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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Amores interraciales

Los directores que comienzan a trabajar en el mundo de la publicidad, por muchas películas que hagan, por años que permanezcan apartados de él, no pueden ocultar sus orígenes. Necesitan muchos más planos que cualquier otro realizador para contar lo mismo y al menor descuido, cuando consiguen la suficiente libertad para hacer lo que les gusta, sus películas parecen una sucesión de anuncios publicitarios o uno solo estirado hasta el límite.Esto es lo que le ocurre al realizador británico Mike Figgis, capaz de hacer atractivos y sólidos trabajos, como el policiaco Lunes tormentoso (1988) o el drama académico La versión Browning (1994), pero también películas mucho menos interesantes, más cercanas a la estética de la publicidad que a la del cine, como Después de una noche. Además, Figgis también proviene del mundo de la música, por lo que la mayoría de sus producciones parecen una excusa para almacenar sus composiciones preferidas.Tras el éxito de Leaving Las Vegas (1995), su trabajo más personal y una de sus mejores películas, que se sitúa en el peligroso límite de ambos estilos, la estética publicitaria y la invasión musical, encuentra plena libertad para rodar en EE UU Después de una noche, pero esta vez los resultados no son tan positivos.

One night standDirector y guionista: Mike Figgis

Fotografia: Declan Quinn. Música: Mike Figgis. Estados Unidos, 1997.Intérpretes: Wesley Snipes, Nastassja Kinski, Kyle MacLachlan, Ming-Na Wen, Robert Downey Jr. Estreno en Madrid: Palacio de la Prensa, Victoria, Bristol, Conde Duque, Lido, Albufera, Renoir (versión original subtitulada).

En primer lugar, el guión, del que también es autor Figgis, muestra dos historias muy diferentes, los amores interraciales entre dos personas casadas y la muerte por sida de un homosexual amigo y pariente suyo, que en ningún momento acaban de engranar por completo, al estar una narrada en clave de comedia y la otra en clave dramática.

Además, la estética publicitaria creada por Mike Figgis para esta película, que nace de que su protagonista es un famoso director del medio, llega demasiado lejos con sus múltiples planos, sus continuos fundidos en negro en mitad de una escena, su estética demasiado refinada, al tiempo que su excesiva banda sonora, de la que también es autor, llena toda la película de música.

Tres partes

No obstante, Después de una noche, dividida en tres partes separadas por largos espacios temporales, tiene un buen arranque, con la historia del negro, casado con una china, que en Nueva York se enamora de una rubia alemana, así como un curioso final, pero entre medias se extiende demasiado en la historia del enfermo de sida, que en principio sólo parecía algo anecdótico.Dentro del irregular conjunto destaca la extraña pareja protagonista, integrada por el musculoso Wesley Snipes, especialista en brutales películas de acción, que demuestra que también es un buen actor, y Nastassja Kinski, que, tras años de exilio en el cine italiano, vuelve al panorama internacional. Bien secundados por un Kyle MacLachlan, menos hierático que en otras ocasiones, y Robert Downey Jr. en uno de los mejores papeles de su no muy atractiva carrera.

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