_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Matrimoniadas de vanguardia

Acaba de estrenarse la nueva temporada de ‘Master of None’, y todo lo que antes era delicado y encantador se ha vuelto pedante, aburridísimo y detestable

Sergio del Molino
Aziz Ansari y Lena Waithe, ganadores del Emmy al mejor guion de comedia por el capítulo 'Acción de Gracias' de 'Master of None'.
Aziz Ansari y Lena Waithe, ganadores del Emmy al mejor guion de comedia por el capítulo 'Acción de Gracias' de 'Master of None'.Chris Pizzello (Chris Pizzello/Invision/AP)

Han pasado cuatro años desde el último episodio de Master of None, una serie algo costumbrista, un poco autoficcional y otro poco chaplinesca que rebosaba ternura y talento. Cuatro años son una eternidad y bastan para echarse a perder. Acaba de estrenarse la nueva temporada, y todo lo que antes era delicado y encantador se ha vuelto pedante, aburridísimo y detestable.

Parece que Aziz Ansari lleva desde 2017 viendo pelis de la nouvelle vague, sobre todo las de Rohmer. El resultado es una cosa subtitulada Momentos de amor, rodada en formato cuatro tercios (¿por qué? Pues porque queda europeo y erudito, digo yo) mediante una serie de planos generales fijos larguísimos que agotan la retina del espectador más entregado, al que se le exige casi una prueba de fe. Está claro que Ansari y Lena Waithe no han venido a entretenernos y acompañarnos, sino a hacernos pensar gravemente sobre el sentido de nuestras vidas. Aquello es una confesión en el más religioso de los sentidos, con penitencia incluida.

El personaje de Lena Waithe, que era un secundario simpático y un poco extremo, al pasar a protagonista se ha vuelto un peñazo. Qué gente tan muerma, qué pagados de sí mismos, qué banales, qué poco apetece sentarse con ellos a cenar. Si le quitas a la serie toda la hojarasca seudotrascendente, las moralinas de última hora (“¿cómo le contaremos el racismo a nuestro hijo?”, se preguntan antes de concebirlo) y los recursos de alumno de escuela de cine que quiere sacar buena nota, se queda en un Matrimoniadas de José Luis Moreno narrado por un escritor de autoayuda.

Se nos viene encima el pasado de pana y barba, el arte como compromiso, liturgia y oración. Vuelve la brasa de hace medio siglo, el sermón como forma narrativa, la moraleja como única conclusión posible. El sopor, el sopor.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Recibe el boletín de televisión

Todas las novedades de canales y plataformas, con entrevistas, noticias y análisis, además de las recomendaciones y críticas de nuestros periodistas
APÚNTATE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor, entre otros, de los ensayos 'La España vacía' (2016) y 'Contra la España vacía' (2021). Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por 'La hora violeta' (2013) y el Espasa por 'Lugares fuera de sitio' (2018). Entre sus novelas destacan 'La piel' (2020) o 'Lo que a nadie le importa' (2014). Su último libro es 'Un tal González' (2022).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_