Bruce Springsteen conquista Valencia con el espíritu del viejo Oeste
Cerca de 25.000 personas que acudieron al estadio Ciutat de Valéncia para presenciar el concierto
El músico estadounidense Bruce Springsteen revivió esta noche en Valencia el espíritu del viejo Oeste con un concierto de folk americano, en el que banjos, violines y coristas rememoraron el ambiente de un "saloon" y fluyeron hacia contundentes muestras de blues, jazz y rock and roll.
En el segundo concierto de su gira por España y su primera actuación en Valencia, las cerca de 25.000 personas que acudieron al estadio Ciutat de Valéncia presenciaron una recreación musical y escénica de aquel mito orquestal, encarnado hoy por los diecisiete músicos de la Seeger Sessions Band y por el comprometido talento del rockero de New Jersey.
Más de dos horas
"El Boss" no ha basado su trayectoria en la evolución experimental de los sonidos, sino en esquemas clásicos de composición, en instrumentos cotidianos y en elevadas dosis de genio y protesta artística; cualidades que le habilitan para homenajear al perseguido Pete Seeger en un recital de casi dos horas y media y conseguir que el público vibre sin reclamar sus grandes éxitos.
Con quince minutos de retraso sobre la hora prevista y bajo un austero escenario flanqueado por la banderas española y estadounidense, Springsteen dio comienzo con "John Henry" a un exhaustivo y festivo recorrido por las raíces de la música americana, en la que no necesitó de los Born in the USA para conectar enseguida con su público. Le siguieron temas como Old Dan Tucker y Eyes on the prize, y con ellos llegaron los ecos cinematográficos de Jesse James, en la que la banda recuperó la leyenda de los forajidos del viejo Oeste y recordó a los sonidos que Bob Dylan y Sam Peckinpah inmortalizaron en Pat Garret & Billy the Kid.
Destacó, no obstante, el contraste entre la actitud reivindicativa del músico norteamericano y el conservadurismo de una gira europea ceñida a un estricto guión, fortificado por los mejores músicos con los que se puede contar para este tipo de espectáculos.
Viejos éxitos
La fiesta se trasladó paulatinamente a espacios más próximos, como la sala de cabaré evocada por la sección de viento en temas como My Oklahoma Home, y desembocó en momentos íntimos, como su particular revisión del clásico The river y en Devils & Dust, con la que Springsteen justificó la calidad de su trabajo homónimo previo al rescate de Seeger. Asimismo, con Mrs. McGrath reivindicó los orígenes irlandeses del folk americano, importados y adaptados del Viejo Continente como el resto de las esencias de la cultura norteamericana.
Había transcurrido gran parte del concierto, entre canciones perseguidas por el Comité de Actividades Antiamericanas y destellos de gospel, y nadie echaba de menos los viejos éxitos del veterano músico, ni de la E Street Band, gracias a composiciones como Jacob's Ladder, momento culminante en el que, ejerciendo de predicador, certificó la vigencia de su voz y levantó hasta las gradas más lejanas del estadio.
Hubo tiempo para el rock de los 80 (You can look), el reaggae, el intimismo patriótico (My city of ruins, en homenaje a la Nueva York posterior al 11-S) y la revisión religiosa de un himno tan popular como When the Saints go marchin' in, que dio paso a los dos trallazos sonoros del viaje más americano que ha visto Valencia en muchos años, con This little light of mine y American land.
En ese momento, miles de personas puestas en pie se rindieron al "Boss" durante diez minutos finales que hicieron temblar el estadio en un baile colectivo de homenaje a la música norteamericana, a los salmos, las leyendas de bandidos, los desamores de la Costa Oeste y la búsqueda de la salvación a través de una melodía.
Granada, Barcelona y Santander se preparan ya para su ración de historia. Bruce Springsteen es el profesor que, para este curso, ha decidido que aprendamos de dónde viene la música con la que hemos crecido.
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