Hombre Araña en apuros

Ni el propio Hombre Araña en persona podría salvar a los productores del montaje de los apuros en que están metidos. Con 50,3 millones de euros de presupuesto, Spiderman: Apaga la oscuridad está considerado el musical más caro de la historia. Pero si hay algo por lo que esa espectacular producción está batiendo marcas es por el número de heridas que ha provocado entre sus actores y por las constantes demoras en el estreno oficial. Con música de Bono y The Edge, de U2, la preproducción de la obra comenzó en 2007 y abrirá oficialmente el 7 de febrero, cuatro años después. Durante los pases de preestreno estos días, dos actores han sufrido graves heridas y se han visto obligados a salir del reparto.

El incidente más sonado ocurrió el pasado 20 de diciembre. Christopher Tierney, enfundado en las mallas del Hombre Araña, se disponía a protagonizar uno de sus dramáticos y arriesgados saltos, con la ayuda de la famosa telaraña que emana de sus muñecas. En lugar de eso, y desde una superficie de siete metros, cayó al suelo. Aquello acabó con diversas inspecciones por parte de las autoridades y los sindicatos de actores. El golpe no fue una broma: Tierney sufrió una fractura craneal, se rompió cuatro costillas y se fisuró tres vértebras. Salió de la unidad de cuidados intensivos el 30 de diciembre y regresó al teatro, a visitar a sus compañeros, esta semana. Durante cada representación, diversos actores interpretan al superhéroe, dadas las muchas acrobacias y la ubicuidad que requiere el papel.

Todos los pases de Spiderman en el teatro Foxwoods de Manhattan son solo un modo de poner en rodaje la compleja superproducción antes del estreno oficial de febrero. La escena en la que cayó Tierney no es una de las más arriesgadas. Las hay que comprenden unos complejos saltos acrobáticos tan sofisticados que el pasado otoño despertaron dudas sobre la seguridad de los actores en escena. Los críticos estadounidenses coinciden en que es complicado poner en escena en un teatro las aventuras de un héroe al que Hollywood ha convertido en un ejemplo de la generación de imágenes por ordenador. La directora elegida para ello, Julie Taymor, tenía una experiencia a medida: suyo fue el éxito del musical El Rey León en 1997.

A finales de octubre, Kevin Aubin, uno de los actores que interpretaba al héroe arácnido se rompió las dos muñecas. El primer pase de la producción, el 28 de noviembre, fue un desastre: sobre la cabeza de la actriz Natalie Mendoza, que interpretaba a la superheroína Arachne, se desplomó una cuerda pesada, y sufrió una contusión. El golpe le dejó secuelas, como náuseas y mareos y decidió dejar la producción. "Ha sido una decisión difícil", dijo. "Pero me temo que me es imposible seguir actuando en Spiderman después de mi lesión". No fue la primera en irse.

En marzo, la actriz Evan Rachel Wood (nominada en 2003 al Globo de Oro como mejor actriz por 'Thirteen'), que iba a interpretar a Mary Jane Watson, la novia del superhéroe, abandonó el proyecto. Lo mismo sucedió en abril con el veterano Alan Cumming (premio Tony al mejor actor en 1998 por su papel en Cabaret), que iba a ser el villano Duende Verde. Por aquel entonces el musical parecía destinado a no estrenarse jamás, con constantes demoras en la fecha de apertura en Broadway y exorbitantes aumentos en los costes de producción.

Las desgracias, sin embargo, parecen haber dado sus réditos económicos. El musical es la comidilla de los diarios neoyorquinos. Incluso el veterano programa de humor Saturday Night Live le dedicó una escena: un presentador entrevistaba a un ficticio cuarto actor enfundado en el traje del Hombre Araña. "¿Qué les pasó a los otros tres? Bueno, el primero se rompió la muñeca. El segundo se destrozó la pierna. El tercero, simplemente, explotó", bromeó el actor. Tanta ha sido la publicidad que hay lleno en los preestrenos. En diciembre, en una sola semana, el musical recaudó un millón de dólares (unos 774.000 euros).