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Columna
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Dos visiones distintas de la familia

Al fin y al cabo si los británicos consideran producto gastronómico las ‘fish and chips’ ¿por qué no aceptar el que Evelyn Waugh o Tom Sharpe son notarios de su tiempo?

Daisy Haggard y Martin Freeman en una escena de 'Breeders'. En vídeo, el tráiler de la segunda temporada de la serie.Vídeo: HBO
Ángel S. Harguindey

Bendita paciencia (HBO) o Breeders, su título original, es una radiografía amable de ese infierno paradisíaco que es la familia. Venturas y desventuras de un matrimonio de clase media con dos hijos en un Londres actual. Martin Freeman, protagonista e impulsor de la serie, muestra a lo largo de dos temporadas —20 capítulos de menos de 30 minutos cada uno— las dificultades de las relaciones paterno-filiales con el inestimable apoyo de su mujer en la ficción, una extraordinaria Daisy Haggard.

Todo rezuma el afamado humor británico apoyado, eso sí, en actores tan sólidos como Michael McKean y Alun Armstrong, capaces por sí solos de hacer creíbles diálogos imposibles. Al fin y al cabo si los británicos consideran producto gastronómico las fish and chips ¿por qué no aceptar el que Evelyn Waugh o Tom Sharpe son notarios de su tiempo? Y ya que hablamos de familias habrá que dejar constancia de Patrick Melrose, una primera temporada de cinco capítulos en Movistar +, con un Benedict Cumberbatch como protagonista absoluto y productor ejecutivo de la misma.

El azar ha querido que Sherlock y el doctor Watson coincidan en la programación de distintas plataformas con temas familiares, aunque con muy distintos enfoques. Si en Breeders la familia de clase media sobrevive a una serie de problemas domésticos menores y cotidianos, en Patrick Melrose todo es excesivo, intenso, desde la espléndida mansión en la Costa Azul de la muy poderosa familia, al cruel comportamiento del patriarca y a la histriónica interpretación de un Benedict Cumberbatch politoxicómano, papel que, suponemos, anhelan los actores para dar rienda suelta a sus emociones y espasmos y que, dicho sea de paso, le valió el premio Bafta a mejor actor en 2019.

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