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Enganchados al 'thriller' histórico

La mitad de los 30 libros más leídos en 2006 en España sigue la senda de 'El código Da Vinci'

Bajo el sonido de Vivaldi, nueve lectores forman una media luna dentro de una especie de pecera tapizada de azul petróleo, con un cristal de cara al pasillo de la librería. Nada de lo que ellos están leyendo esta mañana es lo más leído en España. Y aunque ahora no levantan la cabeza de esos otros libros, muchos sí que han regalado varios de los temas literarios favoritos de los lectores españoles: el thriller-histórico-religioso-aventurero-cultural. Un subgénero que podría responder a las siglas de thracul. La reencarnación de un best seller de 2004, El código Da Vinci, de Dan Brown, que ha dejado una planetaria estela de autores y lectores seguidores de lo que el escritor Jesús Ferrero define como "novelas de revelación".

Y aunque ahora no levantan la cabeza de esos otros libros, muchos sí que han regalado varios de los temas literarios favoritos de los lectores españoles: el thriller-histórico-religioso-aventurero-cultural. Un subgénero que podría responder a las siglas de thracul. La reencarnación de un best seller de 2004, El código Da Vinci, de Dan Brown, que ha dejado una planetaria estela de autores y lectores seguidores de lo que el escritor Jesús Ferrero define como "novelas de revelación".

Una moda temática que ha contribuido a que el porcentaje de lectores españoles que declara leer al menos una vez al trimestre se haya mantenido en un 55,5% (21,1 millones de personas), es decir, apenas 1,5% menos que en 2005. Son datos del estudio Hábitos de lectura y compra de libros 2006, presentado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) y realizado a partir de 16.000 entrevistas a lectores. El resultado desvela el poco riesgo de los españoles para acercarse a nuevas propuestas literarias y a las obras mejor valoradas por la crítica, y confirma el reinado indestronable de la novela como género favorito. Quizá porque, como dijera el filósofo húngaro György Lukács, "la novela es la epopeya de un mundo sin dioses".

Un silencio seguido de un ummm es la primera reacción de nueve lectores que pasan la mañana en una librería madrileña al conocer los resultados del estudio de la FGEE. "¿En serio? ¿Ésos son los libros que más se leen?", pregunta Antonio, un ecuatoriano que lleva seis años en España y que tiene entre manos una biografía de Dalí y un cómic. El muchacho, al que acompaña su hermano, queda impasible al saber que los tres títulos preferidos (de los 65.000 publicados en 2006), fueron El código Da Vinci, La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, y Los pilares de la tierra, de Ken Follet. Novelas de hace tres, cinco y quince años. Sólo uno de los 30 más leídos, La catedral del mar, de Ildefonso Falcones (en el puesto número cinco), es del año pasado. Y siete fueron publicados en 2005, es decir, 22 son títulos de al menos dos años de antigüedad.

Tras oír la lista de los libros que más gustan a los españoles, en el auditorio de lectura se sucede una romería de comentarios como "¡Claro!" o "Era de esperar". Catalina García, una futura abogada con una guía de Tailandia en la mano, dice que no le sorprende el éxito de los libros thracul, pero sí el hecho de que, de los 30 primeros libros, 16 pertenecieran a ese género. Ella está dentro del perfil del lector que se consolida: mujer, universitaria y joven que prefiere la novela y lee por entretenimiento.

Hace 52 minutos que ha abierto sus puertas la librería y por sus cajas registradoras ya han pasado varios de los títulos más leídos: El último Catón, de Matilde Asensi (en el puesto 13), El alquimista, de Paulo Coelho (22), En el blanco, de Ken Follet (19). Y El perfume, de Patrick Süskind (27), que ha comprado Adela Fernández. "A mí me entretienen", asegura, "y cuando empiezo a leerlos me olvido de todo y aprendo algo".

La lista está dominada por historias que buscan descifrar misterios religiosos, desacralizar mitos y personajes cristianos o enfrentar tabúes históricos, mientras el lector recibe una pátina de cultura. Es la gran arca literaria de lo que va de milenio. Una clave también descubierta por cinco autores españoles que llevan vendidos 12 millones de ejemplares aquí y en más de 40 países en una treintena de idiomas. De ellos, cuatro están en la lista de los 30 libros más leídos en 2006: Ruiz Zafón, Falcones, Asensi y Julia Navarro. El quinto, Javier Sierra, se ha quedado a las puertas con La cena secreta.

Libros como éstos y de toda clase no dejan de hacer sonar sus códigos de barras en las cajas. Dos plantas más arriba, los lectores de la pecera azul petróleo siguen ajenos a la moda. Y ya no son nueve, sino 10. José Antonio Márquez ha llegado y se ha sentado en el suelo como los indios para leer Eragon, de Christopher Paolini. Es un joven brasileño que dice que "el gusto de aquí es el mismo que el de Brasil". "Es lo que se lee en todas partes", explica. "Vivimos rodeados de secretos, y que alguien especule de forma sencilla sobre ellos es bueno".

Queda pensativo cuando se entera de que los 30 primeros libros de la lista son novelas, y que sólo 13 corresponden a autores en español: 11 españoles y dos latinoamericanos (García Márquez con Cien años de soledad e Isabel Allende con La casa de los espíritus). "Pero seguro que está El Quijote, ¿no?", pregunta dudoso el brasileño. "Menos mal", dice aliviado al enterarse de que el clásico de Cervantes es el sexto preferido.

Van a ser las doce y los del auditorio de lectura en la tercera planta de la librería están ahora envueltos en los sonidos de Bach. Una planta más arriba, un muestrario con 33 columnas de libros parece un ecualizador o lector de sonidos musicales. Sólo que aquí el ritmo lo impone el gusto de los compradores. Ojean unos. Hojean otros. Se llevan algunos y los empleados reponen. Así surge el sube y baja de este ecualizador literario cuya frecuencia son las novelas que aspiran a ser las preferidas de 2007: Kafka en la orilla, de Haruki Murakami; Escucha mi voz, de Susanna Tamaro; La fortuna de Matilda Turpin, de Álvaro Pombo; La herejía, de Romain Sardou; 616: Todo es infierno, de David Zurdo y Ángel Gutiérrez, o El corazón helado, de Almudena Grandes.

Hace dos años también lo tuvo difícil La conjura contra América, de Philip Roth, que acaba de comprar otro cliente, Pablo González. "Cada uno se enrolla con lo suyo", dice. Y se va. Como ya lo han hecho varios de los lectores de la pecera azul petróleo, mientras arriba siguen los acordes y desacuerdos del ecualizador literario.

Lectores en una librería madrileña.
Lectores en una librería madrileña.BERNARDO PÉREZ
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