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“Moscas a cañonazos”: la lucha contra la piratería en el fútbol tumba miles de webs legítimas

EL PAÍS reconstruye lo sucedido estos días, el bloqueo inesperado de muchos servicios de internet, cuando operadoras como Movistar actuaron contra retransmisiones ilegales de partidos a petición de LaLiga

Pirateria futbol
Partido reciente entre el Atlético y el Real Madrid. Antes de este partido, LaLiga dice que desactivó la plataforma de piratería DuckVision.Associated Press/LaPresse Manu Fernandez (APS)
Jordi Pérez Colomé

Durante casi dos semanas, miles de internautas españoles han visto páginas caídas inesperadamente, mientras sus propietarios y usuarios no contaban con una explicación clara. Hasta que descubrieron que el fútbol y una guerra abierta entre compañías millonarias podían ser responsables del desbarajuste. Detrás de ese bloqueo esporádico y aleatorio de cientos de miles de páginas web españolas hay un culpable habitual: la piratería, en este caso de las retransmisiones de partidos de fútbol. El copyright ha provocado choques increíbles entre empresas tradicionales amparadas por la justicia y multinacionales digitales. El caso reciente más emblemático fue la intención de la Audiencia Nacional de cerrar Telegram en marzo. Este caso es distinto, pero los protagonistas son equivalentes: una empresa con derechos valiosos, LaLiga; una enorme compañía de servicios digitales estadounidense, Cloudflare; y un campo de batalla cada vez más complejo donde el equilibrio entre privacidad y seguridad provoca continuos juegos de gato y ratón entre autoridades y delincuentes.

El sábado 1 de febrero usuarios de una web de videojuegos llamada Rifty empezaron a alertar a su creador, Daniel Galán, de que por algún motivo estaba caída. “Me pasé todo el día revisando configuraciones y todo estaba bien”, cuenta ahora Galán, que no encontraba nada inusual. Al día siguiente escribió un mensaje en un foro de ayuda técnica: “Parece que Movistar está bloqueando las conexiones a webs que usan Cloudflare. ¿Se sabe algo?”.

En breve empezaron las respuestas de otros gestores con problemas similares. Aquello solo fue una chispa que marcó el inicio de unos problemas de tráfico en internet en España que pocos recuerdan: “En 24 años no había visto nada igual”, dice Manuel Márquez, trabajador de Cloudata, startup que da servicios en la nube. “Siempre ha habido cosas, algún globo sonda, pero no así, tan burdo, tan torpe”, añade. Para Felipe Cañizares, de DMNTR Network Solutions, también ha sido nuevo: “A este nivel es la primera vez”. “Alguna vez ha habido problemas por malas configuraciones o similares, pero deliberadamente es la primera vez”, explica.

El choque entre LaLiga y Cloudflare es total, según ha podido recoger EL PAÍS, y muestra cómo el funcionamiento de internet conecta muchos más niveles de los previstos. LaLiga, que gestiona el campeonato de fútbol español, dice que Cloudflare “se lucra con conocimiento de causa de las actividades ilegales relacionadas con la piratería”. Cloudflare acusa a LaLiga de “una creencia equivocada de que sus intereses comerciales deben estar por encima del derecho de millones de personas a acceder a internet”.

Algunos de los detalles de esta batalla son difíciles de descifrar, pero del análisis de las versiones de los protagonistas, los implicados y los afectados, se pueden obtener algunas conclusiones.

1. Qué pasó exactamente

El domingo 9 de febrero, tras el derbi entre el Atlético y el Real Madrid, LaLiga publicó un comunicado para advertir de que había desactivado la “plataforma de piratería en vivo DuckVision” en el que citaba a Cloudfare. Los usuarios empezaron a unir los puntos: los cortes en internet tenían que ser por esto. Aunque nadie lo ha negado, es difícil saber por qué ahora estalló todo. “Todo son conjeturas nuestras”, dice Cañizares. Este mismo sábado LaLiga ha difundido otro comunicado en el que llega a vincular a Cloudfare con la pornografía infantil.

