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Reportaje:

Un huerto para 'plantar' energía

Crece el número de pequeños inversores que apuestan por levantar sus propios parques fotovoltaicos

Ignacio Zafra

En el negocio hay promotores, el suelo tiene un peso clave y justo ahora está experimentando un boom. Pero no se trata de ladrillo. Los llaman huertos solares y en cierta forma representan lo contrario; una vía para invertir en energía renovable que se extiende como un reguero de pólvora entre ciudadanos de a pie, con conciencia ecológica o sin ella.

La idea, esquemáticamente, parece sencilla: Un particular -aunque para reducir costes suele tratarse de una agrupación de inversores particulares- levanta un pequeño parque fotovoltaico y lo conecta a la red de la compañía distribuidora de su zona. La eléctrica, si se dan ciertas condiciones, viene obligada legalmente a comprar la energía producida.

"10 años van para el préstamo. Pero como la hipoteca de un piso alquilado, se paga solo"

Un huerto solar de tamaño estándar (100 kilovatios) viene a costar unos 600.000 euros. Pero que nadie se asuste. Bancos y cajas ofrecen financiar hasta el 80%. La inversión proporciona una tasa interna de rendimiento (TIR) del 10%. Y el plazo de amortización ronda los 10 años. Una vez pagado el préstamo, el huerto rendirá unos 3.800 euros al mes. O mejor dicho, el equivalente dentro de una década a esos 3.800 euros de hoy, matiza José Moreno, del despacho valenciano especializado en promover huertos solares V3J Ingeniería.

Aunque algunas grandes empresas llevan tiempo invirtiendo en energías limpias, incluida la fotovoltaica, el perfil del inversor de los huertos solares es el de alguien que dispone de un capital pero que no es rico.

"A mí me interesaban las energías alternativas, porque sabía que tenía muchas ayudas estatales y europeas. Miré los molinos de viento, pero la inversión era muy alta; en paneles solares estamos hablando de 100 millones [de pesetas] y en molinos estás hablando de mucho más. Y necesitas un estudio medioambiental, el aparato mide no sé cuántos metros de alto, y tiene partes móviles, como las aspas. Al final todo eso son posibilidades de que algo se rompa", comenta Javier Navarro, valenciano, de 32 años, piloto de Iberia y dueño de un huerto solar de 100 kilovatios que espera que empiece a funcionar dentro de unas semanas en Albacete.

"Esto son 100 millones" sigue, "y es mucho dinero, pero el asunto es que se financia. En mi caso, el 80%. En principio, estaré pagando 10 años el préstamo. 10 años durante los cuales lo normal es que no vea dinero. Pero es como la hipoteca de un piso alquilado; se va pagando sola. Y dentro de 10 años, o de seis si puedo adelantar parte del préstamo, voy a tener el producto de lo que he invertido".

El tirón de los huertos solares empezó con el decreto 436/2004 del Gobierno. Hasta ese momento, un particular no podía generar más de cinco kilovatios de energía fotovoltaica. Eso limitaba la cosa a la escala de un chalé. El decreto abrió la puerta del negocio, al permitir que un particular pudiera generar hasta 100 kilovatios. Y ofrecer durante 25 años una prima del 574% sobre el precio medio de referencia de la energía marcado por el Ejecutivo.

El nuevo decreto que prepara el Gobierno, y que podría aprobarse en un mes, no empeorará las condiciones de la energía fotovoltaica, en opinión de los expertos. A la vista de los borradores, creen más bien que se tenderá a eliminar la tarifa media de referencia y a vincular la prima que paga la Administración a la subida del IPC, lo que debería servir para estabilizar el sector.

Según la Agencia Valenciana de la Energía, la comunidad autónoma es una de las principales productoras de energía solar del Estado. Su crecimiento desde 2004 viene siendo exponencial y a finales de este año deberían alcanzarse los 50.000 kilovatios, cuando los últimos datos que maneja el organismo reflejan que en toda España hay instalados 66.400.

V3J Ingeniería se encuentra a punto de abrir su primer parque fotovoltaico, en Alcublas (Los Serranos), formado por 31 huertos solares de inversores particulares que, a simple vista parecen una sola unidad. Reunirlos, indica Víctor Muñoz, miembro del despacho de ingeniería, sirve para abaratar costes en la compra del suelo y en seguridad. Los robos de placas solares resultan, hoy por hoy, uno de los principales frenos del sector. La única respuesta efectiva, afirman los promotores, además del vallado, la instalación de cámaras y la conexión a una central de alarmas, consiste en la presencia física de guardias de seguridad.

"Si no fuera por ese coste sería muy rentable", dice Muñoz. El mantenimiento de las placas no sale caro, la plantilla fija de un parque como el de Alcublas, con 12.600 placas, es de apenas dos personas. Y de la materia prima... De eso se encarga el sol.

A la cabeza en kilovatios solares

La Agencia Valenciana de la Energía (AVE) contabilizaba 900 kilovatios de energía solar instalados en el territorio en 2000. En diciembre de 2006, la cifra se elevaba hasta los 13.500 kilovatios, lo que según sus cálculos serviría para abastecer a 16.300 habitantes. Y a finales de año AVE espera contar con 50.000 kilovatios instalados.

Todo ello, asegura la agencia, convierte a la Comunidad Valenciana en la primera productora española, seguida de la de Navarra (13.500 kilovatios) y de Castilla-León (8.460).

Los datos de la Comisión Nacional de la Energía, sin embargo, señalan que Navarra vendió tres veces más energía solar a lo largo de 2005 que la Comunidad Valenciana (15 gigavatios hora frente a cuatro gigavatios hora).

Tampoco resulta pacífica la importancia de las enormes grandes plantas fotovoltaicas que se encuentran en construcción. Varias de ellas se arrogan la condición de estar a punto de convertirse en la mayor de España, de Europa o del mundo. Sea como fuere una de las mayores del Estado se encuentra en fase de construcción en Beneixama (L'Alcoià). Tendrá 100.000 placas solares, generará 30.200 megavatios hora y entrará en funcionamiento este mismo año, según la agencia valenciana.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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