La TDT pierde peso como sistema de distribución de señales
Ha pasado en cuatro años de ser la forma habitual de ver la televisión en el 60,3% de los hogares españoles al 41,1%. Crece la recepción a través de internet y por satélite
España se acerca poco a poco al modelo de televisión europeo, donde la televisión digital terrestre (TDT) pierde terreno en beneficio de otros sistemas de distribución de señales, como el cable, el satélite o internet. El despegue del 5G, la nueva generación de telefonía móvil llamada a revolucionar el mundo de las comunicaciones y los hábitos de los ciudadanos, utiliza las frecuencias que han venido ocupando los canales de televisión, un fenómeno que contribuye a arrinconar aún más a la TDT dentro del codiciado espacio radioléctrico.
Un informe de la Sociedad Europea de Satélites (SES) sostiene que la TDT es la forma habitual de ver la televisión en 7,5 millones de hogares, lo que equivale al 41,1%, un porcentaje que en 2016 era del 60,3%. En Europa, sin embargo, el satélite se afianza como sistema hegemónico y es utilizado en el 39% de los hogares, frente al 21,4% que reciben las señales por la TDT.
El desplome de la televisión convencional, mayoritariamente financiada con publicidad y gratis para el usuario, coincide con un incremento de los modelos de pago, que incluyen ofertas más exclusivas. Las plataformas de contenidos bajo demanda OTT (Over The Top, que transmiten en internet) están en plena expansión. Han tomado velocidad de crucero durante los meses más duros del confinamiento decretado para combatir la pandemia y las grandes compañías de generación de series y películas como Netflix, Amazon Prime Video o HBO son cada vez más potentes en el mercado español.
Del éxito de estas plataformas dan una idea los datos del estudio Satellite Monitor de SES, que cuantifica en más de 10 millones los hogares que cuentan con algún servicio de OTT como complemento de la televisión tradicional. Basado en 26.000 entrevistas en toda Europa (4.000 en España, realizadas por GfK), este informe traza un panorama sobre el mercado audiovisual en el continente a finales de 2020. Detecta que en España se ha producido un sólido crecimiento de la IPTV lineal, es decir, la televisión que distribuyen operadores como Movistar, Orange o Vodafone. En cuatro años ha pasado del 21,5% al 30,8%. El cable ha avanzado a un ritmo mucho más lento (del 8,1% al 8,7%).
Un gran salto ha experimentado el satélite, que en el mismo periodo ha evolucionado del 10% al 16,5% y está presente ya en 2,8 millones de hogares. Luis Sahún, director general de SES Ibérica, asegura que el satélite es “un zombi muy vivo”. “Pese a la entrada de nuevas opciones y la indudable competencia tecnológica, el satélite mantiene su solidez en el mercado español”, expone Sahún, según el cual alrededor de ocho millones de hogares están preparados para recibir la televisión a través de los satélites de Astra, operados por SES. A este despegue ha contribuido la ley de 1998 que obliga a que los edificios construidos en este siglo dispongan de una infraestructura de telecomunicaciones acondicionada para recibir servicios de televisión por satélite.
Canales internacionales
Sahún destaca que con solo una antena parabólica enfocada a Astra se pueden captar en España centenares de emisiones internacionales de forma gratuita. El enorme catálogo incluye canales informativos, deportivos, culturales, de entretenimiento o de teletienda radicados en Francia, Reino Unido o Alemania. Durante el confinamiento ha crecido la demanda de diales todo noticias, un abanico que se extiende desde BBC y Sky News hasta CNN, France 24 o Al Jazeera.
Además de cantidad, la audiencia reclama calidad. Las emisiones son cada vez más nítidas y el audio emerge envolvente gracias a la alta definición (4K), una tecnología que se ha disparado en cuatro años (pasa del 65% al 96% de los hogares dotados con televisión). El siguiente paso es la ultra alta definición (8K) que multiplica por cuatro la resolución y dota de sorprendente realismo a las imágenes. Casi el 32% de los hogares cuentan con aparatos capaces de soportar estas emisiones. Pero el mercado todavía no está lo suficientemente maduro en esta modalidad y son escasos los contenidos disponibles.
Los Juegos Olímpicos de Tokio, programados para este verano tras el aplazamiento del año pasado a causa de la pandemia, serán el gran empujón. La cadena japonesa NHK lleva varios años probando a través de sus canales por satélite las emisiones en 8K, que prometen revolucionar la manera de asistir al mayor espectáculo deportivo global sin salir de casa.
Movistar impulsa los canales que emiten a través de Astra
Desde su nacimiento bajo la marca Canal+, los satélites de Astra han contribuido a la distribución de las señales de la plataforma de televisión de pago que ahora gestiona Movistar. El satélite es una vía rápida para expandir las señales. No necesita abrir zanjas para cablear las ciudades. Las señales llegan del cielo sin ningún tipo de interferencias ni obstáculos. Además, su gran capacidad permite albergar canales de alta definición y de ultra alta definición, que ocupan un ancho de banda muy superior a los canales convencionales.
El satélite gana potencia en Movistar tras la firma de un reciente acuerdo con Astra que permite a los usuarios acceder a casi un centenar de canales al margen de los paquetes de servicios convergentes (fijo, móvil, datos e internet). La oferta básica (25 euros al mes) incluye también #Vamos, con programas y series en exclusiva de Movistar.
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