Las otras audiencias: el auge del visionado en diferido y en segundas residencias
Los datos de consumo televisivo reflejan cambios en los hábitos de la población
Los datos de audiencia televisiva son un espejo de la sociedad en la que se obtienen. No solo se pueden extraer conclusiones de las cifras de programas más vistos que se publican cada día, y que sirven a las cadenas para presumir de sus éxitos. También reflejan los cambios de hábitos de la población en su vida cotidiana. No fue casualidad que la audiencia se disparara durante el confinamiento más estricto de marzo y abril de 2020, o que cada verano, el consumo televisivo descienda. Dos parámetros que ha introducido recientemente Kantar Media, empresa dedicada a la medición de audiencias en España, sirven para mostrar algunos de esos cambios sociales: la audiencia en diferido, cada vez más relevante para decidir el éxito o fracaso de los espacios, y el visionado de televisión en segundas residencias, con datos muy llamativos en las últimas semanas.
Desde febrero de 2015, Kantar registra el público de los programas en los días posteriores a su emisión original. Es la audiencia en diferido, que pasa más desapercibida en los titulares, pero para muchos espacios supone un empuje importante a su seguimiento total, o incluso un impulso vital. Hay programas para los que significa cerca de un 30% de su público total, lo que habla mucho de los cambios de hábitos de consumo televisivo en los últimos años.
El visionado en diferido es el que tiene lugar en los siete días posteriores a la emisión original a través de los sistemas de grabación o de los servicios de visionado de la última semana de las operadoras. Kantar solo contabiliza en esta opción los visionados en el televisor, por lo que se quedan fuera los que se hacen desde ordenadores y dispositivos móviles. Tampoco se contabilizan las reproducciones en plataformas o webs de las cadenas.
La auditora Barlovento Comunicación publica el día 8 de cada mes un informe que visibiliza esta otra televisión, la que el espectador ve cuando mejor le viene. El informe de mayo muestra que el consumo en diferido es de ocho minutos por persona al día y supone un 4% del total, cifra que en las cadenas temáticas de pago se eleva hasta el 14%. Casi la mitad (49%) se hace en el mismo día de emisión del programa, y el 19% es al día siguiente. Y, mientras que, desde hace 33 meses, la cadena líder, según los parámetros de la audiencia tradicional, es Telecinco, en diferido quien triunfa es Antena 3, seguida por La 1.
Por géneros, la ficción destaca como la gran beneficiada (o la perjudicada cuando las cifras se limitan a la audiencia en directo). En mayo, por ejemplo, La cocinera de Castamar (Antena 3) batió récord histórico de espectadores en diferido para una serie nacional con su capítulo del 27 de mayo, que sumó 729.000 espectadores a los 1.506.000 que vieron el episodio en directo. El otro formato que, edición tras edición, se convierte en uno de los grandes triunfadores es MasterChef. Si en el caso de las series, el elevado seguimiento en diferido se puede explicar por el hábito cada vez más extendido de verlas cuando y como los espectadores desean, impulsado por el auge de las plataformas digitales, en el concurso culinario de La 1 su larga duración favorece su consumo a posteriori. El visionado en diferido suma más de 600.000 espectadores a cada entrega del programa de TVE. Estoy vivo, también de La 1, es otra de las beneficiadas y suele añadir más de 400.000 espectadores a su dato original, un tercio de su audiencia total.
En mayo también se coló entre los 25 primeros puestos de la audiencia en diferido la serie de Movistar + Reyes de la noche, aunque en este caso este tipo de visionado supone más del 90% de su audiencia. También programas como Rocío, contar la verdad para seguir viva, Cuéntame cómo pasó y Mask Singer aparecen en la clasificación.
Alguna sorpresa
Pero no es un dato relevante solo en la ficción y el entretenimiento. Llama la atención el alto seguimiento que tuvo una vez acabado el partido de Liga del 9 de mayo entre el Real Madrid y el Sevilla, visto en diferido por 212.000 espectadores, un 15% de su audiencia total en Movistar LaLiga. También pueden sorprender los 113.000 espectadores en diferido del informativo nocturno de Antena 3 del lunes 31 de mayo.
Otro dato que sirve para ver los hábitos de los españoles reflejados en las audiencias es el del consumo televisivo en segundas residencias. Desde el 1 de enero de 2020, Kantar empezó a medir esta cifra, un parámetro que habitualmente no supone grandes cambios en los datos generales, pero que tras el final del estado de alarma ha cobrado cierta relevancia. Así lo refleja un informe publicado por esta consultora la semana pasada. Desde que el 9 de mayo se pusiera fin a las restricciones de movilidad entre comunidades autónomas, el volumen de consumo de televisión en las segundas residencias creció un 34% en los fines de semana. Hasta primeros de mayo, la audiencia en fin de semana en esas viviendas era de 355.000 espectadores diarios de media, cifra similar a la de los días laborables. Solo se pudo ver un pico considerable coincidiendo con la Semana Santa. Pero a partir del fin del estado de alarma, los fines de semana aumenta hasta llegar a los 566.000 espectadores diarios.
Por comunidades, donde más ha crecido el consumo de televisión durante los fines de semana desde el 9 de mayo es en Castilla-La Mancha, Cataluña, Andalucía y Castilla y León. Son las mismas comunidades que vieron cómo los datos de segundas residencias aumentaron en verano de 2020, junto a Asturias y la Comunidad Valenciana. El informe explica que, el año pasado, la audiencia en segundas residencias también vivió un auge importante no solo en verano, sino también hasta bien entrado el mes de septiembre, por el incremento del teletrabajo: en la Comunidad Valenciana, el consumo televisivo en segundas residencias se multiplicó por 11, mientras que en las dos Castillas fue entre cinco y seis veces superior.
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