Krugman pronostica un mundo gobernado por cuatro superpotencias
"Con Bush, cualquiera que esté a la izquierda de Atila es tildado de izquierdista", afirma
El economista estadounidense Paul Krugman (Nueva York, 1953) se calzó ayer en Oviedo, una vez más, el traje de gurú y predijo un mundo de "cuatro superpotencias" para dentro de 20 años. "Actualmente hay dos: EE UU, que actúa como si fuera única, y la UE. De aquí a 20 años se sumarán China e India. La novedad es que serán superpotencias pobres, gigantes en población y no ricas en producción per cápita. Será un cambio muy importante y habrá conceptos diferentes de lo que es justo. Occidente no tendrá el monopolio y quizás sea un mundo en el cual podamos cooperar a pesar de las diferencias culturales", afirmó.
El economista, que recibirá hoy el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, aseguró que "si las elecciones en EE UU fueran hoy y los votos se contaran con justicia, ganaría Kerry", y se sorprendió de que en los EE UU de Bush ("uno de los países más desiguales del mundo") se le tenga por un intelectual de izquierdas: "Es extraño, gracioso y da un poco de miedo porque tiene que ver con lo que sucede en mi país, donde cualquiera que esté a la izquierda de Atila es considerado izquierdista".
Por las dudas, Krugman, lo dejó claro: "No soy de izquierdas, pero sí soy muy crítico con el Gobierno actual de EE UU, que en lugar de responder a mis señalamientos me describe a mí como un radical. Me considero un moderado que vive en un mundo a lo George Orwell, que me moteja a mí de radical", sostuvo. Y adelantó cuatro escenarios "posibles y razonables" como resultado de las elecciones del 2 de noviembre: "Una clara victoria de Kerry, una clara victoria de Bush -no me gustaría, pero sería legítimo-, unas elecciones muy disputadas con arduos recuentos o unas elecciones sospechosas con triunfo de Bush". La última opción, dijo, "sería gravísima para la democracia". En todo caso, afirmó al evaluar la relación bilateral tras la retirada de las tropas españolas de Irak, "nos gustaría ver una reconstrucción de la coalición" entre España y EE UU tras las votaciones.
La globalización y sus miserias ("hay problemas y gente que sufre, pero hace 30 años parecía no haber esperanzas para el Tercer Mundo y hoy vemos crecimientos muy rápidos gracias al aumento de las exportaciones; eso tiene que ver con la globalización"), la deslocalización ("no es un problema para los países pobres porque les ofrece posibilidades, sino para los ricos") y la distribución de la riqueza ("EE UU vive en los años veinte del siglo pasado") fueron analizados también por el creador de la nueva teoría del comercio, profesor de Economía y Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton.
El petróleo y su crisis tampoco escaparon al examen. Una de cal y otra de arena resumen su visión: "Ésta no es la gran crisis, sino un ciclo de crisis convencional que se resolverá en un plazo de tres a cinco años. El desastre de Irak ha incidido, pero es el crecimiento chino y su demanda lo que nos ha pillado por sorpresa. La crisis gorda no ha llegado todavía, pero se acerca. Se dará cuando lleguemos a los límites geológicos de producción de petróleo".
El autor de El gran engaño opinó también sobre la reciente ampliación de la UE con algo así como un no, pero bueno...: "Siempre ha habido tensiones entre la profundización y la ampliación. Son dos conceptos contradictorios. Existen más problemas de cohesión cuando hay que uniformar países con diversos niveles de ingreso. Si yo fuera europeo defendería una Europa más cohesionada, que avanzara no hacia un Estado- nación, pero sí hacia la uniformidad. La ampliación es buena, pero me preocupa que retrase el logro del proyecto original".
Babelia
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