Vigilad los cielos
El fenómeno de este sábado pudo haber sido el comienzo de ‘El día de los trífidos’ o de ‘Monstruoso’, pero sólo era basura espacial en llamas
Los que tuvimos la suerte de mirar al cielo a eso de la medianoche del sábado en la Meseta Central nos topamos con la extraña visión de un grupo de estelas cruzando el cielo en dirección a la Tierra. Todos lo grabamos por esa necesidad de no dejar ni un rasgo de la vida sin documentar. El paisaje urbano, el arte, los bares, las playas y los cementerios se transforman en un forillo sobre el que plasmar nuestro narcisismo.
Pues sí, ya hay gente colgando vídeos del fenómeno. Este es espectacular.#meteorito?https://t.co/lH2lLUcBxr
— Daniel Bernabé (@diasasaigonados) April 1, 2023
El cielo, de momento, se mantiene ajeno a la astracanada y la sandez narcisista, la ropa de un solo uso y el amor y la amistad como complementos para una vida de consumo y vacío. El cielo no es un escenario. El cielo es la única cosa bella, trascendente y gratuita que le queda a la humanidad, o al menos a la parte de la humanidad que no vive en una gran urbe. El fenómeno pudo haber sido el comienzo de El día de los trífidos o de Monstruoso, pero solo era basura espacial en llamas. Hace unas semanas un tren de luces atravesó el cielo de Navarra, pero solo era el negocio del millonario ególatra histrión Elon Musk.
Los vídeos de la noche del sábado grabaron un fenómeno, pero lo que retrataron fue la mundanidad ilusa de unas criaturas atadas al costumbrismo. Cuando presenciamos lo extraordinario queremos entrar en el mundo de la fantasía, pero nos encontramos algo parecido al genial cortometraje de Nacho Vigalondo Domingo. Tal y como avanzan los tiempos, es posible que el colectivo de los billonarios sociópatas que a base de baratijas y prevendas nos arrebata la dignidad, nos arrebate también la visión del cielo, tornando la maravilla en distopía, que es la esencia de nuestro momento histórico.
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