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Incidentes en el Canet-Roc 78

De auténtico fracaso puede calificarse la celebración, el pasado fin de semana, del festival de música rock Canet-Rock 78. Algo más de 25.000 personas, un número menor del que esperaban sus organizadores, acudieron a la localidad costera de Canet de Mar -sesenta kilómetros al norte de Barcelona- para presenciar el festival.Diversos fallos en la organización, unido a la dudosa calidad de algunos de los grupos que actuaron a lo largo de las casi veinte horas que duró el festival posibilitó la proliferación de incidentes. Los servicios de seguridad previstos por la organización se vieron prácticamente desbordados por los asistentes. Algunas de las vallas de protección del recinto fueron rotas por el público, permitiendo el libre acceso al festival de varios miles de personas. Según los organizadores sólo unas 15.000 personas pasaron por la taquilla y abonaron las cuatrocientas pesetas de la entrada.

Los incidentes, ya sea entre personas del público, entre éste y los actuantes e incluso entre los conjuntos de rock, estuvieron a la orden del día. Los servicios de la Cruz Roja atendieron a 53 heridos. La mayoría de ellos lo fueron por botellas rotas, intoxicación etílica y drogas. Se registró un herido por arma blanca y un aborto espontáneo. En diversas ocasiones, los espectadores arrojaron restos de basura al escenario. Una lata de cerveza vacía arrojada contra la cantante Nico hizo que ésta abandonara el estrado a media actuación. Cuando el grupo Tequila estaba preparando su actuación, los componentes de Ultrabox empezaron a montar su equipo para disponerse a actuar. Ello provocó momentos de confusión entre los organizadores, quienes decidieron que fuera el público el que optara por una u otra actuación.

En general, las actuaciones no llegaron al nivel de calidad esperado. De entre ellas sobresalieron las de Blordie, Música Urbana y David Allen, mientras que las demás -Teta Atómica, Gotic, Bijou, Borne, Banda Trapera del Río...- fueron acogidas por el público en medio de una gran indiferencia, cuando no con silbidos y abucheos.

El festival había sido presentado como la despedida de la era Piscis y la llegada de la era Acuario. Pau Riba, que debía hacer la presentación de la nueva era, decidió suspender su intervención a raíz del cariz que tomaba el recital y el alto grado de desorganización alcanzado.

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