Aproximación frustrada
El presente estreno, que narra los avatares sentimentales de una madura solterona judía neoyorquina, enlaza temáticamente y en sus maneras propias del neorrealismo estadounidense con una película realizada en 1955 y titulada Marty. Aquel filme, primero realizado por Delbert Mann, narraba las peripecias de un tímido solterón para encontrar esposa, encarnado por Ernest Borgnine, sujeto a los dictados de un guión escrito magistralmente por Paddy Chayefky, que al igual que el realizador hizo sus primeros trabajos en el medio televisivo. El filme, como los nombres citados, obtuvieron el Oscar de 1955 en sus respectivos apartados.Cruzando la calle, un intento de reverdecer laureles apoyado en el sentimentalismo del su¡ géneris neorrealismo del cine estadounidense y en su protagonista, Amy Irving -la novia de Barbra Streisand en Yend, otra película de protagonistas judíos-, cuyo reciente divorcio de Steven Spielberg ha ayudado a su éxito comercial en Estados Unidos.
Cruzando la calle
Dirección: Joan Mickiin Silver. Guión: Susan Sandler. Fotografia: Theo van de Sande. Música: Paul Chinara. Producción: Michael Nozik. Estados Unidos, 1988. Intérpretes: Amy Irving, Peter Riegert, Reizl Bozyk, Jeroen Krabbe, Sylvia Miles, George Martin, John Bedford Lloyd, Claudia Silver, David Pierce, Rosemary Harris. Estreno en Madrid: cines Avenida, Príncipe Pío (versión original).
Dos mandos
Esta versión femenina de Marty denota un marcado protagonismo femenino, al estar dirigida por Joan Micklin Silver -la realizadora de Hester Street- y ser su guión de Susan Sandler, basado en su propia obra teatral. Su heroína vive en dos mundos: el de su familia judía, situado en el Lower East Side neoyorquino, y aquel otro donde trabaja como empleada de una librería, el sofisticado West Side. Determinismo geográfico urbano que conlleva especial significado en la vida americana.Aquí la heroína aprenderá que no por rozarse con literatos e intelectuales dejará de pertenecer a su mundo marginal. El filme, que por otro lado ejemplifica el rapto europeo de la industria americana en la presencia de los holandeses Jeroen Krabbe (actor) y Theo van de Sande (director de fotografila), discurre sin grandes altibajos, marcando el acento en acertadas pinceladas localistas, y retratando con credibilidad las dispares atmósferas de los barrios opuestos donde tiene lugar su acción.Película menor y detallista, merece respeto por el mimo con que está realizada, aunque el juicio final que su visión produce desvirtúa sus méritos por su convencíonalismo simplón y edulcorado sentimentalismo. Además, no es capaz de universalizar y elevar con suficiente interés su particular anécdota emotiva. Es decir, todo lo contrario que ocurría en Marty.
Babelia
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