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Amiga lesbiana, date cuenta: cómo las mujeres ‘queer’ han llegado al ‘mainstream’ a través de los ‘podcasts’

Comenzaron desmontando clichés y han llegado a una audiencia mayor a través de los temas que atraviesan al colectivo LGTBIQ+ y a todo aquel con el que comparten el mismo sistema

Ares Teixidó y Paula Blas
Ares Teixidó y Paula Blas, presentadoras de 'Está el horno para bollos'.RTVE Playz
Ana Marcos

Las mujeres lesbianas y bisexuales llevan años hablando, sobre todo entre ellas. En el inicio de la pandemia empezaron a aparecer en los mismos podcasts a través de los que sus compañeras cis y feministas conquistaron el respaldo del público desde la autofinanciación y sin pasar por la televisión generalista. “Siempre hemos estado ahí”, afirma Nerea Pérez de las Heras, creadora de Saldremos mejores (Podium Podcast), Lo Normal (Cadena SER) y guionista en Está el horno para bollos (Playz), el nuevo espacio de representación de las mujeres queer de RTVE. La diferencia ahora es que son ellas las presentadoras y guionistas de programas en los que se habla de temas que atraviesan a todas las letras del colectivo LGTBIQ+ y que tratan además “un montón de preocupaciones, reflexiones e intereses que van mucho más allá de nuestras identidades y orientaciones”, apunta David Velduque, responsable de Sabor a Queer (Neurads).

Laura Terciado y Bake Gómez empezaron con Maldito Bollodrama (Radio Primavera Sound) a finales de 2021 cuando, después de analizar cómo los contenidos de podcasts LGTBIQ+ anglosajones y latinos viralizaban en redes como TikTok. “En España casi no había, así que aprovechamos ese hueco”, explica Terciado. “Empezamos grabando episodios teniendo en cuenta el algoritmo”, continúa la periodista especializada en redes sociales. “Había que responder a una demanda y TikTok funciona sobre temas, en aquel momento los que tienen que ver con los clichés sobre lesbianas”.

Bake Gómez y Laura Terciado, responsables del podcast 'Maldito bollodrama'.
Bake Gómez y Laura Terciado, responsables del podcast 'Maldito bollodrama'.BELIKLEIN

Es decir, primer paso: hablar de la diferencia entre los términos bollera y lesbiana; cómo salen del armario las mujeres; el sexo lésbico; las adolescencias en las que les robaron o silenciaron el deseo por sus iguales… “En unos pocos meses conseguimos más de 30.000 reproducciones por capítulo”, apunta Terciado. Dos años después, Maldito Bollodrama forma parte de Radio Primavera Sound, con 50.000 escuchas mensuales de media, 1,8 millones desde febrero de 2022 y un total de casi 200.000 oyentes, según datos de la plataforma.

“Es una estrategia para apelar al sentido de pertenencia de nuestra comunidad. Sentir que perteneces a algún lugar es la sal de la vida: ya sea en el Opus Dei o entre las lesbianas. A partir de ahí le puedes dar mil vueltas a los estereotipos, los puedes destruir, reconstruir, hacer chistes con ellos…”, acompaña Pérez de las Heras. Está el horno para bollos ha comenzado con esta premisa de explicar y desmontar clichés. “Es un poco gritarle al mundo que existimos”, apunta Ares Teixidó, presentadora de televisión y ahora también de este pódcast en Playz de RTVE que dirigen Adriana Jiménez y Leticia Romero. “Es difícil encontrar los medios para llegar a hacer este tipo de programa”, acompaña su compañera Paula Bas, jugadora de fútbol en la Queen’s League. La primera tiene 37 años, la segunda 24. Una representa a los millennial y la otra a los Z, como las invitadas del videopodcast. Esta fórmula de debate generacional les ha permitido entrar en el puesto 15 del ranking de los podcasts más escuchados de España en Spotify, a la vez que los vídeos del primer episodio ya acumulan más de cuatro millones de reproducciones, 80.000 interacciones y 1,2 millones de impresiones en TikTok, Instagram y YouTube.

