Anne Perry deja la actividad criminal

No tiene aspecto de asesina, aunque lo fue y pagó por su crimen. Tal vez por ello o por pura predestinación, Anne Perry ha consagrado su vida a la parte más oscura de la literatura. La prolífica autora (cuenta con medio centenar largo de obras) es conocida por escribir sobre muertes, misterios y detectives, historias pobladas por tipos tan memorables como el investigador privado amnésico William Monk.

Sentada en el sillón de su casa escocesa, desde el que de cuando en cuando se toma un respiro del trabajo para levantar la vista y contemplar el mar, ha decidido cambiar de registro y lanzarse a la novela histórica con El brillo de la seda (Ediciones B). "En esta vida hay que hacer cosas diferentes para no atascarte y así evitar repetirte y, por qué no, resulta divertido embarcarte en aventuras diferentes".

"En la vida no hay que atascarse; conviene hacer cosas diferentes"

Esta dama inglesa de 72 años no tuvo una buena adolescencia. Nació como Juliet Marion Hulme Blackheath en Londres y cuando tenía 16 años mató junto a Pauline Parker a la madre de esta última para que no las separaran. El tribunal condenó a ambas a cinco años de prisión y les impidió volverse a ver. Su vida fue llevada al cine en la película Criaturas celestiales (1994). Han tenido que pasar muchos años para que pudiese hablar de ello sin problemas y ahora, con su traje azul marino y una camisa a tono, su aspecto se asemeja más al de una monja moderna sin hábito que al de una asesina. A ello colaboran sus constantes referencias a Dios.

Comenzó a escribir y cambió su nombre por el de Anne Perry y su vida se deslizó del crimen real al de la ficción a través de los vericuetos de las mentes de asesinos y detectives.

En su nueva novela ha viajado al siglo XIII para dar vida a Anna Marides, una mujer que llega a Constantinopla disfrazada de eunuco dispuesta a cursar la carrera de medicina. Ese es al menos su aparente objetivo. En sus intenciones subyace la liberación de su hermano, acusado de asesinar al emperador Bessarion. "En esta novela hay mucho trabajo de investigación tanto en lo que se refiere a temas de medicina como a todo lo que se relaciona con la vida y la arquitectura en aquella época. Mi obsesión era dar a Anna Marides una personalidad y una cultura capaz de hacerse valer frente a los hombres y resaltar valores como la lealtad, tan difícil de conseguir en esta vida". Aunque su afirmación no está exenta de matices. "Hay que saber con quién uno es leal porque la vida está llena de desengaños y a veces quien menos te lo esperas acaba por traicionarte".

Siente un profundo respeto por sus lectores, acostumbrados hasta ahora a otra clase de historias. "No puedo negar que he sentido miedo. Pero cuando se publicó el libro en inglés la respuesta fue bastante favorable, mucho mejor de lo que cabía creer".

Novelista desbordante y adictiva, acaba de publicar en Inglaterra tres novelas más de detectives, tiene otras tres pendientes y cuatro más en mente. Y por si no fuera suficiente, trabaja con los guiones de seis películas basadas en sus novelas. Ella formará parte de la producción y se responsabilizará del guión. El primero lo entregará en Navidad. ¿De dónde saca tiempo esta respetable dama del crimen? "No tengo otra cosa mejor que hacer", dice.