Mortensen regresa al 'Purgatorio'
El actor argentino vuelve al teatro 20 años después con un texto de Ariel Dorfman - La obra, coprotagonizada por Carme Elias, se estrena tras una azarosa peripecia
Ni siquiera ellos, tan guapos y famosos, se libran del pánico escénico. Carme Elias y Viggo Mortensen estrenan el viernes Purgatorio en Madrid. Y la azarosa historia de la preparación de este montaje, obra del escritor Ariel Dorfman, quizá contribuya a añadir más nervios a los habituales. Después de todo, se podría decir que el destino los ha unido sobre las tablas y contra todo pronóstico.
"Hay que ser sincero con el sentimiento de culpa", señala el intérprete Mortensen, actor neoyorquino criado en Argentina, que estuvo embarcado en el proyecto desde el principio con Dorfman, escritor argentino, crecido en Chile y exiliado en Nueva York. Después, se enroló el director Josep Maria Mestres. La contraparte femenina de esa historia, que presenta sobre el escenario a un hombre y una mujer en una habitación, no está claro si de un frenopático o una penitenciaría, iba a ser Ariadna Gil. Se recurrió después a Emma Suárez, pero la madre de Mortensen cayó gravemente enferma. "Por primera vez en mi vida me retiré de un proyecto en el que estaba comprometido", explicaba ayer el intérprete. "Pero el tiempo transcurrido ha venido bien a todos, y esta versión española está muy depurada. De hecho, Dorfman mantiene que el de Madrid es un estreno mundial que acabará con el supuesto malditismo de la obra que tantas veces se ha intentado llevar al escenario, no solo en España, y siempre se cancelaba por algún imprevisto". Con este texto, Mortensen vuelve al teatro tras 20 años y lo hace por primera vez en español.
"Hay que ser sincero con el sentimiento de culpa", señala el intérprete
La última en sumarse fue Elias. La propuesta le llegó en abril: "Tuve un derrame emocional", explica. "Pero siempre supe ver las dificultades del texto; para mí era importante trabajar con Viggo, repetir con Mestres, tener un dorfman, pero tiene que ser el texto el que me conmueva".
El purgatorio de estos actores no es el que desechó la religión católica: "En este no hay indulgencia, no hay dinero que te posibilite zafarte, aquí la purificación es para vivir un proceso continuo que no tiene principio ni fin", señala el actor.
Mortensen, quien a partir de 2001, con el estreno de la primera parte de la más que exitosa trilogía de El señor de los anillos, empezó a interpretar personajes cada vez más desafiantes, piensa que tener al autor tan implicado es bueno: "Sobre todo que haya estado tan atento a lo que funcionaba y a lo que no, sin ningún miedo a ir cambiando o afinando, él sabe que es un texto muy complicado, y quiere sacar provecho de este texto y que se entienda bien", señala sobre esta obra en la que se encuentran aromas sartreanos e incluso un argumento que podría recordar una tragedia griega clásica, en especial Medea. "Ariel quiere que se vea que son dos personas que están sufriendo, la base puede ser un tragedia griega, pero es universal, podría ser cualquier hombre y cualquier mujer, y si uno no lo sabe, no importa", a lo que añade Elias, "es bueno saberlo, como actores es bueno alimentarse de esto y nos ha venido muy bien, pero los mitos son mitos porque te remiten a lo de ahora y a lo de siempre, a lo que leemos en los periódicos, pero el discurso de Ariel es muy profundo, y te remite a un pareja de hoy en día".
Turnos para hablar sin pisarse
Se turnan para hablar, con entusiasmo y sobre la obra, pero sin pisarse, como si lo tuvieran ensayando y siempre se complementan el uno al otro lo que dicen, sin discrepar. "Lo más interesante es que aquí se ve claramente como, tanto en la vida de nuestros amigos, como en gente que está en el ojo público, en la política, como en los personajes legendarios y míticos, siempre emergen los fallos, las debilidades", dice Mortensen, y para ilustrarlo recuerda un fragmento de un poema de Cohen: "En todo hay una fisura, y es así como entra la luz".
Asegura que esta obra trata de eso: "Hay que ser sincero con las debilidades y con el sentimiento de culpa. Lo bueno que tiene una creación, obra, película, cuento o poema, es que te hace preguntas sin exigir que pienses de una manera u otra, y esta obra te pregunta si es posible perdonar sin condiciones, si hay cosas tan dañinas que no se pueden perdonar y la respuesta que me doy a partir de la pregunta del autor es que el perdón de verdad, no puede tener ninguna condición, sea lo que sea".
El tema hace que la conversación derive inevitablemente hacia el fin de ETA: "Es muy interesante verlo desde la óptica de esta obra, hay dos lados, como en el texto, si ellos piden perdón, no puedes exigir cómo tienen que hacerlo, otra cosa es exigir que paguen el precio por lo que han hecho. Pero lo que se ve en esta obra es que no sirve de nada si las dos partes no ven qué daño se han hecho mutuamente". Elias añade a lo dicho por su compañero: "El caso es ver cómo se para la espiral de violencia en la que vivimos, y es difícil que se haga solo con la conciencia de uno, primero hay que aprender a perdonarse a uno y luego a los demás", y añade Mortensen, "esa es la clave, primero hay que perdonarse a uno mismo, para luego perdonar a los demás, la venganza una y otra vez es un veneno, aunque esté muy justificado el decirlo". A veces dejan de estar en una entrevista para conversar entre ellos dos. Y hablan de Gadafi, de la OTAN, del petróleo, de por qué se bombardea en un sitio y no en otro, del interés por el crudo en ciertas zonas de África, de quiénes sacan provecho de todo lo que está ocurriendo...
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