Paul Cormier, Red Hat: “El código abierto demuestra que la inteligencia colectiva mejora cualquier trabajo”
El director de la empresa líder en este tipo de ‘software’ defiende que Linux y el código abierto “lideran hoy la innovación en el mundo”
Hace menos de dos décadas, el código abierto (el que no tiene copyright y es desarrollado por la comunidad de hackers) gozaba de una dudosa reputación. Se decía que no era fiable, que era la opción low cost, la de quienes no podían pagarse un programa de Microsoft u otro proveedor. Hoy, la mayoría de bancos del mundo, así como otras infraestructuras críticas, usan software abierto. Las tornas han cambiado: ahora ofrecen más garantías que cualquier desarrollo privado.
La compañía estadounidense Red Hat lidera las soluciones para empresas basadas en este tipo de código. Su consejero delegado, Paul J. Cormier (Fitchburg, Massacusets, 1959), habla con entusiasmo de las posibilidades que ofrece escribir código de forma colectiva, con aportaciones de ingenieros de todo el mundo. IBM pagó en 2019 unos 34.000 millones de dólares para adquirir la firma del sombrero en lo que sigue siendo una de las mayores operaciones de la historia en el sector tecnológico.
Red Hat ha celebrado esta semana un evento corporativo en el que, entre otras cosas, ha anunciado una colaboración con General Motors para dar forma a los coches del futuro. Cormier atiende a EL PAÍS por videollamada desde su despacho de Raleigh, Carolina del Norte.
The collaboration between @RedHat and @GM serves as a watershed moment in the convergence of the #automotive and technology industries. See what the future holds for next-gen vehicles: https://t.co/h4gX5Zm6aW #RHSummit pic.twitter.com/t7VVznSp0M
— Red Hat (@RedHat) May 11, 2022
Pregunta. ¿Linux goza de buena salud?
Respuesta. Está en mejor forma que nunca. Linux [el sistema operativo abierto más usado] y el código abierto lideran hoy la innovación en el mundo.
P. ¿Qué tiene de especial el código abierto? ¿Cómo convencería a alguien de que apueste por él?
R. El código abierto realmente no es un qué, sino un cómo. A diferencia de los modelos privativos, el código es gratis para todo el mundo, quien quiera puede descargarlo y usarlo. Y lo más importante: todos pueden contribuir a mejorarlo. Creo que a la práctica se ha demostrado que esta es la mejor forma de desarrollar software, porque todo el mundo aporta sus ideas. Puedes tener buenos ingenieros en tu empresa, pero la inteligencia colectiva siempre mejorará el trabajo. Las mejores ideas son las que prevalecen.
P. Las grandes tecnológicas se están volcando en el software abierto. Usan código desarrollado por la comunidad para obtener beneficios privados. ¿Le parece eso perverso?
R. Llevo 40 años en el mundo del software y en todo este tiempo me he dado cuenta de algo: lo que no entiende la gente es que la fase de desarrollo solo representa el 5% en el ciclo de vida de un programa informático. La mayor parte del valor de un software reside en lo que sucede durante el tiempo que vaya a durar, en cómo lo vas a obtener, en cómo lo vas a actualizar, en cómo vas a mantener su seguridad. Todo eso no lo soluciona la comunidad de desarrolladores. Nosotros nos dedicamos a eso, a que los clientes puedan usar sus productos. No somos una empresa de código abierto: somos una empresa de programación que trabaja con modelos de desarrollo de código abierto. Tomamos algunos proyectos abiertos, los mejoramos y los convertimos en productos. Les damos un ciclo de vida: los apoyamos durante 10 años, solucionamos problemas que puedan tener de funcionamiento o seguridad. Cuando creemos que hemos aprendido algo relevante en el proceso, compartimos ese conocimiento con la comunidad de desarrolladores. Así se cierra el ciclo. Así es cómo se innova.
P. ¿Ha afectado la pandemia a la percepción sobre el código abierto?
R. Creo que lo ha acelerado todo. Mucho antes de que llegara la covid, quienes contribuían al código abierto trabajaban de forma remota. Nuestra empresa está estructurada también de esa forma. Más del 50% de nuestros empleados ya trabajaban en casa antes de 2019. Nuestros proyectos siguieron adelante, como si no hubiera pasado nada. Y desde un punto de vista comercial, muchos clientes aprovecharon la crisis sanitaria, que disparó el uso de soluciones digitales, para transformar su software, así que el negocio ha ido muy bien.
P. Red Hat suele aparecer en las primeras posiciones de los rankings de las mejores empresas en las que trabajar. ¿Cómo lo hacen?
R. Creo que es porque dirigimos la compañía de forma muy similar a como se llevan los proyectos de código abierto. Da igual de quién sea la idea: si es buena, se lleva adelante. En la empresa tratamos de que todo el mundo pueda aportar, de que los unos puedan colaborar con los otros, y nos tomamos muy en serio las buenas propuestas. También pagamos buenos sueldos, pero eso lo hacen más empresas. Creo que lo que a la gente le gusta de Red Hat es que saben que puede contribuir a su crecimiento porque les escuchamos.
P. Esta semana han anunciado un acuerdo estratégico con General Motors. ¿En qué consiste?
R. Los coches se están convirtiendo en centros de datos móviles. El software cada vez tiene más peso en la industria automotriz: el control de velocidad, los sistemas de eficiencia energética o el aviso si pisas la línea son posibles gracias a programas. Y a medida que nos movemos hacia el coche eléctrico, y luego al autónomo, ese componente crece. Nosotros ofrecemos a GM un sistema operativo que coordine todos esos subsistemas, haciendo que funcionen como una plataforma integrada y que se puedan comunicar entre sí. El hecho de que crezca el peso del software te da mucho margen para innovar, porque es más rápido y barato mejorar un programa que la mecánica. Se pueden ofrecer actualizaciones, añadir funcionalidades o solucionar problemas sin que el dueño del coche tenga que pasar por el taller.
P. ¿Qué opina del metaverso? ¿Lo ve como una oportunidad para el código abierto?
R. Conozco a muchos ingenieros en Meta y me consta que usan Linux [se ríe]. Creo que el metaverso es realmente interesante. Pero como cualquier cosa en este mundo, no es una revolución sino una evolución. También para nosotros: el software con el que se está construyendo, OpenShift, lo lanzamos al mercado en 2011.
Puedes seguir a EL PAÍS TECNOLOGÍA en Facebook y Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.