Argentina celebra el Día de la Historieta
El país latinoamericano conmemora los 50 años de la publicación de 'El Eternauta'
Por segundo año consecutivo, Argentina festejó ayer el Día de la Historieta, efeméride creada en conmemoración de la publicación de los grandes clásicos del género en este país, El Eternauta, hace ahora 50 años.
El 4 de septiembre de 1957 apareció en la revista Hora Cero el personaje que marcaría un antes y un después en los cómics argentinos, creado por Héctor Germán Oesterheld.
2007 es año de aniversarios para los amantes de El Eternauta, porque el 27 de abril se cumplieron 30 años de la desaparición de Oesterheld a manos de grupos paramilitares durante la dictadura que gobernó al país entre 1976 y 1983.
"Este día es una excusa más para regalar y agasajar a quienes crean y disfrutan de las historietas, y para promover su lectura entre quienes todavía no han descubierto la inmensa variedad de géneros y posibilidades de este medio", explicó la Comisión Día de la Historieta en un comunicado.
La década de 1950 fue la edad de oro de la historieta en Argentina, donde llegaron a editarse 150 millones de revistas anuales, destacó.
'El Eternauta' es la historia de una guerra contra invasores extraterrestres, un símbolo de la lucha por la liberación y contra la injusticia que fue sacado de circulación por la última dictadura militar.
En las primeras páginas de la historieta que dibujó inicialmente Francisco Solano López, el personaje cuenta que su nombre explica "en una sola palabra" su "condición de navegante del tiempo, de viajero de la eternidad", su "triste y desolada condición de peregrino de los siglos".
Oesterheld fue secuestrado el 27 de abril de 1977, cuando era un activo militante del grupo guerrillero Montoneros, al igual que sus cuatro hijas, dos de ellas embarazadas, que también fueron apresadas por paramilitares y que, al igual que su padre, siguen desaparecidas.
También fueron secuestrados y desaparecidos dos de los yernos del guionista y se desconoce el destino de sus nietos, lo que constituye uno de los trágicos símbolos de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura.
Babelia
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