directores de las más serias y respetuosas La bella y la bestia (1992) y El jorobado de Nôtre Dame (1996). El segundo está regido por John Musker y Ron Clements, realizadores de las enloquecidas e irrespetuosas La sirenita (1990) y Aladdin (1992).Unos y otros cultivan el género musical, que curiosamente ha encontrado en los dibujos animados su último reducto, y en el compositor Alan Menken y el letrista David Zippel a unos excelentes seguidores de la mejor tradición del musical teatral de Broadway, pero existen unas claras diferencias entre ambos.

Hércules, con su irreverencia, su humor y sus múltiples anacronismos, unos intencionados y otros no, es la mejor de las últimas producciones Disney. Dentro del conjunto destacan los números musicales narrativos a cargo del grupo de cinco musas y, sobre todo, el que la coqueta Megara canta acompañada por él.

Está planteada como un enfrentamiento entre Zeus, el rey de los dioses, señor del Olimpo, y Hades, el poderoso malvado del país de las tinieblas, el lugar de los muertos. Donde Hércules hijo del primero, es seducido por Megara, aliada del segundo, pero el amor nacido entre ellos resulta tan fuerte que hace que se desentiendan de sus respectivos destinos. Producción número 35 de dibujos animados de los estudios Walt Disney, está integrada por una sucesión de irreverencias mitológicas que sitúan el Olimpo en el centro de Hollywood.

Hércules también encierra violentos y duros enfrentamientos, realizados con la más moderna tecnología, entre el héroe y diferentes representantes del malvado nades, desde la hidra de tres cabezas hasta los poderosos titanes, dentro de un conjunto siempre visto a través de un bien manejado prisma de humor.Esto hace que la película narre el nacimiento y formación de un héroe, tanto por la realización de unas hercúleas acciones como por su educación sentimental. Dado que lo que también se cuenta es cómo el inexperto y atontado adolescente Hec se convierte en el joven atractivo y listo Hércules. Todo ello aderezado con una decena de canciones que convierte el conjunto en uno de los grandes musicales de la historia del dibujo animado.