Fuentes de Vodafone explican a este periódico que, como el resto de operadoras, en ocasiones como esta reciben una lista de IPs (direcciones de internet) que deben bloquear porque desde ellas, aparentemente, se estarían distribuyendo partidos ilegalmente. Esa capacidad de bloqueo instantáneo se sustenta en una sentencia de un juzgado de Barcelona de 2022.

En septiembre de 2023, Cloudflare introdujo un mecanismo llamado ECH que, en favor de la privacidad de los usuarios, “impide a las redes husmear qué webs visita un usuario”, según la propia compañía, opacando aún más una información que ya antes no era fácil de obtener.

En conversaciones con afectados, EL PAÍS ha oído múltiples metáforas para explicar este problema. “Un ejemplo muy ilustrativo que he visto es el de una urbanización con 5.000 casas”, dice Manuel Márquez. Dentro hay una que comete un delito, digamos que vende droga. La garita de seguridad que permite la entrada a todo el recinto es Cloudflare, cuya labor en el internet real es también la de proteger de ataques externos a sus clientes.

Cuando LaLiga avisa a Cloudflare para que actúe contra una actividad (casa) concreta, la empresa de servicios digitales a veces no es tan rápida como le gustaría a LaLiga. “Aunque Cloudflare no puede eliminar contenido de internet si no lo aloja, tenemos procesos bien definidos para gestionar abusos y ayudar a los titulares de derechos a contactar con los proveedores de servicios que sí pueden tomar medidas efectivas”, responde Cloudflare.

Hay un problema añadido. Cloudflare tiene docenas de servidores con sus IP en España que dirigen a cientos de miles de páginas. LaLiga parece haberse cansado de perseguir a los malos por todas las esquinas de internet y ha optado por aplastar directamente el negocio de Cloudflare. Así describe esta compañía la decisión de LaLiga, que además confirma a este periódico que han tenido conversaciones. “Cloudflare usa direcciones IP compartidas para gestionar su red, lo que significa que miles de dominios pueden estar asociados a una sola IP. Otros gobiernos en Europa ya han reconocido este problema y han concluido que bloquear IPs va en contra de la neutralidad de la red”, señala la empresa. Y añade: “Habíamos advertido a LaLiga de que bloquear las direcciones IP de Cloudflare tendría un impacto desproporcionado en usuarios legítimos. También les ofrecimos colaborar y buscar soluciones para combatir cualquier abuso. Ignoraron nuestra propuesta y, en su lugar, optaron por cerrar sitios web legítimos”.

LaLiga obviamente lo ve de otra manera: Cloudflare oculta adrede a criminales detrás de sus IP. “LaLiga ha requerido en repetidas ocasiones a Cloudflare que detuviera esta actividad cómplice con organizaciones criminales sin respuesta favorable. LaLiga no se posiciona en contra del acceso libre a internet, sino que solicita medidas y lleva a cabo acciones controladas contra organizaciones que se lucran de actos ilegales y delictivos utilizando a empresas legales como escudo digital”.

El problema para LaLiga en toda esta guerra es que internet funciona muy rápido. Mientras su orden de cierre llega, los malos han movido su web y hay que volver a empezar: bloquear un dominio es fácil, pero también es fácil moverlo de sitio. Cuando LaLiga quiere avisar a Cloudflare, los piratas ya están en otro lado. EL PAÍS ha podido acceder desde España esta semana a una página de Duckvision con un dominio distinto. Y aunque su canal principal de Telegram sí está cerrado, no debería costarles mucho abrir otro.

2. Qué perjuicios concretos causó

Por primera vez, esta guerra soterrada se viralizó en redes. Se volvió demasiado evidente. Daniel Galán, de Rifty, ha perdido entre el 20% y el 30% de tráfico cada día de esta semana: “En lo personal me ha afectado en tiempo perdido en incidencias, y además el bajón de visitas altera mucho las métricas para luego poder llegar a acuerdos de patrocinios y a nuevos usuarios”.

