"Asesinato y arqueología son una combinación ideal"
Una niña aparece asesinada sobre un antiguo altar de piedra en un yacimiento neolítico irlandés en plena excavación de urgencia por la construcción de una autopista. El detective que investiga el caso -y va relatando la pesquisa en primera persona- fue de niño él mismo víctima de una experiencia traumática al desaparecer con dos compañeros de juegos en la misma zona del crimen, un bosque entonces, y regresar solo, incapaz de recordar lo sucedido y con los zapatos llenos de sangre. Ahora, 20 años después, Ryan, convertido en policía, se enfrenta al asesinato, que podría estar vinculado con el viejo misterio, y a todos sus fantasmas personales. Este es el argumento de la subyugante novela El silencio del bosque (RBA), de Tana French (Vermont, EE UU, 1973), que pasó parte de su infancia y juventud en Irlanda y vive en Dublín.
"¿Algo más difícil de comprender que el crimen? El amor, tal vez"
El relato está lleno de vericuetos, de sorpresas, de pistas falsas, de sobresaltos y, lo que es más destacable en el género, de sentimientos. La figura del detective protagonista -y la de su compañera de investigación, Cassie- es de las que no se olvidan: herido, esquivo, inteligente, sensible, incapaz de decir la verdad. Hay algo además muy profundo en la historia, algo ancestral, telúrico, terrible: la sangre y la muerte se contagian del enigma atávico del bosque y la excavación, como en los conmovedores poemas de Seamus Heaney sobre los cuerpos de la turba y los ritos funerarios de la antigüedad. Se lo digo a Tana French en esta luminosa tarde de Dublín, víspera del Bloomsday, nada menos, mientras hablamos en el bar del hotel Central, uno de los escenarios de su novela. "Siempre me ha fascinado la arqueología", señala la escritora con un brillo de entusiasmo en sus extraordinarios ojos grises, que dominan un rostro parecido al de Jamie Lee Curtis rematado por un flequillo radical. "A los seis años quise descubrir Troya, pero cuando supe que ya estaba descubierta decidí cambiar de carrera. El arqueólogo tiene mucho en común con el detective. Ambos investigan, rastrean pistas, deben moverse con delicadeza entre las evidencias. A menudo no hay explicación, solo resultados. La idea de la novela me vino ante un yacimiento junto a un bosque; me pareció una combinación ideal: muerte y excavación; asesinato, detectives y arqueología". Le recuerdo a French que Agatha Christie vivió inmersa en la arqueología: su segundo marido fue el arqueólogo Max Mallowan (dos maridos: un aviador y un arqueólogo, una mujer de buen gusto).
French señala en sí misma la profunda influencia de la naturaleza, algo muy perceptible en sus descripciones del bosque y el poder numinoso de este. De niña vivió en África, en Malaui. "Eso te hace estar muy cerca de la naturaleza y experimentar su poder. Es maravillosa pero muy peligrosa. Te puede matar". En El silencio del bosque el peligro de la naturaleza, físico y psíquico, es uno de los elementos más perturbadores y fascinantes. Incluso hay un momento en que parece que la trama derive hacia una dimensión fantástica. No están lejos Machen y su gran dios Pan y, por supuesto, el neopaganismo de la Golden Dawn y de Yeats. "Es cierto que ese elemento fantástico está ahí, me gusta mucho la mitología. El bosque es el reino mágico de la infancia, el lugar encantado, el sitio sagrado. Nunca he creído en las fronteras del género, la novela negra no tiene que ser solo de crímenes, las convenciones solo deben ser el punto de partida. Me encanta el misterio, y las fronteras borrosas". Miramos ambos a la vez hacia la ventana, hacia este Dublín en el que basta dar unos pasos para ver un cisne, un duende, una foca o toparte, mañana, con un Joyce de carne y hueso.
French ha sido actriz de teatro y ha hecho, por ejemplo, de Viola en Noche de Reyes. "Me meto en los personajes de la novela como en los del escenario, el teatro ayuda mucho para contar la acción a través de los ojos de un personaje y de sus prejuicios". De la forma de resolver los enigmas que plantea en la novela y que pueden dejar insatisfechos a algunos lectores, subraya que hacerlo de otra manera habría sido "deshonesto". La vida real, recalca "está llena de ambigüedades y frustraciones, no suele haber desenlaces felices". ¿Cuál cree que es la razón de que tanta gente que es incapaz de matar a una mosca sienta atracción por el género policiaco? "Precisamente eso: intentamos entender algo que nos resulta inconcebible. ¿Hay algo más difícil de comprender que el crimen? El amor, tal vez".
Babelia
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