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Anna R. Costa: “Yo he sido vampirizada, pasé una gran crisis después de ‘Arde Madrid’, la relación entre Paco y yo se rompió”

La guionista y creadora de ‘Fácil’ y ‘Arde Madrid’ se reivindica con voz propia después de años, dice, “a la sombra de otros”

Anna R. Costa, guionista y escritora, fotografiada en Madrid en noviembre.
Anna R. Costa, guionista y escritora, fotografiada en Madrid en noviembre.Samuel Sánchez
Jesús Ruiz Mantilla

Firmar una serie como Fácil demuestra hasta qué punto a Anna R. Costa (Granada, 1972) no se le han puesto las cosas sencillas. Mete el dedo en la llaga con esta historia, basada en la novela Lectura fácil, de Cristina Morales, sobre mujeres discapacitadas en un piso tutelado que emite Movistar +. Andaluza y catalana, de la capital de España también, aunque sólo sea por haber firmado la originalísima Arde Madrid, esta creadora vuela ahora sola y firme, con su exquisitez y su radicalidad a cuestas, después de haberse sentido durante demasiado tiempo a la sombra de otros. Romper lazos para que se le reconocieran méritos creativos ha sido doloroso, le costó en parte el divorcio con Paco León, junto a quien firmó algunos trabajos, convivió 14 años y tienen una hija en común. Pero ha dicho basta: “He sido vampirizada”, asegura. Este es el rastro de lo que le cuesta sangrar en su medio.

Pregunta. ¿Arde Madrid era una España en blanco y negro con el color aprisionado?

Respuesta. Para ciertos ricos, había bula y color, estaban exentos de pagar impuestos, por eso se vino Ava Gardner a España, por ejemplo. Para los pobres era todo gris.

P. ¿Aquello fue una mezcla entre el tecnicolor de los estudios Bronston y Berlanga?

R. Entre eso se movía, si coges la clase baja era Berlanga y si los mezclas con el glamur de Hollywood, sale Arde Madrid.

P. Y Anna R. Costa, ¿quién es?

R. Soy una mujer que he trabajado muchísimo para otros y ahora la vida me ha puesto en primer término.

P. ¿Quiere decir que le ha robado plano su anterior pareja, Paco León?

R. Bueno, Paco y otros. He sido como una eterna ayudante.

P. ¿Y ya se hartó?

R. Sí, ha sido como nacer de nuevo a los 50.

P. No es mala edad para renacer.

R. Cierto, es como un parto, además. Tiene su lado de dolor y otra luminosa. En esas estoy.

P. ¿A qué colegio va a ir?

R. La escuela ya la tengo en casa, donde estudio y trabajo.

P. ¿Quiénes van a ser sus amigos?

R. Los que son y los que vengan sin ánimo de vampirizarme. Los que se acerquen con buen rollo. Ahora mi sangre la necesito para mí.

P. Sin querer nos hemos metido en Drácula.

R. Eso sí que es una historia machista. ¡Chuparle la sangre a las mujeres! Pues eso es lo que me ha pasado a mí un poco: he sido vampirizada durante un tiempo en mi vida.

P. Cristina Morales, autora de Lectura fácil, la novela en la que se basa su serie en Movistar +, ha dicho que le ha salido una obra nazi. ¿Qué le pasa?

R. No sé, pero eso me ha molestado porque precisamente quienes se dedican a escribir deben utilizar el lenguaje por lo que las palabras realmente significan y llamar nazi a lo que he hecho, vamos…

Costa, durante la entrevista.
Costa, durante la entrevista.Samuel Sánchez

P. Vale, nazi no es, ¿de qué va?

R. Habla sobre la libertad, el deseo tutelado, eso es algo que me tiene loca. Si sufres discapacidad intelectual pero lo único que tienes claro es el deseo y ese campo lo llevas tutelado, ¿qué te queda? Pues no les pertenece el derecho de ejercerlo. Y eso genera mucha infelicidad. ¿Sabes que sedan a las mujeres y a los hombres no? Eso explica muchas cosas.

P. ¿Qué es lo que la sociedad considera aceptable en esos casos?

R. Cumplir con las normas, las leyes, no ofender. A todo tipo de persona con alguna discapacidad se la relega a los márgenes y no pueden volver al centro. Ellos nos muestran aspectos importantísimos sobre el poder, por ejemplo, o sobre nuestras propias autorrepresiones.

P. ¿O un completo desafío radical a la uniformidad?

R. Tú lo has dicho, es eso. Aparte de la represión a su voluntad si esta no es estándar, si se sale de ese molde, no vale. Estaba obsesionada porque aquello se viera en la serie, las paradojas. Asumir ese riesgo.

P. Usted que ha vuelto a nacer, ¿va a tentar riesgos más fieros?

R. Los riesgos que quiero tomar serán para contarme a mí misma en una apuesta radical por lo humano. O resurgimos quitándonos de narcisismos y nos agarramos a la humanidad y no salimos adelante.

P. ¿Quiere decir humanismo más bien? Porque la humanidad se las trae…

R. Es verdad, al humanismo. Nos vamos deshumanizando, eso me preocupa.

P. ¿Por qué?

R. Por la competencia, por un sistema kafkiano y absurdísimo, hipercapitalista, desvinculado del trabajo, centrado en las apariencias.

P. En el algoritmo…

R. En lo inventado, en lo creado artificialmente… El tiempo que me quede, quiero apostar radicalmente por denunciar eso.

P. Mientras anduvo a la sombra, ¿qué aprendió?

R. Yo pasé una gran crisis después del estreno de Arde Madrid. Me costó mucho que la gente supiese que sobre todo era una obra mía. Paralelamente fueron creciendo las reivindicaciones feministas y me plantee, ¿qué hago? ¿Me quedo callada? Ahí empezó una lucha feísima y nuestra pareja se rompió. Yo durante mucho tiempo estuve atrapada en esa sombra y aprendí, pero anduve algo discapacitada unos cuantos años.

P. ¿Qué radicalidad tiene entre manos?

R. Dos películas, una que surgió a raíz de mi separación y otra en el confinamiento. No sé qué saldrá antes, mientras dirigiré y escribiré algún capítulo de otros para ganarme la vida.

P. ¿Cómo ve Cataluña desde Madrid?

R. Llevo aquí 12 años y me siento muy catalana, pero me encuentro muy bien aquí. De allí destaco sobre todo la creatividad de las mujeres en lo audiovisual, una mirada brillante y particular, con un tono exquisito al que no se le ve la rabia. Alguien como Carla Simón es una nueva voz importantísima, por no hablar de Isabel Coixet, a quien habría que hacer un monumento. Aun no se nos dan las mismas oportunidades y tenemos que sangrar para llevarlas a cabo.

P. Por seguir hablando de Drácula…

R. Exacto.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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