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Adiós al retratista de América Latina
Columna
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Generosa herencia

Leila Guerriero

En el prólogo de Música para camaleones, Truman Capote contaba que había comenzado a escribir, a los ocho años, relatos varios. "Me divertía muchísimo al principio. Dejé de divertirme cuando descubrí la diferencia entre escribir bien y mal, y luego hice un descubrimiento más alarmante aún: la diferencia entre escribir muy bien y el verdadero arte. Una diferencia sutil, pero feroz. Después de eso, cayó el látigo". A Tomás Eloy Martínez le gustaba citar ese prólogo cuando hablaba de la escritura: de la actitud que un escritor o un periodista debían tener ante el objeto de sus desvelos, ese látigo que azota con poco de placer y mucho de exigencia, de demanda, de entrega obcecada. No creía que esa entrega, esa demanda, esa exigencia, debieran ser distintas según se trabajara con materia real o de ficción. Y sentar las bases de esa libertad narrativa, y sentarla ya no desde publicaciones esporádicas sino desde Primera Plana, Panorama, Página/12, La Nación o la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano es una de sus más generosas herencias para miles de periodistas latinoamericanos.

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En todos esos sitios construyó espacios en los que el periodismo, como una forma del arte no diferenciada de la literatura en sus exigencias de calidad, de búsqueda narrativa, de -esa palabra que le gustaba tanto- eficacia, desplegó alas. Vino a decir hace ya años, con libros, con artículos que podían versar sobre los sobrevivientes de la guerra de Hiroshima o el poeta Saint-John Perce, lo que ahora es ley en el periodismo narrativo: que importa el qué, pero sobre todo el cómo. Que una historia, aunque repasada una y otra vez, puede arrojar mejores brillos y mejores llagas si se la expone a una mirada que esquiva los lugares comunes y las certezas se sumergen en las aguas, mucho más peligrosas, pero tanto mejores, del periodismo bien hecho.

Eso se le debe. Eso le debemos todos.

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Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

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