Más humor absurdo y más euforia pero en menos tiempo en la segunda temporada de ‘Showriano’
La humorista y presentadora Eva Soriano se desata en el programa de comedia y música, que tiene a Belen Esteban como su primera invitada
Antes de atravesar la cortina para entrar al plató de Movistar Plus+, en la localidad madrileña de Tres Cantos, donde se graba Showriano, ya se oye el bajo de un reguetón que anticipa lo que está por venir. El estudio del show, presentado por la todoterreno Eva Soriano, está rodeado de luces de neón, proyectores de luz y bolas de discoteca. El ambiente de club nocturno, que ya estaba presente el año pasado, en la primera temporada, ha sido llevado a la hipérbole con un estudio al que se le han añadido grafitis, pantallas led y sofás de piel. Un escenario adecuado para el ritmo trepidante de lo que se anuncia como el primer sing show de España y que este lunes presenta su segunda temporada, con un entrevistado menos y una duración reducida de 50 a 30 minutos.
“Es un programa de media horita que te lo ves en un santiamén. Tiene canciones, videoclips, invitados y una presentadora que tiene un culo que parte nueces”, se presenta Soriano, quien está en boga también con su presencia en la radio, como Cuerpos especiales (Europa FM), o programas televisivos especiales (Eugenio hay solo uno). Showriano, donde canta, hace monólogos y entrevistas, está hecho a su medida. “No tengo nervios ni vértigo. Con muy pocos programas llegó a un público que creo que es mi público. Para mí, Showriano es un concepto donde no hay una primera o segunda temporada; durará lo que tenga que durar”.
El humor irreverente, absurdo, con el que Soriano se impulsa mucho con su gestualidad y corporalidad, compagina bien con la primera entrevista de esta segunda temporada: Belén Esteban. La que fue tertuliana por casi 15 años de Sálvame sabe muy bien cómo disfrutar y desenvolverse en un estudio de televisión. Al programa fue a presentar la segunda temporada del reality Sálvese quien pueda (Netflix), sobre los colaboradores de Sálvame, pero terminó comentando el número de la revista Hola que protagonizaba su expareja, el torero Jesulín de Ubrique; de su encuentro con los reyes y cómo le gustaría verlos en un privado de su discoteca favorita, Kapital, en Madrid; o que ya no quería el mote de “la princesa del pueblo”, sino que ahora es “la matrona” como se tatuó en uno de sus brazos. “No nos conocíamos y eres de las personas con las que más me divertí”, le replicaba Soriano.
La charla se suma a los números de música y personajes disfrazados de palomas o de vagina, en un ritmo acelerado de un programa que trata de condensar todo ello en un tiempo reducido. Pero la velocidad es parte de la improvisación y chistes de Soriano: “Soy una persona muy absurda”. Su sinceridad se traduce con el comienzo del espacio, un monólogo en el que aborda temas de actualidad con sátira: en el primer programa ya habla de feminismo, a raíz de los testimonios de tres mujeres por violencia sexual del director de cine Carlos Vermut, publicado por este periódico. “El humor sirve para quitarle peso a la actualidad, lo que tiene que primar en el programa es la comedia, pero también la comedia es un arma reivindicativa”.
Más mujeres protagonistas en el entretenimiento
“Yo creo que soy una vedette del siglo XXI, voy pegándole palos a las cosas, porque lo importante en esta profesión es diversificarse”. Eso sí, confiesa que lo que más le gusta hacer es el stand-up en directo, actuar en vivo en un teatro porque. “En un teatro se crea un contrato con licencias en el que llegas, disfrutas y te vas sabiendo que todo es parte de un show. Ahora, con el soporte visual y el vídeo te llevan a un lugar que no es amable para ti y te ves en unas tesituras que no pasan en el teatro, que es más libre, lo ideal para un cómico”. Sin embargo, es consciente de que estos espacios son un escaparate y le permiten una diferenciación en un sector muy competitivo.
Showriano se une a los programas de entretenimiento que tienen a una mujer como presentadora, como Julia Otero en Días de tele; Carolina y Victoria Iglesias en el podcast Estirando el chicle o Inés Hernand en La 1. Espacios que se están dando a las mujeres, pero de una forma muy lenta y a cuenta gotas, según Soriano, y que, en muchos casos, tienen que partir de proyectos personales. “Durante dos años y medio fui a castings donde estructuralmente había cinco puestos, cuatro para tíos y uno para una tía. Ha tenido que llegar el 2024 para que veamos mujeres en la tele y no solamente en revistas de corazón para hacer reír a señores”.
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