David Velduque, responsable de 'Sabor a Queer'.
David Velduque, responsable de 'Sabor a Queer'.Alcázar

Velduque incluye otro aspecto: la necesidad de un colectivo de sentirse representados. “Solíamos ser el chiste, lo raro, lo escabroso, un poco lo monstruoso en la tele”, dice el cineasta. Sabor a Queer tiene una vinculación directa con la televisión desde el título del pódcast inspirado en el programa Sabor a ti que presentó Ana Rosa Quintana a finales de los noventa. “Era uno de esos talk shows que lideraban mujeres donde a veces nos sentíamos un poco vistos a través de otras personas”, continúa Velduque, “ahora la señora que lo presentaba anda un poco perdida”.

Una vez habían lanzado el cebo para captar la atención del colectivo, estos podcasts han servido para constatar que, por ejemplo, las consecuencias del amor romántico afectan de la misma manera a una lesbiana y a una heterosexual. En el último episodio de Maldito Bollodrama, la escritora Sara Torres plantea una reflexión que sirve de constatación empírica de por qué estos podcasts no son, en palabras de Velduque, “espacios para minorías”. La autora de La seducción explica la violencia que sufren las adolescentes lesbianas cuando se les impone tener relaciones con hombres para “saber si eres o no heterosexual”. La también poeta va un paso más allá: “Hay un guion de los ejercicios sexuales que deben cumplir los cuerpos feminizados”. “Tiene que ver con la heterosexualidad como punto de partida”. “Las niñas heterosexuales también tienen que prepararse para un tipo de relación sexual concreta”.

Este reel de Instagram acumula ya más de 240.000 reproducciones. En un solo vistazo a los comentarios es sencillo identificar que no se trata solo de lesbianas aplaudiendo la reflexión de Torres. “Hablamos de las inquietudes, problemáticas y sueños de las personas de hoy”, continúa Velduque, “lo hacemos desde este lugar de honestidad, de cercanía y, aunque suene un poco moñas, desde el corazón. Todos estos podcasts son un poco la llave para una nueva sociedad, parafraseando a Paul B. Preciado [escritor] en Disphoria Mundi”. Y añade: “Estamos reventando el sistema desde dentro y con las propias armas que nos da el sistema”.

Terciado y Pérez de las Heras coinciden en una cosa: no les quita el sueño si los hombres heterosexuales no aparecen entre los perfiles de sus audiencias. “Si José María, el hetero de 20 años no nos escucha, no aprende, no desestigmatiza determinadas cuestiones, me da igual, lo que hacemos por ejemplo en Lo Normal es una labor mucho más importante, un trabajo de recuperación de la memoria histórica de voces del franquismo en España que se van a apagar y que no están documentadas. La represión y el castigo a las personas LGTBI ha sido muy brutal”, explica la periodista. “En Maldito Bollodrama quitamos la descripción de ‘un pódcast para lesbianas’, esto no quiere decir que nos vayamos a dedicar a convencer a aquellos que nos apartan: ‘Eres un señor, no te voy a hablar a ti, si lo quieres escuchar, bienvenido, pero el mensaje no es para ti porque sabes que hablamos de lo que ha hecho tu género de manera hegemónica”.

@la_ser

🖼️ Roberta Marrero habla del pintor Ocaña en el 40 aniversario de su mu3rt3: "El pintor travesti lo llamaban. Ocaña estaba hasta las narices" #LoNormal #Ocaña #RobertaMarrero #CadenaSER #transexualidad #travesti

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Si con el auge de los podcasts de las cómicas como Estirando el chicle, se tambaleó esa idea de que lo universal, lo mainstream, era, a fin de cuentas, la imposición de lo que le gusta a un señor, estos espacios han terminado de cuestionar este canon. La duda que sobrevuela es si todavía persiste la necesidad de una validación final. Es decir, si quienes lideran estos programas y los temas que tratan todavía tienen que pasar por el filtro de los medios generalistas. “La mirada normada, hegemónica, mainstream no es capaz de percibir las cosas hasta que no están ya sobredimensionadas”, dice Pérez de las Heras adelantándose a la posibilidad de que en el medio corto plazo estos contenidos pasen a la televisión, siempre tras un proceso de filtración. “Hay que conseguir conquistar más espacios”, sigue Terciado. “Sobre todo el espacio de la estabilidad en el medio que sea”, remata su compañera.

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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