"Hay una sacralización de lo político bastante irritante"
Entrevista con el escritor Carlos Semprún Maura
El nombre de Carlos Semprún Maura apareció, puede decirse que por primera vez en España, a raíz de la polémica suscitada por la intervención de Solyenitsin en las antenas de TVE, cuando, en un artículo de Cambio 16, defendió el valor testimonial de El archipiélago del Gulag. Luego trabajó durante un año en la prensa madrileña y desapareció. Acaba de publicar dos libros, ya aparecidos en Francia: Revolución y contrarrevolución en Cataluña 1936-1937, y la novela El año que viene, un Madrid (Monte Avila). Tiene un proyecto de revista, de título resueltamente provocador: Nada.
Pregunta. ¿Otra revista en los quioscos? ¿No está el mercado saturado?Respuesta. En realidad, más que revista, se trata de unos cuadernos sin periodicidad fija. Un año podrán salir uno o dos y otro cuatro o cinco. En cuanto al mercado, es posible que esté saturado de malas revistas... No digo que nuestros cuadernos serán «buenos», pero intentan ser diferentes. Por de pronto, queremos que sean resueltamente internacionales. Por ejemplo, en el primer número -que esperamos que salga para la Feria del Libro- habrá un dossier sobre la disidencia soviética, de la que se habla muy poco en este país. Hablaremos sucesivamente de China, Cuba, Alemania, etcétera. Y, desde luego, de España. De hecho se pretende hablar de todo, pero con una visión crítica, sin filiación, con ninguna bandera o burocracia.. Nada me parece un nombre bonito y con bastante raigambre ibérica. Ya veremos. Desde luego no es empresa fácil. La edita Tusquets, en donde llevo la colección Acracia, y habrá bastantes coincidencias entre ambas cosas, aunque sean autónomas.
Entre los colaboradores del primer número figuran Castoriadis, VIadimiro Bukosvski, Claude Lefort. Pero también Carmen Martín Galte, Antonio López Campillo, Xavier Domingo, etcétera. No va a ser fácil, pero intentaremos variar al máximo los temas y los colaboradores, sin caer en los «umbrales», sencillamente porque ya escriben en todas partes y nos gustaría llegar a publicar gentes y temas que no publican los demás.
P. ¿Qué relación hay entre el Semprún Maura ensayista y el novelista?
R. No sé. De hecho yo escribo literatura desde hace mucho tiempo. Escribí mucho teatro. Tengo tres novelas publicadas en francés (escritas muchas más, pero como no se venden...). Si se conoce un Foco más mi prosa polémica -más que política-, se debe, creo yo, a la moda actual en España. Hay una sacralización de lo político en este país bastante irritante. De «política» he escrito menos. Aparte de mi libro sobre Revolución y contrarrevolución en Cataluña -que, claro, es el rnás vendido y traducido, existe ya una versión zatalana, por ejemplo-, sólo he escrito un folleto en castellano: Ni Dios, ni Amo, ni CNT.
P. El año que viene en Madrid, ¿es lo que los profesores de literatura bautizan «novela social» o «novela política»?
R. Espero que no, espero que sea social y antipolítica. Voy a decir trivialidades portentosas, pero para mí es, ante todo, una novela de amor y una novela sobre el tiempo que pasa y la muerte que está a la vuelta de la esquina. Lo que sí ocurre es que el protagonista «se mete mucho en política», hasta la náusea. También puede decirse que es la historia de una deserción.
P. A pesar de existir montañas de libros sobre la guerra civil, ¿qué le movió a escribir sobre la revolución y contrarrevolución en Cataluña? ¿No está el tema agotado?
R. Ni está agotado, ni yo lo agoto. Tenga en cuenta, además, que lo publiqué en Francia, en donde muchos aspectos de la contienda estaban y siguen ignorados. La visión dominante es la simplista, estilo Morir en Madrid. Aquí ocurre algo parecido, debido a los cuarenta años de censura y a las diferentes versiones propagandísticas. Pero, desde luego, existen excelentes textos sobre el tema, por ejemplo, los de B.Bolloten y N. Chomsky. A mi me han interesado particularmente tres cosas, estrechamente relacionadas entre sí: demostrar la importancia y amplitud de la autogestión realizada en la zona republicana por los obreros campesinos libertarios, que constituye una experiencia única en la historia, analizar cómo «al calor del poder» se crea una burocracia cenetista -sí, sí, aunque parezca contradictorio, así es-. Burocracia en el pleno sentido de la palabra, o sea a la vez política y económica -y hasta militar-. Este es un aspecto particularmente ignorado por los historiadores. En fin, criticar la actividad profundamente contrarrevolucionaria del PC y de la URSS, ya en aquellos momentos. De hecho, no hubo -o no hubo solamente- un enfrentamiento militar entre franquistas y republicanos, sino que hubo una profunda revolución social en la zona republicana, aplastada por los comunistas, que contaron para tan noble empresa con muchos aliados directos o indirectos, incluso entre los dirigentes de la CNT. Todo esto es muy complejo y difícil de explicar en pocas palabras, se necesita un libro, o varios.
P. ¿Qué acontecimientos han determinado su evolución, desde la servidumbre voluntaria en el PCE, FLP y otras organizaciones que se pretendían de extrema izquierda hasta sus posiciones antiautoritarias de hoy?
R. Aprovecho su pregunta para señalar una cosa que siempre me ha parecido curiosa. Yo me largué del PCE el verano de 1957 -o sea, hace más de veinte años-, y permanecí en él menos tiempo que un dirigente de la CNT que conozco, pero aún se me,sigue relacionando, de una forma u otra con ese partido. ¿No será porque ese partido tiene mucho de cuartel y de Compañía de Jesús, de los que se dice que «marcan» para toda la vida? Para contestarle, creo que mi evolución se debe a una experiencia y a una reflexión personal. Pero muchos acontecimientos han desempeñado su papel: el XX Congreso del PCUS, Polonia y Hungría, en 1956, mayo de 1968, el descubrimiento de la importancia del Gulag, etcétera. También numerosas lecturas. Pero Tan cuales fueren los motivos y hablando claro, dicha evolución me ha conducido a. ser hoy un antícomunista no visceral, sino reflexivo, porque considero que eso que llaman comunismo en los papeles constituye el mayor peligro de totalitarismo que existe en el mundo.
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