Algo similar le ha ocurrido a Luis Rodríguez, de la web Japonismo: “El primer perjuicio es de pérdida de tiempo. Luego, pérdida de credibilidad, con una web como la nuestra que es la más leída sobre Japón en español y, de golpe, aparece sin acceso”. “Por supuesto, también pérdida económica. Perdimos alrededor de un 20% de las visitas en estos días, y si pierdes visitas, pierdes ingresos publicitarios y ventas de productos y servicios”, explica.

“Conozco una web que se dedica a la venta online de ventanas de aluminio y ha estado tres días sin web, sin que los clientes puedan entrar, sin albaranes. Son miles de euros los que han podido perder”, pone Márquez como ejemplo. Cañizares cuenta el ejemplo de un influencer o una web con una campaña de anuncios abierta en Google. Cada clic es un gasto y una venta perdida por webs caídas. Estas empresas solucionaron rápido sus problemas cambiando de operador. Pero tuvieron un alud de llamadas y correos de sus clientes. “Para lo que no tenemos solución es para el montón de llamadas de los clientes. Habré instalado el VPN de Cloudflare [un servicio común para entrar a la red desde otro país y burlar bloqueos] 90 veces esta semana al menos”, dice Márquez.

3. Qué hicieron las operadoras

Movistar, Orange, Digi y Vodafone han atendido las consultas de este periódico. Todas afirman que han cumplido la ley, pero se puede cumplir la ley de muchas maneras, dice Arturo Azcorra, director adjunto de Imdea Networks y secretario General de Telecomunicaciones del Gobierno entre 2022 y 2023. “Hay muchas formas de aplicar el bloqueo. Puedes arrastrar los pies”, resume Azcorra, que pone ejemplos en los que las telecos se ciñen a la letra concreta de lo que indica un juez, ignoran los plazos de tiempo y evitan ser proactivos.

Las quejas de los usuarios afectados iban hacia todas estas compañías. Pero Movistar, en este caso, es también una plataforma que emite los partidos del campeonato español en Movistar+. Eso puede hacer que sean más drásticos que otros al aplicar el bloqueo, según Azcorra: “Telefónica es proveedor de contenidos, es muy sensible. Es un factor muy claro. Las grandes empresas miran mucho por sus intereses y unas dejan en el cajón la orden judicial, mientras otras están deseando que se la manden para cortar. No me cabe la menor duda”.

4. Por qué es tan difícil combatir la piratería

Dos de las frases más repetidas por los afectados han sido que esto es “matar moscas a cañonazos” y que la piratería musical y audiovisual se acabó con los modelos de Spotify y Netflix. En su comunicado, LaLiga apunta también a Google y las VPN que burlan los bloqueos. “Es una de las reivindicaciones clave que hace LaLiga contra las grandes tecnológicas, porque participan en el proceso del pirateo de señales, por sus ingentes beneficios económicos, y por la insuficiente colaboración en la lucha contra el fraude, por lo que se les considera partícipes en la piratería”, señalan fuentes de LaLiga a este periódico.

Es una enmienda a la totalidad de un sistema global difícil de cambiar desde un único país. EL PAÍS preguntó a Google por las quejas de LaLiga. Su respuesta fue un mero enlace sobre de “qué manera lucha Google contra la piratería”.

Las alternativas de los usuarios hoy son mucho mayores y si una empresa impide su uso corriente de internet, simplemente habrá otra: “Están causando un perjuicio económico real a empresas”, dice Márquez. “Tu derecho a ganar dinero no está por encima del derecho de ganar dinero de otro. Es un tiro en el pie. Creen que pueden hacer lo que quieran, que LaLiga ordene y el resto cumpla. Si esto se estandariza, Movistar deja de ser una opción para nadie”, añade.

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Sobre la firma

Jordi Pérez Colomé
Es reportero de Tecnología, preocupado por las consecuencias sociales que provoca internet. Escribe cada semana una newsletter sobre los jaleos que provocan estos cambios. Fue premio José Manuel Porquet 2012 e iRedes Letras Enredadas 2014. Ha dado y da clases en cinco universidades españolas. Entre otros estudios, es filólogo italiano.
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