Andalucía podría tener reglamento propio

Junta de Andalucía no descarta tener un reglamento taurino propio tras la aprobación el próximo año de una ley autonómica de espectáculos públicos, que llevaría consigo la creación de una comisión consultiva de asuntos taurinos. Éste es el objetivo de las conversaciones iniciadas con diferentes estamentos por Rafael Martín de Agar, responsable taurino en Andalucía y titular de la nueva Dirección General de Espectáculos Públicos, Juego y Actividades Recreativas.

Martín de Agar tiene claro que su departamento va a defender la pureza de la fiesta de los toros antes que cualquier otro planteamiento. "Para una mala fiesta", apostilla, "es preferible que no haya ninguna". De cualquier modo, asegura que aún no está decidido si habrá un nuevo reglamento, en 1977, o se tratará de completar el actual con un bloque de órdenes que aporte soluciones a lagunas específicas. "Me preocupa más el cumplimiento del reglamento nacional que sus deficiencias", dice el responsable andaluz.Martín de Agar ha iniciado ya reuniones con sectores taurinos que, según sus palabras, "dicen sentirse perseguidos, y aseguran que sólo se les aplica la parte sancionadora de la normatíva actual". Antes de final de año se entrevistará con representantes de otras partes implicadas "desde nuestra total dísposición", añade, "a revisar el contenido del reglamento para adecuarlo a la singularidad de Andalucía, pero desde nuestra convicción de que no disminuirá la exigencia en la integridad del espectáculo y la defensa de los derechos de los espectadores".

El director general de Espectáculos se manifiesta contrario a la orden ministerial del pasado 18 de abril sobre análisis de astas, que califica de "impresentable, antirreglamentaria e inaplicable", y recuerda que la comunidad andaluza tiene transferidas las competencias en materia taurina, por lo que no se sentiría vinculada a una posible actitud liberalizadora del Ministerio del Interior.

Martín de Agar está convencido de que la futura ley de espectáculos públicos pondrá las bases para una política taurina basada en la pureza, el consenso de los sectores afectados, amplia participación de los aficionados, fomento y promoción de nuevos valores, coordinación entre las distintas administraciones y el papel diferenciador de la fiesta en Andalucía.