Alta tensión en la apertura de La Scala
Diez heridos leves en las protestas contra los recortes a la cultura
La tradicional apertura de la temporada lírica en el Teatro alla Scala de Milán se transformó ayer durante unos minutos en un campo de batalla. En las puertas del templo de la ópera, una manifestación de estudiantes, trabajadores y artistas que protestaba por los recortes a la cultura y a la universidad acabó con una decena de heridos leves. Los choques ocurrieron horas antes de que empezara la función de gala, que este año se dedica a La Valquiria de Richard Wagner.
Una vez calmados los ánimos, la protesta continuó dentro de La Scala: el director Daniel Barenboim leyó un pequeño texto de protesta antes de tomar la batuta y de que sonara el himno nacional y recordó el artículo 9 de la Constitución italiana, que afirma: "La República promueve el desarrollo de la Cultura y la investigación científica y técnica. Y defiende el patrimonio artístico y paisajístico".
Dirigiéndose al presidente de la República, Giorgio Napolitano, micrófono en mano, Barenboim añadió: "En nombre de mis compañeros que cantan, bailan y trabajan, no solo aquí sino en otros teatros, estoy aquí para decir hasta qué punto estamos profundamente preocupados por el futuro de la cultura en Italia y en Europa".
Napolitano, que siempre se ha mostrado crítico con los "recortes indiscriminados" del Ejecutivo, aplaudió la intervención del maestro, y el público le secundó.
"Es así en toda Europa, es triste", comentó el director de La Scala, Stephane Lissner, que criticó también la ausencia del ministro de Cultura, Sandro Bondi, quien se había escudado en su deber de votar una ley en el Senado, precisamente la de presupuestos. "Es una pena que el ministro no haya venido", ironizó Lissner, "pero no comento nada, tendrá otra cosa que hacer".
Babelia
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