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Crítica:CINE: 'LA FAMILIA STUPID'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una curiosa comedia infantil

Dentro del panorama actual del cine norteamericano, el director John Landis es uno de los mejores especialistas en comedias. A lo largo de casi 25 años de trabajo ha realizado 14 y media, pero dentro de un espectro demasiado amplio que va de lo malo a lo bueno pasando por lo regular. Tras una primera etapa de aprendizaje, el éxito comercial de Granujas a todo ritmo (1979), su cuarta película, le sitúa en un terreno donde se pueden comprobar con facilidad sus posibilidades.Cuando trabaja en un proyecto que le interesa y obtiene un cierto grado de autonomía, Landis consigue apreciables películas; tal como Un hombre lobo americano en Londres (1981), Entre pillos anda el juego (1983), Cuan do llega la noche (1984), Sangre fresca (1992). Sin embargo, si debe plegarse a las exigencias de una estrella, los resultados pueden ser catastróficos, como ocurre con Chevy Chase en Tres amigos 1986), Sylvester Stallone en Óscar (1990) o, Eddie Murphy en Superdetective en Hollywood III (1993).

The Stupids

Director: John Landis. Guionista: Brent Forrester. Fotografía: Manfred Guthe. Música: Christopher Stone.Estados Unidos, 1995. Intérpretes: Tom Arnold, Jessica Lundy, Bug Hall, Alex McKennan. Estreno en Madrid: Rex, Minicines, Benlliure, Acteón.

En La familia stupid se encuentra bastante a gustó al moverse en un proyecto hecho a su medida, gozar de una cierta libertad y sólo tener que ajustarse a las exigencias de la desconocida estrella de la televisión norteamericana Tom Arnold. Debido a esto los resultados obtenidos por John Landis se encuentran a la altura de sus planteamientos, es decir, consigue realizar una curiosa comedia infantil dirigida a los niños, pero que se sale bastante de lo habitual.

Partiendo de unos tradicionales personajes de historieta gráfica cómica, creados por James Marshall y Harry Allard, La familia stupid recrea un particular mundo gracias al diseño de sus decorados y vestuarios, pero, sobre todo, a la peculiar concepción de la vida que tienen sus personajes, es decir, a la estupidez aplicada por sistema a todas sus acciones como forma de actuación.

Tan lejos de la burla como de la acidez, John Landis hace el retrato de una tradicional familia norteamericana, pero que, como su nombre indica, es especialmente estúpida. El padre, la madre, el hijo y la hija viven felizmente en una típica urbanización de casas iguales a sí mismas hasta que un peculiar hecho viene a perturbar su existencia. La basura ha desaparecido del cubo, alguien la ha robado, el señor Stupid no puede permitir que el honor familiar sea mancillado y par te en busca de los ladrones.A partir de ese momento y desarrollando el absurdo como forma natural de pensamiento, La familia stupid relata, en una disparatada sucesión, de hechos, cómo llegan a desenmascarar y detener a un grupo de oficiales del Ejército norteamericano dedicado a la venta ilegal de armas. Landis consigue lo que se propone pero a la pe lícula le falta un punto de locura para llevar hasta el final sus originales planteamientos.

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