Noemí de Miguel, presentadora de ‘El Día Después’: “Me gustaría que se perdiera la barrera que hay entre futbolistas y periodistas”
La primera mujer que conduce el histórico programa de televisión que aportó una mirada humorística al fútbol quiere volver a la esencia de los primeros años
La periodista Noemí de Miguel (Autol, La Rioja, 42 años), con casi dos décadas de trayectoria, es la primera mujer que presenta El Día Después (EDD). Es el programa que desde octubre de 1990, excepto durante su ausencia entre 2005 y 2009, ha puesto mucho humor a la posjornada liguera, buscando las curiosidades que el espectador no ve en las retransmisiones, y del que Michael Robinson fue su alma. Ese tono divertido ha sido la seña de identidad desde que todo comenzó con Nacho Lewin y Jorge Valdano como presentadores, en Canal+ y para abonados. A De Miguel la apoyan Carlos Martínez, el exfutbolista Álvaro Benito y Julio Maldonado, Maldini, los lunes a las 23.00 en #Vamos de Movistar+. Con el nuevo reto se siente “muy feliz”, pero De Miguel asegura que de lo que se sienta más orgullosa es de la agencia de becas University Soccer, en la que gestiona que chicos y chicas, hasta el momento van 150, jueguen y estudien en Estados Unidos.
Pregunta. Tras cuatro emisiones, ¿cómo ha sido el cambio de registro, de la Fórmula 1 a un programa que es historia de la televisión en España?
Respuesta. Es imposible no vincularlo a Michael Robinson. Empecé a presentar de su mano, él se sentaba a mi lado cuando me pusieron por primera vez delante de una pantalla, y me enganché a este programa con él... Después de seis años viajando quería parar, necesitaba cierta estabilidad. Si te gusta el fútbol, te va a gustar El Día Después, y si no te gusta, también.
P. El programa se emite precisamente en un estudio que se llama Michael Robinson, en su honor. ¿Por qué cree que su estilo tuvo tanto éxito?
R. Él se ponía siempre en la piel del otro. Recuerdo que en el Mundial de Alemania hice un vídeo sobre un estadio en el que conté su diseño, el estudio de arquitectura, la tecnología… Me dijo: “Noemí, esto es brillante, mañana vamos al colegio de arquitectos y lo enseñamos, pero la gente que va a ver en su casa el partido quiere más litros de cerveza, más patatas fritas y más anécdotas”. Él tenía muy claro a quién hablaba y en qué lenguaje debía hacerlo.
P. Desde que usted empezó a hacer información deportiva, ¿qué es lo que más ha cambiado del fútbol?
R. No hay tanta cercanía con los futbolistas. Y eso que El Día Después sigue siendo un programa de futbolistas, aunque a veces no les guste ver lo que han hecho en el campo. Pero me gustaría que se perdiera esa barrera entre periodistas y futbolistas.
P. ¿Les dicen algo los futbolistas por sacarles bostezando o bromeando en el banquillo durante un partido?
R. Es un poco incómodo [risas], pero todo el mundo lo entiende. En otro tipo de formato no habría esa tolerancia.
P. Sin embargo, ese seguimiento con las cámaras ha acabado motivando la ridiculez de que los futbolistas se hablen con la mano en la boca.
R. Eso es de inicio de los partidos, luego a todos se les olvida hacerlo.
P. ¿Por qué creen que hay que ponerle humor al fútbol?
R. Lo que sucede en el fútbol, que es un entretenimiento, nunca puede ser un drama. Cuando hay problemas en la redacción, mi frase es “menos mal que no trabajamos en urgencias”. Nada de lo que suceda en torno al fútbol puede ser trascendente. El deporte tiene algo muy bonito, que te hace sentir, y eso no lo controlas.
P. Cuando se emite el programa, los aficionados llevan 24 horas viendo los resúmenes de los partidos. ¿Qué intentan aportar para no repetir?
R. Tenemos el mejor equipo de reporteros, que ven y cuentan historias como no lo haríamos ni tú ni yo, de una forma diferente.
Mi papel en el programa es repartir juego y ver cómo se maneja el entretenimiento
P. El programa se prepara contrarreloj, ¿cómo es ese proceso?
R. Cada partido te va diciendo adónde mirar para detectar historias. Hay reporteros que saben lo que tienen cuando salen del campo y hay quien tiene que ver todas las imágenes. Hacemos una reunión a mediodía del lunes, sacamos las historias y a media tarde hacemos un último visionado para los detalles. Hay que hacer la magia muy rápido.
P. ¿Y qué aporta usted al programa?
R. Mi papel es repartir juego y ver cómo se maneja el entretenimiento. Quiero ser la aficionada que devuelva El Día Después más puro a la audiencia. Con el paso del tiempo, la manera de ver televisión ha cambiado mucho, pero hay programas que funcionan siempre. Quiero que la gente del fútbol se pegue a la tele para vernos.
P. El VAR llegó para acabar con las polémicas arbitrales, pero ha alimentado otras.
R. Uso una frase de Carlos Sainz: “Si mi abuelo no lo entiende y nadie se lo ha explicado bien, seguirá sin entenderlo”. Algo falla, el VAR es una bonita intención que no ha tenido bonita puesta en práctica.
P. Recogen asuntos de actualidad, como los insultos racistas a Vinicius. ¿Cree que los medios deben asumir algún papel sobre este tema?
R. Más que por tener un programa de audiencia es como persona. Cuando viajas te cambia la perspectiva de muchas cosas. Querer hacer daño, agredir, eso no hay que permitirlo. Ojalá pudiésemos ayudar, pero ser nosotros “portavoces” me suena a demasiado importante. Estoy convencida de que hay gente que cuando ve por televisión su comportamiento en un campo de fútbol se avergüenza y rectifica.
P. ¿Y el machismo? ¿Ha tenido que aguantar comentarios desagradables por ser una mujer hablando de fútbol?
R. He podido tener más bien recelos de otros profesionales sobre cómo había accedido a algo… pero en el mundo del fútbol y en la Fórmula 1 no he tenido problemas, me he sentido apoyada. Es verdad que aún no hemos tenido las mismas oportunidades, pero estamos llegando.
P. Se acerca el Mundial, ¿cree que los futbolistas deberían mostrar de alguna forma su desacuerdo por cómo se trata en Qatar por ejemplo a las mujeres?
R. Hacer siempre al futbolista o al periodista responsable de quienes toman esas decisiones por negocio es injusto. Cuando fui por primera vez a un gran premio a Arabia Saudí, pensaba, ¿tengo que ir? Pero para opinar hay que ir.
No he tenido problemas de machismo ni en el mundo del fútbol ni en la Fórmula 1
P. ¿Le ve opciones a España?
R. ¿Por qué no? Antes, cuando íbamos a un Mundial siempre éramos los mejores, y luego perdíamos en cuartos. Ahora hemos ido a un europeo de baloncesto en el que España era la séptima favorita y han vuelto con el título.
P. ¿A quién le daría el Balón de Oro?
R. Le doy poca importancia a esos premios individuales. Se olvida que no habría un Benzema o un Lewandowski sin equipo.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.