Nostalgia, abanicos y pintura blanca en uno de los últimos días de rodaje de ‘Cuéntame cómo pasó’
La serie de TVE emite este miércoles un capítulo sobre los momentos más convulsos de ETA con la recreación del asesinato de Francisco Tomás y Valiente
¡Acción! Un grupo de personas se reúne en la puerta del instituto Antonio Machado (Alcalá de Henares, Madrid) abrigadas con bufandas y anoraks. Es junio de 2023 a 40 grados a la sombra, pero los periódicos fechan a febrero de 1996 y han asesinado al expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente. Se cierra una claqueta. Están rodando uno de los últimos capítulos de Cuéntame cómo pasó, la mítica serie de TVE que ha recorrido la historia de España desde los años sesenta hasta la actualidad en sus más de 20 años de emisión. En este capítulo tocan los momentos más convulsos de ETA.
Cámaras, abanicos, botellas de agua y pintura blanca. Entre este jaleo destaca el director del capítulo, Antonio Cano, que se acerca a dos figurantes para darles las gracias por estar allí. Son Adrián González y Juncal Infante, ellos fueron testigos el día en el que Jon Bienzobas disparó a Tomás y Valiente en su despacho de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.
La muerte del catedrático provocó un estallido de hastío en la sociedad española que vio cómo la organización terrorista empezaba a dirigir sus ataques a civiles —un año más tarde se produjo el asesinato de Miguel Ángel Blanco—. Ese 14 de febrero, en una de las asociaciones estudiantiles de la facultad donde el profesor murió, a un joven se le ocurrió un gesto que marcó la historia: pintarse las manos de blanco en señal de protesta. Este estudiante era González, siempre quiso quedarse a la sombra porque la idea fue suya, pero el proyecto de todos. El equipo de Cuéntame consiguió contactar con él gracias a una entrevista de EL PAÍS ese año. “No me ha gustado el uso partidista que se ha dado durante todos estos años a una idea que nos juntó a derecha e izquierda y por eso creo que es el momento de contar toda la verdad”, explica a este periódico durante el rodaje.
González tenía que haber estado justo en frente del despacho del jurista en el momento del asesinato. Infante le había pedido que la acompañara a una recuperación, pero al final ayudó a otro amigo con unos trámites en Tráfico. “Igual me salvó la vida porque por mi carácter hubiese sido capaz de enfrentarme”, reflexiona. Al llegar a la universidad, subió al piso en el que se examinaba su amiga, pero lo que encontró fue un charco de sangre.
Él no fue testigo del disparo, pero Infante se acuerda perfectamente del ruido. “Estaba leyendo el examen ante el tribunal y escuché como si una carpeta cayera en seco, pero se repitió dos veces más”, le explica la testigo a los actores que van a recrear este momento histórico. Entonces entró otro estudiante y dijo que habían matado a Tomás y Valiente. Cuando Infante salió de la clase vio al asesino apuntando a los alumnos que había en el pasillo para hacerse hueco y salir del edificio. Ella esquivó el charco de sangre que habían hecho al sacar al profesor de su despacho y bajó al sitio donde estaba la asociación. En ese local de la Autónoma, entre el nerviosismo, González gestó el movimiento ciudadano Manos blancas contra ETA y escribió el discurso que dio la vuelta a España.
A González le enfada que “hayan vuelto a sacar a pasear a ETA”. “Sé lo que es mirar debajo del coche. Se les llena la boca con las víctimas para usarlas de forma partidista y eso denota falta de sensibilidad”. Por este motivo eligieron el silencio en aquella manifestación que reunió a más de 10.000 personas y se ha respetado en su recreación para la serie. Con los dos testigos en primeros planos, la ficción ha traído a 2023 las reuniones que mantuvieron previas a la concentración, la forma en la que decidieron pintarse las manos y el ambiente de hastío.
Para González el capítulo va a tener escasa trascendencia: “Unos van a conocer un episodio que no sabían y otros revivirán sensaciones, pero si en aquel momento se movilizaron millones de personas y ahora volvemos a estar divididos, no creo que estas secuencias remuevan conciencias”. Juncal se muestra más optimista y confía en el cambio de los jóvenes. Carmen Climent, que hace de María, la hija menor de los Alcántara, opina lo mismo: “Yo soy de Bilbao y mi familia siempre intentó protegerme de pequeña, lo recuerdo como un cuento, pero grabando me he dado cuenta de la gravedad y a los jóvenes se les va a abrir un poco los ojos”.
La actriz asegura que tenerlos en el rodaje ha sido un lujo. “No sé cómo suena un disparo ni cómo debo actuar, ahora lo conozco de primera mano”, comenta. El equipo ha intentado recrear las situaciones de forma tan real que Infante y González no han podido evitar emocionarse. Uno de los actores hace de González de joven y explica cómo van a pintarse las manos. Lo que más le ha impactado son los diálogos. Cuando propuso hacer la manifestación silenciosa dijo: “Seamos 30 o 40, ahí vamos a estar”. “Cada vez que lo oigo me saltan las lágrimas porque no pensamos en ningún momento el alcance que iba a tomar”, explica González. Y esa misma frase, la dice Climent.
Pero en el set de rodaje no solo se ha vivido la nostalgia de los dos testigos. El ambiente que se respira es de despedida. Muchos de los presentes en esta jornada no volverán a grabar y un aplauso al terminar su última intervención es la forma que han tenido de despedirlos. El director Antonio Cano lleva desde el inicio, cuando Carlitos Alcántara no levantaba un palmo del suelo. De los 400 capítulos que forman la serie, él ha dirigido 100. “Hay toda una vida detrás. Yo tengo mi familia natural y la familia Cuéntame con la que paso casi más tiempo que con la primera”, afirma con pena el que ha dedicado un tercio de su vida a esta ficción.
Tenga efecto o no, Cuéntame cómo pasó ha repasado los episodios más recientes de la historia. Aunque esta última entrega tiene solo siete capítulos que abarcan desde 1994 hasta 2001 —año en el que se estrenó la ficción—, cuenta con un final a la altura después de que les pararan las grabaciones el año pasado, según Cano. Su inolvidable cabecera fue lo primero que se vio y será lo último. Para cerrar el ciclo, los Alcántara se sientan en 2001 en su sofá de San Genaro para ver el inicio de una serie sobre una familia española cuya melodía reconoce prácticamente todo el país.
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