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COLUMNA
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‘Baja por enfermedad’ o el mejor humor británico

Para los guionistas de esta serie la desesperación es la cara civilizada de la comedia

Nick Frost (izquierda) y Rupert Grint en 'Baja por enfermedad'.Foto: NETFLIX
Ángel S. Harguindey

Fue Boris Vian el que dijo que “el humor es la cara civilizada de la desesperación”, lo que, al parecer y según Nat Saunders y James Serafinowicz, guionistas de Baja por enfermedad, puede ser desarrollado a la inversa: la desesperación es la cara civilizada del humor, algo que han hecho estupendamente en la serie.

Cuando a un gandul llamado Daniel Glass (interpretado por Rupert Grint) le diagnostican cáncer de esófago, su vida ha tocado fondo: está a punto de ser despedido de una peculiar compañía de seguros médicos, presidida por un despreciable villano, en una divertida interpretación del veterano Don Johnson; su novia está harta de la relación y dispuesta a cortarla por lo sano y su médico, el incompetente doctor Ian Glennis, le explica que le quedan pocas semanas de vida. La situación no puede ser más desesperada. Comienza el humor.

El torpe doctor le comunica que hubo un error, que en realidad no tiene cáncer ni ninguna enfermedad apreciable, pero a estas alturas el gandul se ha dado cuenta de que al hacerse público su cáncer, en la compañía de seguros le tratan como a un ídolo y su novia se reconcilia y le muestra todo su cariño. Conclusión: en colaboración con el inepto médico, decide mantener la cancerígena mentira. Una decisión que, naturalmente, desembocará en situaciones disparatadas, homicidio involuntario incluido, arropados, eso sí, por una serie de personajes secundarios tan absurdos como los dos protagonistas, desde una compañera inventora de artefactos inútiles, a un bobby empeñado en descubrir la farsa. Humor negro británico en Netflix con el mejor pedigrí, desde Evelyn Waugh a El quinteto de la muerte, de Alexander Mackendrick, por más que el humor, como la desesperación, sean algo muy personal, es decir, subjetivo.

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