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Brays Efe: “A veces estoy muy triste, aunque todo vaya bien. ¿Solo me pasa a mí?”

El actor inicia con el libro ‘Las cosas extraordinarias’ una serie de lanzamientos de proyectos nuevos

Brays Efe, el martes en el barrio de La Latina
Brays Efe, el martes en el barrio de La LatinaKIKE PARA
Tom C. Avendaño

“Lo único es que estoy desacostumbrado a hablar con gente, no sé si lo voy a hacer bien”, avisa Brays Efe, en pijama. Da vueltas por su dormitorio, se toca la melena, añade: “De repente tengo que hablar con un montón de gente que no conozco de cosas personales, emocionales, de trabajo y, Dios, no sé si tengo las ideas organizadas porque hace mucho que no hablo”.

Como todo el mundo, Brays Efe (Las Palmas, 31 años) ha estado encerrado en casa, un piso compartido en La Latina, lo que ha durado la cuarentena. Es una imagen muy suya: corriente, íntima, desmitificadora, como tanto de lo que suele mostrar este actor, que desaparece en sus papeles pero siempre reaparece en sus entrevistas. “He descubierto varias cosas en este confinamiento: La gran batalla floral, que es un reality show de Netflix sobre esculturas con plantas. Me fascina este trabajo ahora. Y alguna cosa más. A ver. Ah, pues no. La gran batalla floral es todo. Qué triste”, comparte. Esta conversación debería haber sido su primer encuentro en el exterior, el estreno de la fase 1. Una lluvia repentina le obliga a hablar por videollamada.

La cuarentena ha sido su primer parón real desde que la segunda temporada de Paquita Salas, la serie que protagonizó en Netflix, se convirtió en un fenómeno en 2018 y él empezó a enlazar proyectos. “Uno de ellos es el libro, Las cosas extraordinarias, que es el texto de la obra de teatro que estuve haciendo todo el año pasado y que si ahora no estuviéramos en el año en el que estamos aun estaría representando”, repasa. “Luego Por H o por B, en HBO, es una comedia casi sitcom de personajes exagerados, muy Malasaña. Y Orígenes secretos en Netflix, es un thriller de superhéroes. Más diferentes las tres cosas no pueden ser”.

Las cosas extraordinarias era un monólogo, escrito por Duncan MacMillan, donde el protagonista también se desnuda ante el público, al recordar la depresión de su madre y sus sucesivos intentos de suicidio. Efe lo interpretó 108 veces por toda España. “Una de las cosas que más me gustan del texto es que habla de temas de los que no se suele hablar sobre salud mental”, cuenta. “Quiero hablar de esto. A veces estoy muy triste, aunque todo vaya bien. ¿Solo me pasa a mí? No, ¿no? Quiero ser un embajador de la infelicidad, alguien que le dé un poco de espacio para que podamos hablarlo”.

Efe es de las pocas celebridades españolas a la que se le ve tranquilo exponiendo miserias cotidianas. “Eso es como si me dijeras que me ves más tranquilo con mi homosexualidad que alguien que puede ocultar su pluma. Para mí no hay otra. Forma tan parte de mi personalidad, las cosas malas que me han pasado, que no podría hacer como que no”, explica. “Entre la primera y la segunda temporada de Paquita Salas me quedé en números rojos. Y ya tenía éxito en plan que ya me pedían fotos por la calle, y tenía por estrenar algunas cosas, precisamente un programa sobre el éxito del fracaso. Iba a grabar en Cercanías contando monedas porque ya no tenía dinero. Cuando lo dije nadie lo creyó, se convirtió en algo que no quería decir porque la gente suponía que estaba gestionando fatal mi dinero. La pobreza, como la infelicidad, la ansiedad, la depresión, es de esos temas que da vergüenza hablarlos, y creo que hay que hacer un trabajo por enseñarle a la gente que no está sola. Que todos ha habido momentos en que hemos tenido que comer arroz cinco días seguidos”.

Ahora que llega la fase 1, estos títulos empiezan a ver la luz: el libro sale a la venta el miércoles 27 en Temas de Hoy, la serie de HBO España, en julio y la película de Netflix, en agosto. Efe se enfrenta a su mayor periodo de exposición tras Paquita Salas. A simple vista, opera bajo una ley física: a pesar de la notoriedad que le haya dado Paquita, de los papeles y las oportunidades, es mejor ser Brays Efe de verdad que famoso de mentira. “La fama es de esas cosas que no suceden dentro de ti así que no merece la pena interiorizarla”, sentencia. Pero cavila: “… ¿No? Todavía estoy aprendiendo sobre esto, ¡no tengo ni idea!”.

Ríe nerviosamiente, cosa que ocurre casi siempre que tiene que hablar de si es famoso o no. “Me cuesta decir ‘mis fans’, o ‘mis seguidores’. Conectarme a las redes en plan: ‘Hola, qué pasa, chicos, cómo estáis’. No sé si es que yo mismo me creo un bloqueo mental ante una cosa que podría hacer, que es construir una comunidad a mi alrededor, o si en realidad tengo razón y si no me resulta natural ni agradable, no siento que pueda. Flipo con que la gente vea sus seguidores como: ‘A toda esta gente le gusto’. Creo que me sigue mazo de gente que me odia, que me conoce solo por una cosa, que me sigue por una foto, que me cree que me conoce pero no tiene ni idea de quién soy”.

Efe recuerda una lección que le dieron las funciones de Las cosas extraordinarias. “Las primeras veces salía y, cuando me daba cuenta, el monólogo había terminado. Estás pendiente solo de lo que tienes en la cabeza, y vas tan centrado que hay veces que te quedas callado y oyes el silencio y dices, ‘Dios, estoy callado aquí en medio de toda esta gente. Esto hay que llenarlo de algo’. Luego cuando vas más tranquilo, pensando más en el público, hay como un sonido de la sala y llegas a convivir con él. Es súper difícil pero poco a poco eres capaz de disfrutar del silencio, quedarte callado porque necesitas un momento o para fijarte en los espectadores, ver a alguien, interactuar con él. Eso es lo mas bonito de la función, que se compartía una cosa”. Igual que en el teatro e igual que en la vida.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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